Aciertos y errores sobre la historia de la Tierra ¿Cómo era en un principio?, ¿cuál es la historia de la Tierra?, ¿cómo se formaron los continentes? Estas y muchas más fueron las preguntas que el científico José Sellez Martínez abordó en la charla "Historia del desarrollo de la Teoría de la deriva de los continentes" que organiza el Centro Cultural Rojas semanalmente en la sede de la Sociedad Científica Argentina. Por Claudia Bustamante (*)
El geólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, mediante la asistencia de filminas, fotografías y gráficos explicó las características de la evolución del planeta. Un dibujo realizado en el siglo XVII ya ilustra a la tierra en su primera época, cuando era solo un continente. En los inicios de las investigaciones geológicas "había tres preguntas claves: por qué hay fósiles marinos en las montañas o cómo llegaron esos organismos que vivieron en las profundidades marinas a las cimas de las montañas; por qué están deformadas las capas de rocas y cómo se formaron las montañas", sostuvo Martínez. En principio estos interrogantes fueron respondidos por la Teoría de la Tectónica Global que sostiene que la superficie externa de la tierra (litosfera) se encuentra fragmentada en placas que comprenden tanto a los continentes como a los océanos. "Estas placas tienen características particulares; se mueven unas con respecto a otras. Otras posibilidades son que, como consecuencia de estos movimientos, las placas además de separarse, pueden pasar una junto a otra o bien chocar". Para responder a todas las preguntas que inicialmente se realizaban los científicos, la teoría tectónica afirma que "como consecuencia de la apertura y cierre de los océanos que van siendo comprimidos al moverse las placas, los sedimentos marinos son acumulados, deformados y finalmente llevados a las cadenas montañosas, y es por eso que se encuentran fósiles marinos en las cumbres de las montañas". Sin embargo, a pesar de ser una teoría concluyente y consecuente, a mediados del siglo XX irrumpió Vladimir V. Beloussov, un científico ruso que se destacó por sus hipótesis geotectónicas que se refieren a cómo se originan las montañas. Beloussov desestimó numerosas teorías imperantes hasta ese momento y con expresiones terminantes. Sellez Martínez sostuvo que el aporte del científico ruso fue muy interesante, ya que "muchas veces las ideas en ciencia para su difusión y aceptación dependen más del estilo literario con que son presentadas que de las pruebas científicas". En la historia de las hipótesis geotectónicas apareció la de Corrientes de Convección donde se menciona la posibilidad de que haya movimiento de material en el manto terrestre. Para ese momento ya se sabe que el interior de la tierra es sólido. La pregunta entonces es cómo es posible que se mueva. Para Martínez es muy simple, "le damos tiempo geológico. Es similar a lo que sucede con el alquitrán. Si lo golpeamos con un martillo, el alquitrán se rompe. En cambio si apoyamos el martillo sobre el alquitrán, a los dos días el martillo desaparece dentro. Esto sucede en el término de millones de años en el manto terrestre, el material sólido puede fluir y desplazarse pero necesita para hacerlo altas temperaturas y altas presiones". Aunque para Sellez Martínez los científicos que estudiaron este tema hicieron sus aportes y todos cometieron errores pero lo que va quedando son las partes que permanecen como válidas. Y que la importancia de la construcción del conocimiento científico surge de la labor colectiva. Así es como las contribuciones de los que estudiaron seriamente este tema concluyó en la Teoría de la Deriva Continental, que responde al porqué de la separación del único bloque inicial (llamado Pangea), en primero a dos grandes continentes: Godwana y Laurasia. A partir de allí y en procesos que insumen millones de años, la separación se multiplicó hasta quedar la tierra conformada como la conocemos hoy. Algunas de las evidencias en que se basa este postulado remiten a la configuración geométrica de los bordes continentales (por ejemplo, Africa y América del Sur); las características similares geológicas de un lado y del otro del Atlántico; la simultaneidad de eventos paleo climáticos (glaciaciones), la analogía en el registro fósil que hoy se encuentra en diferentes continentes, etc. El avance producido por la geología permitió el desarrollo de otras disciplinas científicas como el paleomagnetismo y el magnetismo de rocas. Y la UBA fue pionera en ese aspecto. "En 1960 se creó en nuestra universidad el primer laboratorio de paleomagnetismo de Latinoamérica y que tiene uno de los grupos de investigación más importantes en esta materia". (*) Telam - UBA.
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