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de Ciencia y Técnica >>El SAC-D/Aquarius será lanzado en 2008. Construir un satélite no es cosa fácil. Cuando en septiembre de 2008 se lance al espacio el próximo satélite argentino -un tambor de 1200 kilos de aluminio y fibra de carbono, cargado de complejos sistemas electrónicos-, científicos e ingenieros argentinos y norteamericanos habrán dedicado más de seis años de intenso trabajo al proyecto. "La ingeniería que se requiere para desarrollarlo tiene una enorme complejidad", afirma Raúl Colomb, investigador principal de la misión por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae). A principios de junio los investigadores de la Conae y de la NASA estuvieron reunidos para comenzar a acordar los toques finales del diseño antes de su presentación ante un comité de revisión, en julio del año próximo. "El proyecto está progresando muy bien -dice el ingeniero aeroespacial Scott Greatorex, del Goddard Space Center, subjefe de la misión por la NASA-. Estamos en las primeras etapas y hubo algunas demoras por falta de fondos de la NASA, pero ahora la financiación está llegando y estamos recuperando el tiempo perdido." El equipo local tiene la responsabilidad del diseño general de los sistemas y el de la NASA, que integran alrededor de 50 personas, del instrumento Aquarius, un receptor de microondas de 1420 megahertz que producirá una representación gráfica de la salinidad de los océanos. "Nuestro primer objetivo es entender cómo la circulación oceánica, los patrones de lluvias y el derretimiento de los hielos empujan la variabilidad climática -explica el oceanógrafo Gary Lagerloef, investigador principal de la misión SAC-D/Aquarius por la NASA-. El parámetro clave que tenemos que estudiar es la concentración salina en el agua oceánica, sobre lo que no sabemos mucho. Necesitamos tomar muestras durante años y tener mediciones globales simultáneas." "El Aquarius consiste en una antena parabólica de tres metros de diámetro, que irá plegada en el satélite y se desplegará en órbita-agrega Colomb-. Tiene tres haces dirigidos a la Tierra, y a partir de la emisión que se observa en esa frecuencia uno puede, con ciertos algoritmos, determinar la salinidad de la superficie del mar." Se espera que el SAC-D obtenga en ocho días un mapa del contenido de sal de todos los mares del planeta. Será la primera vez que se registren estas mediciones. "De la salinidad marina depende la evaporación -agrega Colomb-, que influye en el ciclo hídrico. Es una de las variables que todavía no se conocen, y por eso representa una prioridad para la NASA." Además del Aquarius, viajarán a bordo del SAC-D dos receptores de microondas, dos cámaras (una infrarroja, para detección de incendios y erupciones volcánicas, y una de alta sensibilidad, para tomas nocturnas); un sistema de recolección de datos que recogerá información de estaciones terrenas que miden parámetros meteorológicos (como temperatura, humedad y velocidad del viento); un instrumento italiano que estudiará la ocultación de los satélites GPS y de ese modo podrá medir de forma muy precisa la temperatura, humedad e índice de refracción de la atmósfera; y un instrumento francés que estudiará la distribución de la basura espacial y el impacto de los micrometeoritos en los satélites. "La cooperación de ambos equipos es excelente -asegura el doctor Amit Sen, jefe del proyecto por la NASA-. En la Argentina tienen investigadores muy talentosos. Y cuando se juntan personas muy talentosas logramos hacer misiones exitosas." Fuente: Nora Bär, Diario La Nación.
