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de Ciencia y Técnica >>Estudio de cultivos en Comahue. La Universidad Nacional del Comahue firmó a principios de abril tres convenios de investigación con el Consejo Federal de Ciencia y Tecnología de la Nación, Cofecyt, a través de los cuales se comenzará a estudiar el cultivo de orégano, las levaduras de los vinos y el tratamiento de los residuos en la región. Los acuerdos fueron rubricados por el titular del Cofecyt, Hugo De Vido, la rectora de la UNC, Ana Pechen, el intendente de Añelo, Norberto Izaza, el gerente de Funyder, Antonio Mellado y los titulares de las carteras de Ciencia y Tecnología de Río Negro y Neuquén, Roberto Haran y Andrés Méndez, respectivamente. Uno de los proyectos se basa en un estudio comparativo de ecotipos de oréganos en el departamento de Añelo, para lo cual se construirá una estación experimental. Otra de las iniciativas se centra en el diagnóstico de la situación y la elaboración de un anteproyecto de gestión integral de residuos para la ciudad de Bariloche. Esta investigación será realizada por Ernesto Crivelli en representación del Centro Regional Universitario Bariloche. En tanto que el tercer proyecto contempla el estudio de una nueva fuente de levaduras para el desarrollo de cultivos iniciadores vínicos autóctonos de la Patagonia Norte. Esta iniciativa ya está en marcha y apunta a mejorar la calidad de los vinos locales y atraer la atención de los bodegueros de la zona. Los proyectos tendrán una duración de tres años para lo cual desde el Cofecyt ya se destinaron 94.000 pesos para la iniciativa del estudio de oréganos y 47.000 pesos para la relacionada con las levaduras de los vinos.
El 10 de abril al mediodía fueron presentados en Salta los llamados "superguisos" que elabora el Centro Regional de Investigación de Santa Fe (CERIDE), dependiente del CONICET y la opinión de las más de 100 personas presentes fue unánime: se trata de una excelente alternativa para paliar casos de falta de nutrición, tienen muy buen sabor y numerosas ventajas más. La presentación de estas raciones se realizó en la Cooperativa de Productores Tabacaleros de Salta y contó con la presencia del gobernador Juan Carlos Romero; la senadora nacional, Sonia Escudero, ministros y una docena de intendentes de la provincia, invitados especiales como los responsables de CARITAS y periodistas de diversos medios. Durante la ceremonia se firmó un acta acuerdo entre el CERIDE y la COPROTAB en la que ésta de compromete a difundir las bondades de las raciones alimenticias nutritivas y a brindar apoyo logístico para la distribución de las mismas en instituciones de bien público de la región. También se prevé analizar los mecanismos adecuados para la transferencia de conocimientos para su elaboración y los de cooperación técnica, para lo cual el acuerdo regirá durante un año. Luego de las palabras de bienvenida a los presentes por parte del presidente del Consejo de Administración de la COPROTAB, Miguel Resina Pérez, el coordinador del CERIDE, José Luis Jiménez, brindó una explicación de las bondades de los denominados "superguisos". Jiménez dejó en claro que el espíritu que primó y prima en este emprendimiento es el del aporte social destinado a beneficiar a niños y adultos con problemas de nutrición en todo el país. Luego, el técnico explicó que "la idea nació a partir del extendido problema de desnutrición y cuajó definitivamente en oportunidad de la catastrófica inundación que azotó a la ciudad de Santa Fe en 2003. En esa oportunidad elaboramos durante tres meses 5.000 raciones diarias para paliar los efectos de la catástrofe". "A mediados del año pasado el proyecto se retomó y fue relanzado públicamente en diciembre. Desde entonces, elaboramos y distribuimos diariamente raciones en Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y Provincia de Buenos Aires. Por eso estamos complacidos de poderlas presentar hoy en Salta ante las autoridades provinciales y los responsables de la COPROTAB", agregó Jiménez. El coordinador del CERIDE hizo también un espacio para resaltar que "las raciones se distribuyen hoy en un centro de lucha contra la leucemia, con excelentes resultados", y además destacó que "son nutritivas, baratas y sabrosas, fáciles de cocinar y no necesitan cadena de frío para su distribución". Jiménez relató que "en la planta de CERIDE trabajan unas 20 personas en la elaboración de las raciones, entre técnicos y obreros". Y concluyó resaltando que "para nosotros es muy importante el aporte de cada región para seguir enriqueciendo las variedades con productos propios de la zona, como el poroto".
