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29 de junio de 2001. |
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E D U C Y T
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Noticias de
Educacion, Universidad, Ciencia y Tecnica
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29 de junio de 2001 Año 4 Nro. 159
Segunda sección
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%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%% INDICE %%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%
--------------------------- CIENCIA Y TECNICA -----------------------
OLFATO DIGITAL
por Susana Gallardo (CDCT, FCEyN-UBA)
LLEGANDO AL "NATURE" POR LOS CAMINOS DEL HAMBRE
Entrevista al químico Marcelo Rubinstein
Por Fabio Cohene
DESCONGELAN CARGOS EN EL CONICET
EFEMÉRIDES
----------------- CURSOS, BECAS, SEMINARIOS, CONCURSOS ---------------
CURSOS, BECAS, SEMINARIOS
Generales, Educación, Ciencias Sociales, Ciencias Exactas
e Ingeniería, Ciencias Naturales, Ciencias de la Salud.
Arte, Arquitectura y diseño
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--------------------------- CIENCIA Y TECNICA -----------------------------
[] OLFATO DIGITAL
por Susana Gallardo (CDCT, FCEyN-UBA)
sgallardo@bl.fcen.uba.ar
¿Cómo saber si el pescado recién comprado es fresco, pasó dos días
en una heladera, o, aún peor, sufrió una interrupción de la cadena
de frío? Un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias
Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires,
desarrolló un dispositivo electrónico que permite "oler" el pescado
y saber con precisión cuántas horas pasaron desde el momento en que
el pez salió del agua.
La nariz electrónica desarrollada por el doctor Martín Negri y su
equipo de colaboradores, del Departamento de Química Inorgánica de la
FCEyN, consiste en una caja de acrílico que posee en su interior un
conjunto de sensores que convierten el olor en una señal eléctrica que es
medida en una computadora. Ésta procesa los datos y efectúa un gráfico que
representa la huella digital del olor.
"Desde hace algunos años distintos grupos de investigación en el
mundo están desarrollando dispositivos que se inspiran en el sistema
olfativo de los mamíferos superiores", explica Negri. Así como la nariz
humana cumple su función mediante millones de células receptoras, el olfato
artificial se vale de un conjunto de sensores, de diferentes materiales.
Imitando la nariz humana
¿Puede la nariz artificial equipararse con la humana? Hay
sustancias, o compuestos como el monóxido de carbono, que la nariz humana
no detecta, y sí lo puede hacer una electrónica. Por otro lado, hay
matices que un catador de vinos entrenado puede distinguir, y los
dispositivos electrónicos todavía no han logrado diferenciar. Actualmente
existen sensores que detectan, por ejemplo, una pérdida de gas. Se trata
de un material que reacciona frente a determinado compuesto. Sin embargo,
para conocer el estado de descomposición de un pescado, o la diferencia
sutil entre un vino y otro, son necesarios varios sensores que respondan de
manera diferente a la concentración en el aire de diversos compuestos
químicos volátiles.
"La clave de una nariz electrónica es la presencia de varios
sensores, de diferentes materiales, que reaccionan de manera distinta
frente a las moléculas emitidas por el producto que queremos detectar",
señala Negri. Cada sensor, de un material orgánico o inorgánico (un óxido,
un polímero conductor o un material semiconductor) cambia alguna de sus
propiedades físicas cuando las moléculas de un gas se depositan sobre él.
Hay un intercambio de electrones entre el sensor y el gas, lo que produce,
por ejemplo, una modificación en la conductividad eléctrica, la cual es
registrada por un equipo electrónico como una señal de determinadas
características. Las señales producidas por los distintos sensores son
analizadas por un procesador de datos. Asimismo, la computadora posee una
memoria donde se encuentra registrada la respuesta de los distintos
sensores a una gama determinada de compuestos químicos.
