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Las causas
del abandono en el nivel superior
Una investigación
realizada en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) encontró que uno
de los motivos del abandono es la carencia de hábitos de estudio. Según
el docente Manuel Alberto Jaime, autor de una tesis de maestría referida
al problema, los estudiantes le dedican al estudio -fuera de las horas
de clase- un promedio de sólo tres horas semanales. Los datos surgieron
de una encuesta realizada entre alumnos que llevaban tres meses cursando
una carrera. A esto debe añadirse también la decepción que sufren los
jóvenes cuando son aplazados en las materias básicas de primer año, la
falta de una buena base en la escuela secundaria y una idea equivocada
de lo que es la carrera.
En el
caso de la Facultad de Agronomía y Zootecnia, la mitad de los ingresantes
abandona en primer año. Esta cifra está dentro del promedio de todas las
facultades de la UNT. Según Jaime, el primer gran obstáculo que encuentran
los estudiantes de Agronomía son las “materias filtro”, como Matemáticas,
Química y Física. “Los alumnos protestan porque dicen que vinieron a estudiar
Agronomía y no esas materias. Pero es un error pensar que se puede hacer
una carrera sin conocer las materias básicas -contó Jaime al matutino
La Gaceta-. Yo les digo que es preferible ‘sufrir’ dos años con esas materias,
para después poder hacer lo que quieren”.
Otra
de las causas de la desilusión de los jóvenes es la creencia de realizar
prácticas de campo en primer año. En cambio, se encuentran con materias
teóricas. “Esa es una causa frecuente de deserción. Muchos vienen en el
primer cuatrimestre, y después de julio ya no. La cantidad de alumnos
se reduce en un 30% en la segunda mitad de año”, contó Diego Pachao, secretario
del Centro de Estudiantes. “A las materias de campo se las comienza a
ver recién en segundo año. Los que llegan a tercer año ya no dejan la
carrera. Acá se dice que el objetivo es llegar a El Manantial, que es
donde se dicta el ciclo profesional”.
Para
buscar retener a los alumnos la UNT implementó tutorías. “El choque con
la vida universitaria, que tiene códigos y léxicos propios, puede desorientar
al estudiante. Padece de falta de información, y no conoce -y si conoce
no sabe usar- todos los recursos y servicios que le ofrece la universidad”,
explicó el secretario de Extensión de Agronomía, Jorge Vidal. “Se hizo
una lista de docentes voluntarios que se inscriben como tutores. Los chicos
también se inscriben voluntariamente y se les asigna un tutor. Puede cambiar,
si lo desea. La idea es que se cree un vínculo con el profesor. A los
problemas familiares que se detectan los trata una psicopedagoga”, agregó.
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