La Academia Nacional de Ciencias, la Universidad Nacional de Córdoba,el Ministerio de Educación de Córdoba y la Agencia Córdoba Ciencia, entregaron, el lunes 11 de abril, los premios a los ganadores del Concurso Provincial "Personalidades de la Ciencia y la Tecnología en la Argentina", edición 2004 dedicada al Dr.José Antonio Balseiro. El Concurso, auspiciado por el Diario La Voz del Interior y realizado en el marco del Convenio de Cooperación firmado por las instituciones mencionadas anteriormente, estuvo destinado a todos los estudiantes de Nivel Medio (Ciclo Básico Unificado y Ciclo de Especialización) y del Segundo Ciclo de Nivel Primario de escuelas de la provincia de Córdoba, de gestión pública o privada. Esta competencia intenta ser un espacio de difusión y apropiación de la vida y obra de los investigadores más destacados en la historia científico-tecnológica en nuestro país; respondiendo a la necesidad de que la comunidad escolar tome conciencia de sus figuras más relevantes,generando acciones que faciliten la comprensión de las condiciones que acompañan el proceso de indagación científica y desarrollo tecnológico,y promocionen la cultura científica. Los trabajos premiados son de alumnos pertenecientes a las siguientes instituciones educativas de la provincia: Centro Educativo General Manuel Belgrano de Oliva, IPEM Nro. 322 Manuel Belgrano de Villa Nueva, IPEM Nro. 66 Dr.José Antonio Balseiro de la ciudad de Córdoba. Cabe destacar que, además de los trabajos premiados en cada categoría, el Tribunal del Concurso otorgó menciones especiales aalumnos pertenecientes al Colegio San Ramón Nonato de la ciudad de Córdoba, al IPEM Nro. 99 Rosario Vera Peñaloza de Villa María, al IPEM Nro. 249 Nicolás Copérnico de la ciudad de Córdoba, y a la Escuela Adolfo Bioy Casares de la ciudad de Córdoba. Todos los participantes del Concurso presentaron un trabajo original e inédito, en el formato que ellos eligieron, sobre la vida y obra de un científico destacado en la Argentina: este año, como dijimos anteriormente, sobre el Dr. José Antonio Balseiro. Los trabajos fueron supervisados y avalados por un docente o equipo de docentes (pertenecientes a cualquier área o asignatura), uno de los cuales figura como Coordinador y es el responsable ante los organizadores del Concurso. Cada trabajo ganador, por categoría, se hará acreedor a la difusión del mismo y a material bibliográfico para el colegio al que pertenecen los ganadores.