Según pasan las horas
A medida que el pescado se va descomponiendo, emite diferentes
compuestos olorosos, cada vez con mayor concentración. El primer día emite
ciertas especies químicas; el segundo día emite las mismas, pero con mayor
concentración, y también empieza a producir nuevos compuestos. A
diferencia de algunos equipos comerciales que ya existen, costosos y de
gran tamaño, el dispositivo desarrollado en la Facultad de Exactas es
pequeño (del tamaño de una caja de zapatos), transportable (puede estar
conectado con una computadora lap top) y, lo principal, es económico.
Además, puede manipularlo un técnico en un supermercado o, también, una
persona en su casa.
Este dispositivo no puede identificar el tipo de compuesto que
produce el olor ni la concentración en que se encuentra. Y, en este
sentido, opera de la misma manera que el olfato y el gusto humanos, que
pueden distinguir lo dulce de lo salado, o lo ácido, e, incluso,
diferenciar la acidez del limón de la del vinagre, pero no puede
determinar, por ejemplo, la concentración de ácido acético. Para indagar
el tipo de compuesto y su concentración existen instrumentos que emplean
otra tecnología. Son los que se usan, por ejemplo, para analizar los
contaminantes en la atmósfera.
Negri y su equipo están desarrollando una nariz electrónica apta
para distinguir matices en las esencias y, de este modo, operar en el
control de calidad en la fabricación de perfumes y productos cosméticos.
"Estamos en conversaciones con una industria de perfumes", comenta el
investigador, y agrega: "La inversión sería mínima. Queremos apuntar a
vender un equipo barato a pequeñas empresas". Este equipo resolvería
muchos problemas en el control de calidad, y abarataría costos.
Negri va a presentar su dispositivo para controlar la calidad de
los perfumes en el Décimo Quinto Congreso Latinoamericano e Ibérico de
Químicos Cosméticos, que tendrá lugar en Buenos Aires en el mes septiembre
próximo.
El investigador destaca que el diseño de una nariz electrónica es
un trabajo interdisciplinario. Participan los químicos, probando y
desarrollando materiales para sensores; los físicos e ingenieros
electrónicos, en lo que se refiere a los circuitos y chips del hardware;
expertos en sistemas, que trabajan en el software; y los especialistas en
estadística, que analizan y procesan los datos.
El software de estos dispositivos consiste en un sistema de redes
neuronales, estructuras que recrean la forma en que se conectan las
neuronas humanas. Este sistema emula los mecanismos mediante los cuales el
cerebro humano compara los olores nuevos con los almacenados en la memoria.
Los investigadores se proponen perfeccionar estos instrumentos. La
idea es obtener dispositivos más pequeños, y más específicos, es decir, que
permitan reconocer diferencias y matices más sutiles. Para ello, trabajan
en el desarrollo de materiales más sensibles.
Dispositivos cada vez más pequeños
Hoy se busca desarrollar sensores cada vez más pequeños, con el fin
de que todo el dispositivo pueda caber en un chip. De este modo, se
podrían ampliar las aplicaciones. Según señala un artículo de la revista
New Scientist, la idea es colocarlos, por ejemplo, en hornos, heladeras,
automóviles y hasta teléfonos. Incluso, se podría fabricar un pequeño
dispositivo que permitiera evaluar la calidad de un vino desconocido,
servido en una fiesta, con sólo acercarlo a la copa. Si se prende la luz
verde, todo está bien. Pero si se enciende la luz roja, mejor abandonar la
copa con disimulo sobre una mesa.
El sueño de muchos investigadores es llegar a imitar el olfato de
los perros, que pueden rastrear el olor de la presa de caza a lo largo de
kilómetros a través del campo. La nariz del perro tiene la particularidad
de detectar un gran espectro de olores con gran precisión, aunque se trate
de una pequeña cantidad de moléculas dispersas en el aire. Lo que resulta
paradójico para los científicos que se proponen emular el olfato del perro,
es que éste puede oler casi todo, y puede hacerlo con una gran
especificidad.
