Facultad de Ciencias Exactas y Naturales-UBA   AÑO 15 - NÚMERO 533   JUEVES, 7 DE JULIO DE 2005

"Sed", Un documental que denuncia el intento de robo de los reservorios de agua de Misiones

El film indaga en la compleja realidad del agua. Y lo hace a través de la teoría del plan de apropiación de los Estados Unidos del Acuífero Guaraní, capaz de abastecer de agua a todo el planeta durante 200 años.

  "La pediatra argentina no puede creer lo que ve. Un chico haitiano se acerca hasta una camioneta de las fuerzas de intervención en su país y observa cómo cae agua del radiador. Una tras otra, las gotas revientan contra el suelo. El niño se arrima más, abre la boca y las toma. En pocos minutos, otros pibes hacen fila detrás de aquel, del primero que se animó a mostrar su sed" cuenta Mausi Martínez, directora del documental Sed, y amiga de la médica testigo de la injusta situación del agua en el mundo.

  Junto a su marido, y productor del film, Luis Barone, Martinez comenzó a investigar la problemática del agua que, según datos de las Naciones Unidas, es un lujo para unos mil cien millones de personas, que conduce a la muerte a tres millones de personas cada año por beber agua contaminada o simplemente por no poder tomar nada. El 97,5 % de agua del planeta es salada. El resto, dulce y en proceso de pérdida.

  Pero el documental Sed no aboradará los aspectos más gnerales de uno de los problemas más graves de nuestro tiempo, sino que se dedicará a aspectos políticos del Acuífero Guaraní, una reserva subterránea de agua dulce que abarca cuatro países de América latina capaz de abastecer a todo el planeta durante doscientos años.

  Su objetivo fue producir un hecho artístico capaz de crear conciencia sobre la cuestión. Si, tal como plantea la ONU, es sólo una ilusión que el agua potable sea abundante -ya que menos de la mitad del ínfimo porcentaje de agua dulce puede ser utilizada para la alimentación y la higiene de los seres humanos- era preciso poner frente a los ojos de la sociedad la dimensión del problema. "Fue difícil traspasar la idea al formato porque el tema central era el acuífero, que es una reserva de agua subterránea, pero ¿cómo se hace para filmar una reserva de agua subterránea?", se pregunta Martínez.

El ojo en el agua

  El documental, que recibió la Mención de Honor por Derechos Humanos en el Festival Internacional de Mar del Plata 2005 y paseó por varias provincias argentinas para ser exhibido y discutido en distintas organizaciones sociales, es impactante.

  La cámara viaja a Misiones para dar cuenta de la posible contaminación del acuífero en San Ignacio, se sube a un bote para recorrer los Esteros del Iberá, participa del Congreso Nacional del Agua, se mete en un laboratorio de la Comisión Nacional de Energía Atómica y descubre que el agua del acuífero tiene 20 mil años de antigüedad.

  En Sed abundan las mágenes que valen más que mil palabras, como aquellas del centro de aguas termales de Entre Ríos donde, mientras los turistas aplacan el reuma, el agua no utilizada fluye inevitablemente al encuentro de algún río contaminado. "Es muy impresionante ver cómo el agua sale, y sale, y sale, y va a ningún lado", relata Martínez. "Una vez que hacés el pozo, no hay modo de taparlo, es un bidet permanente. Se usa una parte, la otra se mezcla con agua podrida. Ver eso que se va así, es para decir 'ay Dios, hagan algo’”.

La era del agua

  El Acuífero Guaraní abarca 1.190.000 kilómetros cuadrados de cuatro países: Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina. Su capacidad hídrica permitiría abastecer a toda la población mundial durante 200 años. De ahí su importancia estratégica y económica. En el documental, la formación del acuífero es explicada a través de placas animadas que reseñan el desarrollo de la reserva a través de los siglos. Miguel Auge, profesor de Hidrogeología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, detalla ante la cámara de Martínez los estudios encarados por distintas facultades para elaborar un diagnóstico y proponer vías de aprovechamiento de este recurso. "Esa entrevista me conmovió mucho porque él investigó con todo el esfuerzo, con dos mangos, durante seis años, hasta que un día le dicen que el Banco Mundial va a financiar el proyecto", recuerda Martínez. "Lo ponen en la disyuntiva de si colaborar o no, entonces ¿en qué situación está poniendo el país a nuestros científicos?". El organismo multilateral de crédito pone dinero y se lleva datos.

  "Fue difícil traspasar la idea al formato porque el tema central era el acuífero que es una reserva de agua subterránea pero ¿cómo se hace para filmar una reserva de agua subterránea?", se pregunta Martínez. "Miguel Auge tenía mucha angustia cuando me contaba esta situación, es un hombre que desde su pequeño lugar está haciendo patria", indica la directora del documental.

  Es en este punto donde Sed marca claramente una p tura política. "El referí siempre tiene razón. Si usted no lo entiende, no entre a la cancha a jugar", desafía el cartel que aparece en una imagen sepia, a modo de metáfora explícita. Tan explícita como las palabras del Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, que afirma: "Las próximas guerras serán par el agua: Y que alerta sobre los 'fantasmas del terrorismo' que se están levantando para 'justificar' la instalación de bases militares, la vigilancia continua o la programación de ejercicios conjuntos entre las fuerzas armadas estadounidenses y argentinas en regiones claves en la provisión de agua.

  La cámara de Mausi Martínez llega hasta Foz de Iguaçú para hablar con Mahmad Ismail sobre la presunta existencia de terroristas en esa ciudad, panea sobre las Cataratas y regresa a la Cancillería para entender un poco más sobre lo que se juega en las negociaciones que tienen que ver con el patrimonio nacional. La privatización de las empresas de distribución de agua y la venta de tierras también tienen su razón de ser en este complejo mapa por la supervivencia. Dentro de quince años, unas pocas empresas privadas tendrán el control del 75% del agua, según el ex vicepresidente del Banco Mundial, Ismael Serageldin.

  "Quien detente el poder del agua, va a ser el que más poder tenga en el futuro. Es un recurso que tenemos que cuidar; no hacerse cargo de eso y dejarlo en manos de los investigadores del Banco Mundial es un crimen", alerta Martínez.

  Se calcula que cada persona necesita como mínimo entre 50 y 100 litros diarios de agua para uso personal, doméstico y prevención de enfermedades. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU estableció que el agua es un derecho humano fundamental. "Son cuestiones a las que hay que estarles encima todo el tiempo. Las organizaciones de la sociedad civil trabajan mucho sobre estos temas, pero hay que ampliar la difusión porque sino el camino de hormiga es muy complicado", prosigue Martínez.

  El estreno comercial del do mental Sed está previsto para el mes de junio aunque ya fue uno de los dos films elegidos para ser proyectados en abril en la primera sala de cine que se inauguró en la Antártida. Mientras tanto, un informe reciente de UNICEF señala que 4 mil chicos mueren por día en el mundo por no tener acceso a agua potable. Y la imagen de los niños de Haití bebiendo agua del radiador se transforma en un número dolorosamente injusto.

Para comunicarse con Mausi Martínez: mausimartinez@hotmail.com