Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UBA   AÑO 14 - NÚMERO 512   VIERNES, 10 DE SEPTIEMBRE DE 2004

Educación y empresas

Por Enrique Stroppiana.

  Productores rurales destacaron la necesidad de impulsar la educación, tanto por los problemas de acceso a la escolarización como por la necesidad de capacitar a los trabajadores de la agroindustria. Hubo también un llamado de atención acerca del escaso flujo de inversiones en investigaciones agropecuarias en la Argentina. Estos fueron algunos de los temas discutidos en las Jornadas Tecnológicas 2004, desarrolladas en el contexto del XVII Congreso Nacional CREA, organizado por la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea) y realizado en Mar del Plata entre el miércoles 1 y el viernes 3 de septiembre.

  El presidente de la Aacrea, Marcelo Carrique, señaló que "desde hace tiempo también hemos comprendido que la educación es un tema de todos y de cada uno de nosotros. No hay sueño posible, no hay futuro, no habrá visión integral de país sino revertimos la dependencia que la ignorancia genera". En su alocución insistió en el desarrollo científico, debido a que "ya estamos viviendo la Sociedad del Conocimiento, una nueva realidad acelerada por los cambios tecnológicos. Esta revolución va a generar ganadores y perdedores".

  Del encuentro participó el ministro de Educación de la Nación, Daniel Filmus, quien explicó que "en las últimas décadas, la Argentina consideró que no necesitaba la educación para estructurar un país y un modelo que debe generar crecimiento y equidad". En declaraciones a La Nación, el ministro explicó que "la educación está volviendo a tener un papel central porque tenemos la oportunidad histórica de un cambio de modelo". El Ministerio y la Aacrea firmaron un convenio para implementar el Programa de Padrinazgo de Escuelas Rurales y Agrotécnicas que patrocinarán los integrantes de los Grupos CREA.

  En los últimos tiempos las empresas de maquinaria agrícola, que experimentaron un boom de ventas por la mejora del agro, se toparon con la falta de obreros y técnicos capacitados. Por esto, el ministro de Educación anunció que en los próximos meses estará listo un proyecto de ley de educación técnica para fomentar la capacitación de los estudiantes en las actividades productivas, que se está siendo elaborando con el apoyo del Ministerio de Economía.

  Distintos empresarios destacaron también la importancia de la interrelación entre empresas, universidades y centros de investigación. Uno de ellos, Marcelo Argüelles, presidente de BioSidus, destacó que los países subdesarrollados "pueden y deben invertir en tecnología". Y que la biotecnología y el software son dos sectores que se encuentran en óptimas condiciones para aprovechar oportunidades de negocios. Argüelles dio el ejemplo del polo tecnológico Indear, que BioSidus y otras empresas están desarrollando en Rosario.

  Pero tampoco dejó de estar presente la crítica a la situación actual del sector. Martín Osterheld, director del Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección, profesor de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet, sostuvo que "producimos mucho granos con poca utilización de la ciencia agropecuaria, eso no es eficiencia productiva; es, en rigor, una irresponsabilidad", dijo el catedrático.

  Osterheld detalló que presupuesto dedicado a la investigación –unos 80 millones de dólares anuales entre el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), las facultades de Agronomía y el Conicet- "representa sólo el 0,5 % del producto bruto interno de los productos agropecuarios y primarios. Esta proporción está muy por debajo de lo que destinan países desarrollados y también es inferior a lo que destinan otras naciones iberoamericanas, como en el caso de Brasil".

  En una entrevista al matutino La Nación, Osterheld contó que el Estado argentino dedica a la investigación agropecuaria varias veces menos de dinero que la firma Monsanto (527 millones de dólares). No obstante, "el producto bruto agropecuario es mayor que las ventas de la mencionada firma. La Argentina invierte 22 veces menos que la facturación de esa empresa".

  Relató que en nuestro país "contamos con 2500 investigadores, un número razonable, pero con escaso margen de maniobra en términos presupuestarios". Y concluyó que pese a que la Argentina "es el tercer productor mundial de soja, el 16 por ciento de esta oleaginosa es producido aquí; sólo el 2 por ciento de los trabajos científicos se realizan en el país. China e India, cuentan con muchos menos producción que nosotros, pero investigan mucho más".

En el Chaco

  Coincidentemente, en la conmemoración del Día de la Industria, el secretario de la Unión Industrial del Chaco (UICH), Alfredo Bordón, destacó los vínculos de los industriales de la provincia con las universidades de la región. Especialmente con la regional local de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y con la Universidades Nacionales del Nordeste (en particular con la Facultad de Agroindustrias de Presidencia Roque Sáenz Peña), de Formosa y también con la de Buenos Aires.

  Desde otro punto del país, Bordón explicó al diario Norte que "permanentemente nos nutrimos de conocimientos, porque nosotros tenemos un lema: la mejor manera de guardar un secreto industrial es seguir investigando. Ese es el camino, la única forma de estar permanentemente bien visto por el mercado es seguir investigando, analizando, trabajando y encontrando nuevas propiedades, tanto en el producto que nosotros elaboramos, como en cualquier otro", sostuvo.