Un grupo de científicos argentinos anunció ayer el desarrollo de una nueva vacuna contra la hepatitis B cuya principal ventaja es que reduce las dosis de aplicación de tres a dos y baja los costos de prevención de un mal que anualmente causa la muerte de un millón de personas en todo el mundo. La nueva vacuna, que fue lograda por el laboratorio Cassará, representa un avance en la prevención de la hepatitis B, ya que actualmente sólo el 10% de quienes inician el proceso de vacunación llega a inyectarse las tres dosis, con la consecuente pérdida de efectividad. La vacuna, que estará disponible al público en seis meses, previene la más peligrosa de las hepatitis, que puede producir la muerte o patologías crónicas que derivan en cirrosis, insuficiencia hepática o cáncer de hígado. "Esta es la primera vacuna en dos dosis contra la hepatitis B desarrollada en el mundo y tendrá un costo de compra 10% menor a la vacuna en tres aplicaciones", señaló el director de los laboratorios, Jorge Cassará. Para desarrollar la vacuna, Laboratorios Cassará utilizó un nuevo adyuvante, fabricado en Estados Unidos, que mejora la inmunogenicidad de forma que el paciente queda efectivamente protegido con la aplicación de la segunda dosis, que se suministra treinta días después de la primera. "El adyuvante es hidróxido de aluminio, un producto sintético similar a una pared de bacterias, que potencia el efecto inmunógeno, permitiendo al paciente generar anticuerpos contra el virus y una memoria inmunológica más rápidamente", explicó Cassará. El tratamiento que actualmente está disponible en el mercado consiste en una segunda aplicación al mes y una tercera a los seis meses. Cassará sostuvo que en Argentina, donde desde hace una década es obligatorio inocular a los recién nacidos contra la hepatitis B, el 99,5% de los bebés recibe la primera dosis, pero sólo el 20% se aplica la segunda y un escaso 10% llega a la tercera aplicación. "Cada año nacen casi un millón de niños y el Estado compra anualmente unas tres millones de vacunas para suministrarlas gratuitamente, pero por la crisis del sistema de salud y de la sociedad en general, no se sigue un control de la vacunación, los chicos van de hospital en hospital y no completan las dosis", dijo. La nueva vacuna no sólo sería útil para los recién nacidos sino también para los mayores de 12 años, que nunca han sido vacunados, y que para acceder a ciertos trabajos con riesgo de contagio de la enfermedad podrían estar inmunizados en tan sólo un mes y no en medio año, como sucede actualmente. Se calcula que en Argentina unas 300.000 personas portan el virus de la hepatitis B, que se contagia por vía sexual, contacto con sangre contaminada, de madre a hijo durante el embarazo o través de la saliva y el sudor. Los laboratorios Cassará, que en 1995 desarrollaron la primera vacuna argentina contra este tipo de hepatitis, trabajan en un nuevo tratamiento de una sola aplicación, que ya fue probado en monos con eficacia y ahora se estudia su aplicación en humanos. "La versión en una sola dosis está en su fase inicial. Los estudios clínicos en humanos demorarán de tres a cuatro años", señaló Cassará.
Hay diferentes opciones, pero todavía no se sabe cuál es la mejor. En Bonn, Alemania, se discute cómo generar energía más barata y que no dañe el medio ambiente. En la Argentina hay diversos proyectos para avanzar decididamente con la energía eólica, considerada la más limpia de todas. ¿Será posible vivir sin petróleo? Esta es una de las grandes incógnitas que la humanidad aún no logra responder. Pero ya existen, en todo el mundo, diversos grupos de científicos que buscan fuentes de energía renovable, y a principios de junio se encontraron en Bonn (Alemania), en una conferencia internacional para impulsar alternativas a este candado que se puede cerrar a las futuras generaciones. Entre otros temas, además, intentan generar energía que disminuya el impacto del efecto invernadero y hacer que este preciado bien deje de ser patrimonio y factor de enriquecimiento de los poderosos de la Tierra. "Dos mil millones de personas no tienen acceso a la energía", dijo en la apertura del encuentro la ministra alemana de Cooperación Económica y Ayuda al Desarrollo, Heidemarie Wieczorek-Zeul. La única alternativa seria para garantizar el suministro a todos y no abocar al mundo al desastre climático es el fomento de fuentes limpias, renovables y explotables también por parte de los menos privilegiados, agregó la ministra. Nuestro país no está ajeno a esta situación. De hecho, ingenieros de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) trabajan en distintos proyectos de energía eólica, una de las alternativas que también estuvo sobre la mesa de discusión en Bonn. Si bien su índice es aún escaso, la Argentina está en el primer lugar de las naciones de América Latina en la utilización de esta tecnología limpia. La eólica es una de las opciones energéticas más competitivas que existen en la actualidad, con un crecimiento durante los últimos cinco años del 32% por encima del resto de las fuentes energéticas. El ingeniero argentino Ricardo Bastianon, especialista en este tipo de energía, piensa que con turbinas que pueden agruparse en una superficie de menos de 100 kilómetros cuadrados se puede generar electricidad suficiente para abastecer a todo el país. El científico, que