Las narices electrónicas emplean redes neuronales para aprender los
patrones de respuesta asociados con los diferentes olores. Y, antes de ser
puestas a trabajar, las narices tienen que entrenarse en la percepción de
determinados olores. Por ejemplo, en el proceso de elaboración de cerveza
puede producirse una falla en el sabor debido a la presencia de un
compuesto químico. Con el fin de que estos dispositivos puedan detectar si
hay una partida de bebida mala, el primer paso es exponer la nariz
electrónica a la cerveza que posea dicho compuesto, y a partidas que no lo
posean. Luego de sucesivas exposiciones, la nariz ya está en condiciones
de diferenciar la presencia o ausencia del compuesto.
En los seres humanos el hardware del olfato reside en,
aproximadamente, diez millones de células sensoras, cada una de las cuales
está equipada con alrededor de mil tipos diferentes de receptores químicos.
Al aspirar, las moléculas del olor son atrapadas por diferentes receptores
particulares, que disparan una variedad de señales eléctricas que son
enviadas al cerebro. Los seres humanos pueden percibir un amplio espectro
de olores, por ejemplo un bebé de pocos días puede reconocer a su madre por
el olor, así como el perro puede reconocer el olor de su amo. Lo que los
investigadores se proponen es lograr una mayor especificidad. Si una nariz
puede diferenciar un vino de otro, se busca que además el sistema determine
qué compuestos se encuentran en cada uno de los vinos, y en qué
concentración. Básicamente estos instrumentos tendrán una aplicación
fundamental en los sistemas de control de calidad en la fabricación de
bebidas y alimentos.
Las narices electrónicas tal vez se hallen todavía lejos de imitar
el olfato de un perro, capaz de reconocer a la distancia el olor de su amo,
o de alcanzar la sensibilidad de un experimentado catador de vinos. No
obstante, los nuevos dispositivos se convertirán en herramientas
indispensables para controlar, con precisión y más allá de las
subjetividades humanas, la calidad de bebidas, alimentos y otros productos,
como los perfumes.
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[] LLEGANDO AL "NATURE" POR LOS CAMINOS DEL HAMBRE
Entrevista al químico Marcelo Rubinstein
Por Fabio Cohene (fcohene@de.fcen.uba.ar)
A fines de mayo de 2001, una noticia poco común aterrizó en el
campo científico argentino: la prestigiosa revista Nature había
publicado un paper en el que como coautor aparecía un investigador
argentino, Marcelo Rubinstein.
Marcelo Rubinstein se graduó como licenciado en Química en la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA en 1986, y se doctoró en
el Instituto de Investigaciones Farmacológicas de la facultad de Medicina -
UBA en 1989. Realizó un post doctorado en Portland, Oregon trabajando
junto al neuroendocrinólogo molecular Malcolm Low, el otro coautor del
paper citado. Actualmente se desem-peña como investigador en el Instituto
de Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI, CONICET y FCEyN-UBA),
donde dirige el Laboratorio de Animales Transgénicos, creado por él.
Además es profesor con dedicación exclusiva en el Departamento de Biología
de la FCEyN -UBA.
Lo relevante del descubrimiento fue desentrañar los circuitos de
control de la alimentación a nivel cerebral . En las investigaciones se
utilizó un ratón transgénico creado por el propio equipo de Rubinstein, que
posee la particularidad de tener marcadas de verde fluorescente las
neuronas sometidas a estudio. Hasta el momento se sabía que estaban
involucradas dos hormonas: la leptina, conocida desde 1994 y que es
producida por las células grasa del cuerpo, circulando a nivel periférico;
la segunda es la alfa MSH, secretada por el hipotálamo y la hipofisis, que
desde el año 1997, se sabía que actuaba sobre los receptores neuronales de
la sensación de saciedad.
