Las dos terceras partes de los aspirantes a cursar Ciencias Físicas son varones. Ellas no igualaron el número como ha ocurrido en otras carreras en los últimos tiempos. Por Cecilia Draghi (*) Mientras en ciertas carreras como Medicina las mujeres fueron equiparando en número a los hombres y hasta superándolos a través del tiempo, en otras aún no alcanzan estas proporciones. Por ejemplo, en 1962, las médicas graduadas en la UBA alcanzaban el 21 por ciento del total, y hoy superan la mitad de los diplomas. En tanto, en Física la supremacía sigue siendo masculina. "Las mujeres son la tercera parte del alumnado en la carrera de física", precisa la doctora Silvina Ponce Dawson desde el Pabellón 1. Ella, que siguió de cerca estos datos, sabe que el panorama en el propio país muestra matices. "Un caso es Buenos Aires y otro el resto de las provincias en la Argentina", compara. Fuera de la metrópoli porteña el porcentaje es aún más escueto. "Quizás el menor número en el interior se deba a que todavía perduran sociedades más machistas", sugiere. Si bien pueden darse motivos locales para esta menor afluencia femenina a este terreno del conocimiento, el tema traspasa las fronteras. "Física en general -señala- es una de las carreras con menos mujeres. Dentro de la educación tradicional, esta disciplina se asocia a los varones. Aunque aquí es distinto que en el exterior donde aún los porcentajes son más bajos", indica, al tiempo que agrega: "En el mundo hay una tendencia a que cada vez esta opción universitaria muestre menos alumnos. Hay más interés por carreras de mejor rendimiento económico, como informática". En carrera
Ponce Dawson, casada con un físico y madre de dos hijos, de 17 y 10 años, justamente vivió uno de sus partos en Estados Unidos, cuando estaba desempeñándose allí. "Como no tenía una licencia muy clara, a los pocos días de que naciera mi hija, estaba trabajando", recuerda. En esta tarea de ser madre y física, contó con la colaboración de su marido, y cuando se encontraba en Argentina, del Jardín de la FCEyN. "Para mí fue de suma importancia y muy útil", define. Hoy ella trabaja todo el día en la Facultad, dedicándose a la física teórica. "Es una actividad muy creativa -dice-. Antes sólo necesitaba un papel y un lápiz, y hoy utilizo la computadora". En su seguimiento de la situación femenina en su profesión, Ponce Dawson detectó que, en el nivel posdoctoral, es menor el número de mujeres en relación con los varones que se van a realizarlo al exterior. "Esto -sugiere como hipótesis- es porque para esa altura muchas ya tienen pareja. Y las mujeres son más propensas a dejar sus cosas para seguir al otro, que al revés. Cuando hay una mujer física casada con un hombre de otra actividad, lo más probable es que no haga una experiencia en el exterior". Esta característica también se observa en otras carreras, es decir que ellas son menos propensas a instalarse en otros países para perfeccionarse en su profesión.
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Centro de Divulgación Científica - FCEyN.
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