Los hermanos Sebastián (8) y Juan (6) pasean por el parque, cada uno con una perrita a su lado: una labradora negra y una golden retriever. El mayor de los nenes tiene síndrome de Prader Willi, una enfermedad genética que provoca retraso madurativo y falta de saciedad con la comida. El más chico, trastornos de conducta. Las perras pertenecen al Centro de Zooterapia, un espacio de rehabilitación asistida con animales que funciona desde hace 11 años en el Parque Julio Roca, y depende de la Secretaría de Salud porteña. Actualmente, allí atienden a alrededor de 30 pacientes por día, chicos y adultos de todo el país que presentan diagnósticos tan diversos como cáncer, sida, autismo, parálisis cerebral o síndrome de Down. También sirve para menores con problemas de conducta o derivados de Tribunales, que en algunos casos terminaron trabajando en tiendas de mascotas o paseando perros. El centro cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales que trabajan tanto en el parque como en hospitales públicos de la Ciudad, escuelas de educación especial y, a partir de este año, también en cárceles. "Se trata de un programa integral que combina la parte física, psíquica y educacional a través de la estimulación con animales", explica la directora Elsa Szwarcman, quien trajo a la Argentina el modelo desde el Delta Society en Estados Unidos, pionero de la zooterapia en el mundo. Según Szwarcman, esta terapia "ayuda a reducir tres veces el tiempo de tratamiento del paciente". Además de los perros, hay coballos, peces y patos. Con música celta de fondo, la zooterapia apunta a estimular los sentidos mediante el juego y la contemplación de la naturaleza. Así se logra, entre otros resultados, desarrollar el equilibrio, el autocontrol y la motricidad. En sus comienzos el centro arrancó con cuatro perros. Hoy son 28, entre boyeros de Berna, terranovas, labradores y golden retrievers. Y cada uno necesita unas 1.200 horas de entrenamiento previo. "Son razas equilibradas y especialmente fuertes para las distintas actividades", asegura el veterinario Carlos Ciocca. Todos los animales son seleccionados y mantenidos bajo cuidados basados en baños semanales con soluciones bactericidas, control de enfermedades y dietas balanceadas. Estas estrictas medidas son indispensables debido a que los perros también asisten a enfermos dentro de los hospitales. "No son mascotas. Son coterapeutas de cuatro patas que además no discriminan, no les molestan los malos olores y dan afecto", afirma Szwarcman. Es por eso que el centro ya instaló un monumento al perro de trabajo, en homenaje a las largas horas de caminatas, juegos y, sobre todo, a la entrega de amor y paciencia de los animalitos.
A metros del cruce de las avenidas General Paz y de los Constituyentes, en la localidad bonaerense de San Martín, se encuentra uno de los pocos laboratorios en el mundo especializado en la fabricación e integración de paneles solares para usos espaciales. El complejo, ubicado dentro del Centro Atómico Constituyentes, pertenece a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y es otro paso certero para consolidar el lugar de privilegio que la Argentina ocupa dentro del exclusivo conjunto de países que desarrollan tecnología espacial. Ingresar al laboratorio requiere de una esterilización propia a la de un quirófano de hospital: hay que dejar portafolios o carteras y vestirse con un delantal blanco, un barbijo, una cofia para que no asome el más mínimo cabello y unas botas de tela para dejar atrás la suciedad de la calle en los zapatos. "Debemos recrear las condiciones ambientales propias del espacio, donde no existen el polvo, la suciedad y la contaminación", aclaró Julio César Durán, doctor en Ciencias Físicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y jefe del Grupo de Energía Solar de la CNEA. Ya dentro del laboratorio, de 220 metros cuadrados y acondicionado con nitrógeno de alta pureza, Durán mostró orgulloso el primer prototipo de panel solar construido en la Argentina y que simula el funcionamiento de las celdas en los satélites con la tecnología espacial más elevada, según lo que exigen los estándares internacionales. El investigador explicó cómo se realiza la integración de un panel solar: "A partir del elemento básico, que es la celda de energía, hacemos las mediciones eléctricas y ensayamos los distintos procesos de soldadura de celdas, alineación y pegado de los vidrios protectores y armado de los interconectores por donde circula la energía solar". Todo este proceso requiere de un "cuidado artesanal", dado que los paneles se arman a mano y las celdas se pegan a una distancia de dos milímetros. Una