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de Ciencia y Técnica >>Reapertura del Museo etnográfico "Juan Ambrosetti". El 14 de abril se reabrió el Museo Etnográfico "Juan B. Ambrosetti" de la Facultad de Filosofía y Letras en Moreno 350. Luego de mejorar las condiciones de importantes colecciones de los pueblos nativos de América y el resto del mundo, el museo dispuso de un subsidio ganado en un concurso nacional de la Fundación Antorchas. Las salas de exposición volverán estarán abiertas al público, de miércoles a domingo, de 15.00 a 19.00 hs.
Investigadores de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) avanzan en un tratamiento ecológico de la basura. Desde principios de año realizan un estudio sobre el encapsulamiento de gas metano para reducir el efecto invernadero. El plan es parte de un proyecto que tiende al desarrollo sustentable del Norte de la Provincia. La basura sin oxígeno en el fondo de los vertederos se fermenta produciendo gas metano que, a menos que se encapsule, se libera a la atmósfera y produce un efecto adverso. Este tipo de gas es un producto de la basura orgánica y los investigadores de la UNSa. pretenden que, una vez envasado, sea utilizado como combustible por familias carentes de recursos. De este modo se contrarrestaría otro gran daño para la naturaleza, ya que muchos pobladores de la zona talan árboles para cocinar o tener calefacción porque no pueden acceder al gas. Lo que se intenta producir es el denominado "biogas" y contiene entre un 60 y 70 por ciento de metano. Otra posibilidad de aprovechamiento para este tipo de gas podría ser el intercambio con países desarrollados por financiamiento para investigaciones que favorezcan al medioambiente. Esta posibilidad se establece en el protocolo de Kioto, un documento al que adhieren los países desarrollados y que establece que para mitigar el calentamiento global, las naciones interesadas intercambien gas metano encapsulado por fondos para financiar proyectos y estudios. Los investigadores de la Universidad salteña actualmente están trabajando para poder utilizar "digestores anaeróbicos" en la captura que se intenta realizar. El proyecto está a cargo de la ingeniera Gloria Plaza y un equipo de cuatro investigadores locales. El trabajo tiende al desarrollo sustentable de la zona Norte. Además de estudiar el encapsulamiento del gas ya se hicieron grandes avances para "curar" los suelos empetrolados en Tartagal. La técnica que aplican consiste en tratar los residuos de la explotación de petróleo, que según los profesionales de la universidad "por mucho tiempo fueron arrojados de una manera inadecuada dañando el suelo local que ahora necesita de una limpieza". Así lo explicó Mónica Pasculli, licenciada en Recursos Naturales y una de las encargadas del proyecto.
La UBA financiaría con 30 mil pesos hasta 72 proyectos de investigación que trabajen temas de alto impacto social y rápida implementación. En la Universidad de Buenos Aires cada vez que se asignaban fondos para subsidios a la investigación científica estos se distribuín entre proyectos propuestos por las facultades sin que estuviera preestablecida una temática o dirección específica de temas y disciplinas. Desde este año ya no será así. En la UBA ahora destinaran fondos de investigación a subsidiar proyectos de investigación dirigidos a la emergencia social. Sucede que al establecer los criterios para la Programación Científica 2004-2007 se incorporó un tipo de proyectos que contemplará los problemas derivados de la crisis social que sufre la Argentina, incluso con un financiamiento superior a los proyectos de investigación, ya que se le asignaron hasta $30.000 por año por proyecto. Se resolvió denominarlos "Proyectos de urgencia social" y desde la UBA aseguran que para el período 2004-2005 se recibieron 72 propuestas. Estos proyectos, que están dirigidos a la producción de conocimiento vinculada a la satisfacción de necesidades de grupos vulnerables y a la atención de problemas sociales, deberán tener una aplicación social inmediata y de rápida transferencia. De este modo cada proyecto presentado debía detallar la interacción con los actores sociales involucrados y enunciar las autoridades locales, ONG"s, asociaciones profesionales, empresariales o sindicales, que participarían del proyecto. Por otro lado, sostuvo la reglamentación que les dió origen, "se valoraría especialmente su carácter inter o transdisciplinario". Dadas las características especiales de estos proyectos "se previó una evaluación diferente a la de los proyectos de investigación comunes" aseguraron desde la UBA. En este camino los responsables de ciencia y técnica desarrollaron un programa de evaluación en el que además de las evaluaciones tradicionales se incorporaron al proceso de decisión de "aquellos proyectos con méritos científicos suficientes" a los actores sociales externos a la universidad que intervendran en las tareas. Para esta segunda etapa se propuso un mecanismo de consulta cuyo diseño recoge la experiencia obtenida a partir de la implementación del Programa de Evaluación Externa de la UBA durante el período 2001-2002 en los aspectos referidos al componente "Análisis de pertinencia social". Hasta ahora, afirman desde la UBA, la tarea ya empezó y tomaron contacto con las instituciones para identificar los funcionarios, profesionales o técnicos que realizarían el análisis de los proyectos, y que firmarían en representación de la institución elegida y se agruparon los proyectos de investigación según un criterio de calidad científica y según área o problema de referencia.
Héctor Torres, científico argentino dedicado a la investigación en genética molecular, biología celular y molecular y enzimología, fue distinguido en el mes de abril con un doctorado en honoris causa otorgado por la Universidad Nacional del Comahue. El homenajeado se graduó de médico en 1959 en la Universidad de Buenos Aires y en 1967, con Luis Leloir como director de tesis, obtuvo su doctorado. Es autor de más de un centenar de trabajos publicados en revistas internacionales en sus especialidades. Fue becario e investigador superior del Conicet, profesor titular consulto de la UBA y director del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la Fundación Campomar. Ocupó diversos cargos de jerarquía como miembro del directorio y vicepresidente del Conicet y se desempeñó como director del Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular -Ingebi-: fue decano electo de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA; presidente de Ubatec SA; consejero científico del Internacional Center for Genetic Engineering and Biotechnology. También fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Investigación Bioquímica -SAIB-, que presidió en 1981.
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