A partir de una idea y con el modelo aportado por el grupo
argentino, mediante ensayos de electrofisiología que estuvieron a cargo del
grupo estadounidense, se lograron dilucidar las diferentes señales que
determinan la sensación de saciedad. El circuito descripto es el
siguiente:
La leptina, llega al hipotálamo y allí, al actuar sobre receptores
del núcleo arcuato, genera una señal eléctrica, que opera como disparador
de una proteína llamada POMC (Pro Opio Melano-cortina). Esta proteína
posee la particularidad de poder ser cortada en diferentes pedazos más
pequeños, llamados péptidos, cada uno de los cuales posee propiedades
distintas. Entre los productos, se halla la Hormona Estimulante de
Melanocitos o a MSH. Como su nombre permite vislumbrar esta hormona posee
la función de estimular la producción de melanina, sustancia decisiva en la
pigmentación de piel, ojos y cabellos. Y así lo hace, cuando es segregada
por la hipófisis, fuera del cerebro. Sin embargo, la alfa-MSH segregada
por el hipotálamo (dentro del cerebro) es un potente anorexígeno (represor
de la sensación de hambre) y por ende, principal responsable del control
cerebral de estas sensaciones.
Educyt- ¿Qué significa publicar en Nature?
M. Rubinstein- Es la revista en la que todo científico sueña publicar,
pero sobre todo es una pauta para estar seguro de que aquello en lo que uno
trabaja está en las fronteras del conocimiento, tiene un interés general
que produce beneficio a toda la comunidad científica.
E- ¿Le da algún beneficio concreto esta publicación ?
R- En el mundo científico hay una frase inglesa que es muy tajante "publish
or perish" (publicar o perecer), que describe bien el destino del
investigador. Esto es así porque la financiación de la ciencia se
estructura en base a subsidios, para los cuales existe mucha competencia.
En particular para el trabajo sobre la cual publicamos tengo un
financiamiento de la Agencia, un subsidio especial de la fundación
Antorchas y uno anual de UBACYT. Entonces, existe la necesidad de obtener
buenos resultados en el laboratorio, de publicar bien para a su vez obtener
nuevos financiamientos.
Haber publicado en Nature es un buen indicativo de que el dinero que se
nos concedió se usó en forma razonable y nos sitúa en posición ventajosa
para hacer nuevos pedidos. Sin embargo, no hay que pensar que tengo el
futuro asegurado. No sería la primera vez que alguien se presenta con
antecedentes de excelencia a pedir fondos para investigar en un nuevo
proyecto y se lo niegan porque no resulta interesante al evaluador de
turno.
Por eso diría que para lo que más sirve es para incentivar a los becarios
y al propio laboratorio, y confirmar que hacemos ciencia de punta. Esto no
es menor en un contexto como el argentino donde los investigadores suelen
manejarse con un criterio más bien autocomplaciente: escudados en la falta
de presupuesto, en las malas condiciones de infraestructura, producen
ciencia de un nivel bastante pobre.
E.- ¿Cuán difícil es publicar en Nature?
R- Es que cuando uno envía un trabajo a la revista, se sabe que lo más
probable es que no lo acepten. Sobre todo en el caso de investigadores
sin cartel. Distinto es el caso de algún Premio Nobel o gente acostumbrada
a publicar seguido en las grandes revistas. Allí son ellas mismas quienes
se favorecen con que esos científicos destacados aparezcan en sus páginas.
Pero cuando un trabajo aparece en Nature, eso tiene inmediata repercusión
en los diarios locales. Estos están ávidos de que algún argentino, sea
científico, deportista o artista obtengan logros. En todo caso, me
sorprendió que en mi caso la noticia fuera tapa de La Nación.
E.- Para realizar el experimento al que nos referimos utilizaron un ratón
tránsgénico hecho por ustedes mismos. ¿ Cuánto tiempo les llevó
desarrollarlo?
R.- Es difícil decirlo exactamente. Hicimos el transgénico con unas
secuencias regulatorias que permitían mandar cualquier transgen a las
neuronas, las cuales obtuvimos y aislamos en 1993 con Juan Yan, un becario
mío. Luego en 1997, con Marcelo Cerdan empezamos a probar con distintos
transgenes. Paralelamente un grupo de la Univ. de Seattle descubrió que
estas neuronas tenían receptores de leptina. Entonces nos percatamos que
utilizando los conocimientos que teníamos podíamos generar un modelo para
estudiar fisiológicamente las células y ver que les pasaba cuando se les
aplicaba leptina en un corte de cerebro. No podíamos realizar esos
estudios por nosotros mismos, no por falta de fisiólogos, sino por falta de
infraes-tructura para hacerlo. Es así que el proyecto se mudó a EE.UU.
donde el grupo de Malcolm Low hizo todas los experimentos y mediciones
usando nuestro modelo.