realizó estudios de posgrado en España y un doctorado en Estados Unidos, aclaró no obstante que la generación de energía por ese método resulta más cara que mediante el gas, especialmente porque luego de la devaluación de 2001 el costo de las turbinas se triplicó y el gas aumentó al ritmo de la inflación. El ingeniero hizo un cálculo de "cuántas turbinas de 1,5 megavatios, hacen falta para alimentar a todo el país" y concluyó que "con 18.000 turbinas se puede cubrir esa demanda". "Basta con una superficie de 95 kilómetros cuadrados para tenerlas a todas juntas", afirmó. Bastianon destacó que "en la Argentina se intentó un apoyo estatal a esta nueva forma alternativa, con la sanción de la Ley de Energía Eólica y Solar". "Pero con la crisis -remarcó- muy pocos generadores pudieron cobrar lo que decía la ley, que establecía un canon de un centavo de dólar para cada kilovatio entregado a la red". En Bonn, el objetivo fue que los asistentes (representantes de 154 países) se comprometieran a impulsar e invertir en esas energías para lograr que cubran en 2020 el 20% del suministro mundial, frente al 13,8% actual. Las alternativas que están sobre la mesa Las energías renovables tienen buena reputación entre la población: según diversos estudios: el 70% de la población simpatiza con ellas. Se parte de la base de la explotación de cinco elementos "descentralizados": agua, sol, viento, geotermia y biomasa. Del 14% del consumo mundial que en la actualidad cubren las renovables, la parte del león -un 11%- corresponde a la biomasa, generada principalmente por la incineración de desperdicios. Su mala utilización comportaría daños colaterales, como la deforestación. La geotermia, basada en la enorme fuerza calorífica bajo la superficie de la Tierra, pasa por la perforación a miles de metros de profundidad, hasta extraer esa energía natural. La hidráulica, la más "tradicional" en la familia de las renovables, cuenta con el hándicap de que no puede convertirse en pantano cualquier río o valle del planeta, por el impacto medioambiental que comportaría. Las máximas expectativas se concentran en la eólica y la solar, pero son también las que requieren de mayor inversión y tecnología.
El Instituto de Biomedicina de la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE) junto con la Universidad de Texas realizarán un estudio sobre el mal de Chagas. Quieren saber cómo se producen los cambios moleculares en la progresión de la enfermedad. Y por eso convocaron a pacientes chagásicos voluntarios para realizarles el estudio. El Instituto de Biomedicina (IB) de la Universidad Católica de Santiago del Estero (UCSE) recibió a principios del mes de junio a la médica Nisha Garg, investigadora científica del Departamento de Microbiología, Inmunología y Patología de la Universidad de Texas, Estados Unidos, con el fin de iniciar una colaboración científica en el área de estudio de la enfermedad de Chagas. Se trata de una acción en conjunto que pretende evaluar los cambios bioquímicos y moleculares producidos en el nivel celular de los pacientes para estudiar la progresión de la enfermedad. Por eso la UCSE ya lanzó una convocatoria a pacientes enfermos para que se presenten voluntariamente a ser examinados. Según informó la casa de altos estudios, el programa de investigación de Garg y su equipo de colaboradores se centra en dos principales áreas en modelos experimentales relacionadas con los mecanismos moleculares del desarrollo de la cardiopatía chagásica crónica en respuesta a la infección aguda. Además, el estudio apunta incluso al desarrollo de vacunas para el control de la infección, basado en el estudio genético del genoma del parásito con el fin de identificar candidatos que sean útiles para el desarrollo de vacunas. En este sentido, Pedro Yachelini, director del Instituto de Biomedicina, consideró que el estudio podría ser de beneficio para los pacientes participantes en particular, en cuanto permitirá el conocimiento del estado celular con relación a su enfermedad chagásica y también para "el desarrollo de nuevas tecnologías orientadas a la evaluación pronostica de evolución y seguimiento de la enfermedad de Chagas en general", destacó. Los interesados deberán tener entre 18 y 55 años con la enfermedad declarada. La participación en el proyecto titulado: "Disfunción mitocondrial en pacientes chagásicos" es totalmente voluntaria. Yachelini detalló que la participación es muy sencilla. "Se extraerán de los participantes una pequeña cantidad de sangre, en la que se determinarán las características bioquímicas y moleculares en el laboratorio. Una parte de los estudios se realizarían en el IB, y el resto en los EE.UU., en el laboratorio de la doctora Garg. Al parecer, los médicos no prevén ningún riesgo al participar en este estudio. El único malestar que puede esperarse es la propia extracción de sangre, como en cualquier otro examen de rutina. Tal como adelantó la UCSE, los resultados de la participación son confidenciales y no serán divulgados públicamente sin el previo consentimiento de los participantes. En el caso de que los resultados de este estudio sean publicados o comunicados al público en general, a los participantes de este estudio se les hará referencia únicamente por número. Más información: Instituto de Biomedicina
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