vez integrado el panel, se realizan todos los ensayos para comprobar su correcto funcionamiento. "Trabajamos con componentes de muy alto costo que son sometidos a ensayos repetitivos y que deben cumplir distintos controles de calidad", dijo Durán. Una prueba de ello es el costo de cada celda solar para uso espacial: unos 300 dólares. Si un satélite tiene por lo menos dos paneles solares, que llevan aproximadamente 2000 celdas cada uno, el costo de los componentes totales puede llegar al millón de dólares fácilmente, sin incluir el armado. Junto a sus nueve colaboradores, algunos becarios en Física y Química del Conicet, el doctor Durán trabaja en los ensayos que simulan la radiación que reciben los paneles solares en el espacio exterior. "Se irradian las celdas solares y los componentes electrónicos para someterlos a condiciones similares a las cercanas a su vida útil. También se los somete a temperaturas de más y menos cien grados centígrados y a vibraciones de cien veces la fuerza de gravedad terrestre, para simular el movimiento brusco que soportarán durante el lanzamiento del cohete", dijo Durán. Según la ley 23.877, de promoción y fomento de la innovación tecnológica, la CNEA y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) firmaron un acuerdo en 2001, que renovaron en agosto de 2004, para fomentar la fabricación de paneles solares en el país y elaborar un estudio de factibilidad para instalar una planta de fabricación de celdas solares espaciales o también llamadas de triple juntura. De esta manera, se busca fabricar en la Argentina el componente básico de todo panel solar: la celda de energía. El interés de este emprendimiento radica en que estos paneles solares formarán parte de un proyecto más ambicioso que la Conae lleva adelante junto con la Agencia Espacial de los Estados Unidos (NASA) para construir el satélite SAC-D/Aquarius. "Nosotros construimos el satélite y los paneles solares, y la NASA provee el cohete lanzador y el instrumento Aquarius, que medirá por primera vez la salinidad de los mares desde el espacio, lo que determinará el nivel de evaporación del agua y el calentamiento de la Tierra", explicó Raúl Colomb, doctor en Física de la Universidad Nacional de La Plata y jefe científico de la misión. La salinidad es un parámetro que nunca se ha medido en forma global. Se hace desde barcos y se tarda meses o años para medir toda la superficie de los océanos. En cambio, con el satélite se lograría cubrir todo el planeta cada ocho días. Este objeto único e innovador será lanzado en septiembre de 2008 y costará 200 millones de dólares. "Será el cuarto satélite que hacemos con la NASA. Tenemos una amplia experiencia de trabajo con ellos, siempre hemos respondido bien y creo que ése es el motivo fundamental por el que nos eligieron", agregó Colomb. En diciembre último, ingenieros y técnicos de la NASA llegaron al país para realizar la primera revisión del estudio que se utilizará para la fabricación de los componentes satelitales. Y en julio próximo regresarán para realizar la Revisión Preliminar de Diseño (PDR, en sus siglas en inglés), etapa clave en el proyecto satelital conjunto. "En ese momento tenés que llegar con todas las cosas cocinadas", graficó el doctor Durán en su laboratorio. Allí se demostrará cómo se construye un panel solar de grandes dimensiones (nueve metros cuadrados), los procedimientos para integrarlo y para comprobar que todos los circuitos y celdas funcionan perfectamente. "Una de las tareas más importantes en la interacción de la misión SAC-D/Aquarius consiste en demostrar a los científicos norteamericanos que en la Argentina se pueden fabricar los paneles solares para misiones satelitales importantes", agregó Durán. La construcción del satélite SAC-D y todos los subproyectos que derivan de éste, como lo es la fabricación de paneles solares, se encuadran dentro del Plan Espacial Nacional que lleva adelante la Conae, encargada de la planificación y ejecución de todas las acciones relacionadas con las aplicaciones del uso pacífico del espacio y de su conocimiento. Su director ejecutivo y técnico, el doctor Conrado Varotto, remarcó que "la importancia en el desarrollo de los conocimientos científicos locales convierten a la Argentina, cada vez más, en una productora y futura exportadora de tecnología espacial de primer nivel mundial". Y agregó: "La actividad espacial es política de Estado en el país desde hace varios años. La Argentina es un país espacial y, como tal, requiere de información espacial de su territorio, considerada vital para su crecimiento y desarrollo".
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