E.- ¿ El modelo fue patentado?
R.- No, porque se utilizan elementos como la proteína marcadora verde
fluorescente que ya posee patente de Clontech. Lo que hicimos fue
licenciarlo para que si alguna empresa quisiera usarlo, mediante el pago de
la licencia pueda hacerlo .
E.- ¿Cuál fue el aporte novedoso que realizaron?
R.- La determinación de cómo trabajan todos los elementos involucrados en
el control de saciedad. Armamos una parte del circuito, que es muy
complicado, por el cual la leptina induce la liberación de alfa MSH.
E.- ¿Cuáles son los siguientes pasos que pueden desprenderse de tu
descubrimiento?
R.- Me imagino dos opciones: la primera es seguir avanzando en los
circuitos; ver esta neurona con que otra se conecta. Esto es un trabajo
de electrofisiología en el cual está muy interesado de abordar el grupo de
Portland, Oregon. La segunda es la parte genética, de la cual nos ocupamos
y en la cual ya tenemos resultados preliminares muy interesantes.
Trabajamos sobre el gen de POMC (Pro Opio Melanocortina), que codifica para
alfa MSH, porque pensamos que es uno de los genes, cuyas mutaciones están
más relacionadas a la obesidad familiar. Hasta hoy no se conoce ningún gen
que tenga esta característica y el nuestro es el mayor candidato. A esta
altura, nosotros creemos saber donde está la mutación aunque no sabemos
cuál es. A esto estamos fuertemente dedicados.
E.- Como señalás son claras las aplicaciones prácticas que brinda tu
descubrimiento, ¿se acercó a ustedes alguna empresa interesada?
R.- No, que yo sepa. Hubo un contacto de una empresa biotecnológica
estadounidense, pero para utilizar el transgénico en sus propias
investigaciones de testeo de drogas. Como el modelo lleva elementos de
Clontech, y ésta pide mucho dinero para vender su parte del modelo, por
ahora el acercamiento se frustró.
E.- En el primer mundo, desde hace un tiempo, se ha venido dando un
fenómeno por el cual los investigadores abandonan las universidades para
formar sus propias empresas. ¿ Ud. cree que podría hacer lo mismo en
nuestro país?
R.- Unos 15 o 20 años atrás, un científico que tuviera alguna vinculación
con alguna empresa privada era un traidor, una especie de hereje. Te puedo
dar como ejemplo el caso de quien fuera mi director de tesis doctoral, el
farmacólogo Francisco Stéfano. En 1987 fue contratado por el laboratorio
Beta, mientras se desempeñaba como investigador principal del CONICET. A
consecuencia de esa contratación, se generó un movimiento en el CONICET que
lo obligó a renunciar a su cargo porque su gesto era asimilable a una
herejía dentro de una orden monacal. En la actualidad, todas las
universidades europeas, estadounidenses e incluso argentinas, están
desarrollando un departamento de transferencia tecnológica que estimulan a
los investigadores a generar recursos económicos a partir de sus
descubrimientos básicos. Existe un convencimiento por parte de todos los
jugadores del mundo científico y tecnológico, productivo, industrial de que
la ciencia genera riqueza. Las universidades han percibido este fenómeno y
tratan de evitar desangrarse de sus investigadores y de las patentes de los
descubrimientos hechos por ellos. Entonces arman sus propias oficinas de
patentes. En este aspecto, en Argentina hay una deuda pendiente. Porque
un científico nacional enfrentado a la situación de decidir donde patenta
su descubrimiento, si aquí o en el exterior, está frente a un dilema.
Porque si quiere patentarla acá se topa con que no existe un sistema ágil
para que la patente salga rápido, sea fuerte, sea bien elaborada y
defendida por un equipo de abogados especialistas. Porque el aspecto
primordial de una patente no es su obtención sino su fortaleza, su grado de
inviolabilidad .
