El grupo de Terapia Génica del Instituto Leloir, encabezado por Osvaldo Podhajcer, probó en ratones una vacuna génica contra el cáncer de mama y de colon, que tuvo una efectividad de entre el 50 y el 70 por ciento. El grupo de Podhajcer, profesor en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la FCEyN, demostró por primera vez que el tratamiento de ratones portadores de tumores de colon o de mama con una vacuna génica que contiene la combinación de las interleuquinas 10 y 12 (IL-10 e IL-12), indujo el rechazo del tumor en la mayor parte de los animales de investigación. La vacuna resultó también efectiva contra la metástasis de pulmón en ambos tipos de tumores, lo que permitió concluir a los investigadores que el organismo desarrolla una “memoria inmunológica” que lo defiende de futuros ataques del tumor. Por motivos que no son del todo claros, cuando se produce un tumor cancerígeno en el organismo el sistema inmunológico se muestra incapaz de combatirlo. En los últimos años los investigadores intentaron desarrollar diferentes estrategias dirigidas a lograr que el mismo sistema inmunológico del organismo afectado se ponga en marcha, atacando y rechazando el tumor. En ese camino, el empleo de citoquinas ha arrojado resultados positivos en estudios preclínicos, ya que se trata de un grupo importante de proteínas —que actúa como mediador de la comunicación entre células— entre las que se encuentran las interleuquinas, o IL, mensajeros químicos secretados por las células del sistema inmunológico que actúan sobre los glóbulos blancos o leucocitos. La IL-12 es considerada la citoquina de mayor potencia antitumoral y antimetastásica, pero su excesiva toxicidad, unida a los modestos resultados alcanzados en ensayos clínicos, ha reducido las expectativas en cuanto a su empleo terapéutico. Por su parte, la IL-10 posee actividades contradictorias, aunque se presume en general que reprime la respuesta inmunológica. Los investigadores observaron que, al intentar vacunar ratones portadores de tumores de gran tamaño con las mismas células tumorales irradiadas produciendo IL-10, no obtenían ningún resultado terapéutico, mientras que si les suministraban IL-12 sólo el 10 por ciento de los animales conseguía rechazar el tumor. Tras realizar una importante cantidad de ensayos en los que combinaron diferentes proporciones de ambas interleuquinas, comprobaron que la administración conjunta de IL-10 e IL-12 producía un efecto sinérgico que permitió el rechazo del tumor en el 50 al 70 por ciento de los ratones inmunizados. Ese rechazo se evidenció tanto en tumores primarios de colon y de mama como en metástasis de pulmón. ”El resultado fue inesperado, ya que hasta el momento a estas dos interleuquinas se las consideraba antagónicas a partir de estudios de laboratorio en procesos inmunológicos tradicionales. Sin embargo, teníamos indicios de que en cáncer podían actuar de manera diferente. Lo que demostramos es que no sólo no se inhiben una a otra, sino que generan un efecto asociado de actividad antitumoral”, destacó Podhajcer.
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