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Diseño
de impresora
Santiago
Badrán, un joven ingeniero egresado de la Facultad Regional Avellaneda
de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) ganó el "Premio Nacional
a Jóvenes Egresados Emprendedores" que entregan el Banco Río y el portal
Universia. Badrán es creador de una impresora litográfica de hojalata
única en el mundo que, con una inversión de 300 mil pesos, puede alcanzar
un negocio de 39 millones de pesos. Surgido como una afición, comenzó
a diseñar en sus ratos libres una máquina distinta a las que veía funcionar
y que imprimen los dibujos o palabras que se puede ver en cada envase
metálico que se compra masivamente.
Entrevistado
años atrás por el diario La U , contó que su invención "es una máquina
superior a las que se venden en Europa y los Estados Unidos porque las
impresoras del momento imprimen dos colores por pasada y entonces obliga
a reprocesar todo para imprimir un diseño que tenga más tonos". Tras el
último premio, añadió que "tengo la patente desde hace un año y mi idea
es fundar una empresa de fabricación de máquinas en la Argentina". Pese
a que el mercado está dominado por tres únicas empresas, estimó que "me
favorece de una manera impresionante. El mercado es enorme y la oferta
es insignificante. Aquel que tenga que comprar una impresora litográfica
no tiene otra opción que comprársela a esos tres grandes productores,
y por eso el precio es muy elevado y a veces inalcanzable".
El ingeniero
Badrán contó que "siempre comparé mi máquina con el último modelo que
existe a la venta cuyo costo es de 2 millones de dólares, pero estaba
cometiendo un grave error: estas máquinas tan caras imprimen solo dos
colores por pasada. Mi máquina imprime seis colores en un solo paso. Hace
poco tiempo, una empresa inglesa que fabrica impresoras litográficas lanzó
al mercado una máquina de seis colores a un costo de 4,5 millones de dólares.
Nadie en América Latina puede adquirir ese tipo de tecnología y menos
aún en la Argentina ya que la devaluación agrega una cuota más de imposibilidad",
explicó.
Agregó
que su invención "si bien sigue utilizando el mismo sistema offset es
totalmente diferente a las que existen actualmente y está diseñada con
una simpleza extrema. Una impresora convencional pesa 20 toneladas y la
mía pesa sólo 5. Esta diferencia en peso es proporcional al costo final".
Concluyó que "ahora, con el dinero obtenido en este nuevo concurso puedo
continuar con la construcción final del prototipo".
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