Por otra parte, el elemento limitante para que los científicos aprovechen
económicamente sus ideas no está en los investigadores sino en la carencia
de inversores interesados.
E.- ¿Ud. es de los que piensan en emigrar?
R:- No. Trabajo en un laboratorio que posee una cantidad de recursos
razonable como para poder avanzar, pero no lo suficiente para hacerlo a un
nivel internacional. La mayor incomodidad reside en estar en un sistema
muy empobrecido. En este contexto mi laboratorio es uno de los que más se
destaca en cuanto a recursos, dentro de la comunidad. Pero no somos un
compartimiento estanco. Nosotros podemos no contar con un determinado
instrumental, pero en la medida de que éste exista en otro laboratorio del
sistema, vamos a poder utilizarlo de todas maneras, como de hecho ocurre.
De ahí la importancia de que los laboratorios estén bien abastecidos, que
se cuente con un buen equipamiento e infraestructura y que esté inserto en
una red en la que todos los integrantes estén relacionados. Si esto
ocurriera todos nos beneficiaríamos. En este contexto mi laboratorio es
como un auto último modelo que transita por caminos no pavimentados, llenos
de piedras y de pozos : no lo puedo aprovechar integralmente.
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[] DESCONGELAN CARGOS EN EL CONICET
El Conicet descongeló vacantes y entranrán 160 científicos
seleccionados en 1999 que habían ganado el concurso para ingresar a
la carrera de Investigador. También incorporarán a 75 técnicos y
se anunció la entrega de 30 becas. Los investigadores reclaman que
esto no es suficiente
«Hemos logrado descongelar 235 vacantes en el Conicet», anunció
Adriana Puiggrós, titular de la Secretaría para la Tecnología, la Ciencia y
la Innovación Productiva (SETCIP). Esta medida beneficiará a parte de los
160 investigadores que en 1999 habían sido seleccionados para incorporarse
a la carrera de Investigador del Conicet, y no pudieron hacerlo por estar
congelado el ingreso.
Los investigadores reunidos fuera del edificio de la SETCIP, en
Córdoba 831, relativizaban los alcances del anuncio. «Creo que llegamos
dos años tarde. Muchos de los investigadores que ganaron su concurso en
1999 no pudieron esperar y ya se fueron a vivir al exterior», le dijo a
Clarín, Cristina Ibarra, investigadora del Conicet.
A las 160 vacantes descongeladas para investigadores se sumaron
otras 75 vacantes destinadas para personal técnico. Puiggrós también
comunicó la entrega de «30 becas especiales extraordinarias de
posdocto-rado, para los investigadores que hayan finalizado ese beneficio
en julio de 2000» y dijo que «se les mantendrá el mismo salario desde el 1°
de julio al 31 de diciembre del presente año». «Está a punto de aprobarse
una ley marco (de ciencia y tecnología) y el 20 de julio estará listo el
Plan Nacional de Ciencia y Tecnología diseñado por una comisión de
notables, además de otras iniciativas, como un mecenazgo para la
investigación».
El titular del Conicet, Andrés Carrasco explicó que junto a
Economía y Función Pública «se buscará la manera de empezar a cubrir las
vacantes a medida que aparecen». También anunció que «1.300 científicos
con el salario de junio recibirán una bonificación especial de entre 1.200
y 1.300 pesos en concepto de retribución por antecedentes previos», un
beneficio que se derogó entre los años 96 y 97.
«Carrasco prometió, cuando asumió, que se derogaría el quite a los
salarios que hizo Machinea y todavía la gente de CONICET está esperándolo.
Carrasco también dijo que no se iba a realizar el recorte sobre el
presupuesto del Conicet que forzó la renuncia de Jacovkis y el recorte se
llevó a cabo» se quejaba uno de los investigadores que manifestaban en las
puertas del organismo.
