El aumento del llamado efecto invernadero" en la Tierra está provocado por el incremento de la producción de gases originados en el dióxido de carbono y la deforestación en el planeta, realidad que altera el equilibrio producido en la atmósfera, deja pasar la radiación onda corta del sol y retiene la radiación que sale del globo terráqueo. Este fenómeno tiene en una banda de alrededor de los 10 micrones, que popularmente se conoce como "ventana de radiación" y permite que por ahí salga el calor al espacio. El aumento de la temperatura se origina por aquella emisión de gases que "cierra" la ventana mencionada. Es decir, por la acción del hombre. Esta definición universal fue el punto de partida del debate convocado por el programa radial "Público Conocimiento", producido por la Subsecretaría de Medios de la UBA y se emite los sábados de 8 a 9 horas por Radio de la Ciudad-AM 1110. Participaron los especialista Osvaldo Canziani (físico y doctor en Meteorología de la UBA) y Vicente Barros (doctor de Meteorología y profesor titular en la Facultad de Ciencias Exactas). Canziani aseguró que ese efecto perjudicial "se ha exacerbado desde la era industrial y, de yapa, con la introducción de los feones y los salones (hidrocarburos alogenados)". Para Canziani, la cuestión se relaciona con la necesidad de conservar los ecosistemas, porque "el aumento de radiación ultravioleta en superficie, originada por la pérdida de ozono en la estratosfera, crea problemas en los ecosistemas, particularmente en los microorganismos y la cadena trófica que mueve toda la producción pesquera. Vicente Barros, en tanto, precisó que el daño se ve concretamente cuando por el calentamiento "empiezan a cambiar los sistemas de vientos y de precipitaciones, hay regiones del planeta donde ha estado lloviendo cada vez más en lo que va del siglo y otras que han estado en retroceso". Lo peor de esos cambios de regímenes, que dificultan la actividad agropecuaria, "generan migraciones en los países empobrecidos (Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile), con la consiguiente generación de conflictos". David King, científico británico, dijo en la Cámara de los Lores de su país que la humanidad volverá a experimentar una era similar a la de la extinción de los dinosaurios y agregó que el nivel del dióxido de carbono en la atmósfera es el más alto de los últimos 65 millones de años. Barros aseguró que los cascos polares se licuarán, "si seguimos con esta concentración de gases y en los próximos 100 años habrán consecuencias terribles y algunas de ellas ya no son evitables". Porque los efectos de los gases (dióxido de carbono y nitroso) que estuvieron en la atmósfera tardan entre 100 y 150 años en disiparse y eso atenta, también, contra la biodiversidad. El aumento explosivo de la población, es para el científico Canziani la causa del aumento creciente de la contaminación: "cuando se descubren América, Tasmania Oceanía, éramos menos de 400 millones de habitantes y hoy estamos llegando a los 6500 millones de seres humanos en la Tierra". El agua, indispensable para la vida, podría faltar por acción climática y por el uso desmedido de la creciente población. Un elemento que cada vez escasea más (sólo un 3 por ciento del agua del planeta es segura para su consumo) se utiliza en un 70 por ciento para la producción de alimentos. La otra cuestión preocupante para los especialistas, es que el cambio brusco de regímenes de vientos y lluvias (inundaciones y sequías) contaminan los recursos hídricos. Si el calentamiento exagerado del planeta acabara con los glaciares de montaña, ciudades como Lima (Perú) pasarían a ser inviables en los próximos 100 años, según Barros. "Frente a eso, la solución es cambiar la fuente de energía; reemplazar el petróleo. La biotecnología podría ser la vía de solución del problema, a través de los biocombustibles. Es decir, generar tal tecnología en la producción de biomasa que pueda alimentar al mundo y sea capaz de generar combustibles", opinó Barros. Fuente: Telam - UBA.
|
|
|