Respecto de si se iba cubrir la falta de llamado a concurso
ocurrida en el 2000, Carrasco se limitó a responder que «no hay manera real
de volver para atrás», y que este año ya está en marcha el llamado a
concurso para, aproximadamente, otros 160 investigadores. «Nuestra
aspiración es que el año que viene se nos habiliten nuevos
descongelamientos de las vacantes que se vayan produciendo o se nos permita
aumentar los cargos», dijo. Carrasco insistió en que «si se me permite
ejecutar todo el presupuesto 2001, el Conicet llegará a fin de año con las
deudas saldadas sobre becas y subsidios». El descongelamiento de las 235
vacantes implica una partida de 7 millones de pesos «ya incluidos en el
presupuesto del Conicet», dijo. La Coordinadora del Conicet no quedó
satisfecha con los anuncios. Los investigadores, que luego le entregaron
un petitorio con más de 1.300 firmas, desplegaban una bandera reclamando
más presupuesto para la ciencia y la tecnología.
«En Brasil se destina el 1,5 del PBI a la investigación de Ciencia
y Tecnología, en Chile es el 1,2 y aquí no llega al 0,4, cuando este
Gobierno prometió elevarlo al uno por ciento», recordó Norma Sánchez,
investigadora platense.
Según la Coordinadora, ni la ley marco ni el Plan Nacional de
Ciencia y Tecnología cambiarán el cuadro de situación que vive el sector.
«Hace falta más presupuesto para investigación. Nada de eso se dijo en
esta conferencia de prensa», coincidieron varios investigadores. Este año,
el sistema científico-tecnológico de la Argentina recibiría, si el dinero
realmente le llega, unos 800 millones de pesos. Es decir, 40 millones más
que el año pasado, «pero 70 millones menos que en 1999» destacaba un
científico.
Si bien es obviamente positivo la incorporación de las 230 personas
a las Carreras del CONICET, reconoce la Coordinadora, «los anuncios
realizados son claramente insuficientes ya que no resuelven el conjunto de
los puntos planteados en el petitorio: el ingreso de 160 investigadores
adicionales, a fin de compensar la falta de llamado al concurso
correspondiente al año 2000, el pago de los subsidios atrasados, la
devolución del 12% recortado a nuestros salarios, la prórroga de la Becas
para todos aquellos que se hallan presentado al concurso de Ingreso a
Carrera del año 2001, la transparencia en los mecanismos de evaluación en
el área y, en términos más generales, el incremento del presupuesto de
Ciencia y Técnica al 1%, tal como lo contemplaba la base programática de la
Alianza».
La Coordinadora gestionó con las autoridades, concretar futuras
reuniones en el marco de la SETCIP, a efectos de explicitar cada uno de los
reclamos planteados. Asimismo, realizará una reunión en el Aula de Cultura
de la Facultad de Medicina de la UBA, el próximo miércoles 4 de julio a las
17.00 hs.
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[] EFEMÉRIDES
29 de junio de 1971: Toda la tripulación de la cosmonave rusa
Soyuz 11 fallece durante la reentrada en la atmósfera terrestre.
En 1957, fue lanzado el primer satélite artificial de la historia: el
Sputnik (Pequeño Camarada), una esfera lisa de 58 centímetros de diámetro y
unos 83 kilos de peso con la que se dió el puntapié inicial de la carrera
espacial.
En los años subsiguientes, se sucedieron nuevos y más asombrosos
acontecimientos que acabaron, prácticamente con la capacidad de asombro de
la opinión pública, y en los que casi siempre, la URSS llevaba la
delantera.
Ya en 1961, con 93 satélites en órbita, el Premier soviético Nikita
Kruschev, celebró la hazaña del primer hombre en el espacio, el ruso Yuri
Gagarin. "Que los capitalistas traten de alcanzarnos" desafió el
mandatario comunista.
La agencia espacial soviética no tardó en subir la apuesta y muy pronto se
halló trabajando para poner al primer hombre en la Luna. El programa Soyuz
(Unión), que inició una etapa revolucionaria en materia de tecnología
espacial, comenzó con un verdadero desastre, que costó la vida al
cosmonauta Vladimir Komarov, único tripulante del Soyuz-1. Este suceso,
retrasaría todo el programa lunar soviético, y serían los Estados Unidos
quienes ganarían la carrera al poner sobre la Luna a Armstrong y Aldrin, en
1969.
Con la Luna perdida, las Soyuz, tercera generación de naves espaciales, con
excelente poder de maniobra y dotadas de capacidad para realizar
acoplamientos en el espacio fueron destinadas a los desarrollos y estudios
en estaciones espaciales.
El 6 de junio de 1971, partió la misión Soyuz-11, tripulada por Gheorgy
Dobrovoiski, comandante; Vladislav Volkov, ingeniero de vuelo, y Víktor
Patsayev, ingeniero de pruebas. Su misión era acoplarse con la estación
Salyut-1, cosa que llevaron a cabo con todo éxito, batiendo el récord de
permanencia en el espacio. Sin embargo, los problemas que se presentaron
con la estación (un pequeño incendio, desperfectos con el telescopio solar,
entre otros problemas), obligaron a concluir la misión antes de tiempo.
El 30 de junio, a la 1.35, se encendieron los retrocohetes de la nave para
comenzar la maniobra de descenso a Tierra, luego de efectuar la orientación
de la nave. Todo funcionaba normalmente y durante el tiempo previsto, pero
en ese momento se interrumpió la comunicación entre la nave y la base en
Tierra. Poco después del frenado aerodinámico en la atmósfera, fue puesto
en marcha el sistema de paracaídas, y poco antes del aterrizaje, la
tripulación encendió los motores del sistema de descenso suave. La cápsula
de descenso hizo un aterrizaje suave, en la ubicación prevista.
Inmediatamente después llegó el equipo de recuperación, enviado a recoger a
los cosmonautas. Al abrir la compuerta, descubrieron que la tripulación no
daba señales de vida. Todos los hombres estaban en sus puestos, muertos.
Al parecer, una válvula de presión, falló durante el reingreso del módulo
de aterrizaje de la Soyuz, y la descompresión mató a los tres hombres,
ninguno de los cuales llevaba puesta la escafandra.
Más información:
http://www.geocities.com/juniorsalomon/index1.htm
http://www.tecnocosmos.com/naves/soyuzt.htm
http://www.spacefacts.de/
ALAS ROJAS: "La Carrera Lunar: Crónica Secreta del Fracasado Programa
Soviético." Por Manuel Montes, destacado divulgador científico español.
Los interesados en esta publicación deben escribir a mmontes@ctv.es
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CURSOS, BECAS, SEMINARIOS
Generales, Educación, Ciencias Sociales, Ciencias Exactas
e Ingeniería, Ciencias Naturales, Ciencias de la Salud,
Arte, Arquitectura y Diseño
Estimados lectores de Educyt: en esta oportunidad nos vemos obligados a
postergar para el próximo lunes la sección de cursos que enviaremos en una
tercera parte de esta edición Nro. 159 de Educyt.
Como siempre, si desea consultar la oferta vigente publicada en esta
sección en ediciones pasadas de Educyt, puede conectarse a
http://www.fcen.uba.ar/prensa y alli hacer click en el botón "agenda".
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Noticias de Educación, Universidad, Ciencia y Técnica
Editores: Fernando Demarco
Carlos Borches
Comite de
Redaccion: Patricia Olivella, Fernanda Giraudo, Marisa Iacobellis
Iliana Pisarro, Enrique Stroppiana
Agradecemos la colaboracion especial de: Daniel Comande (Faro) y la
asistencia tecnica de Gabriel Platas
Esta publicacion es posible gracias al apoyo de las siguientes
entidades:
Museo Participativo de Ciencias
Secretaria de Extension Universitaria, CBC, UBA.
Subsecretaria de Prensa, Ftad. de Cs. Exactas y Naturales, UBA
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Para comunicarse con la redacción de EDUCyT - Oficina de Prensa.
Diseño y mantenimiento de página de Oficina de Prensa: Gabriel F.Platas. |