Por Carlos Borches. Para esta época del año, en la Oficina de Prensa de nuestra Facultad iniciamos un recurrente y estéril debate acerca de la importancia que deberíamos darle a los aniversarios de nuestras publicaciones. Por ejemplo, el 30 de octubre, el Cable Semanal inició su 17mo. año de circulación. Por esas arbitrariedades del sistema decimal, 17 puede no ser tan significativo como 10 o 20, pero 17 es nada menos que un primo de Fermat, es decir números primos de la forma 22n+1 y este hecho puede conmover a quienes tengan sensibilidad diofántica. Más aún si pensamos que el próximo primo de Fermat es el 257, y si el Cable llega tan lejos, seguro no será con quienes lo pusimos en marcha. Mas canónico es el aniversario del Microsemanario. El Microsemanario es una publicación electrónica que nació hace quince años, el 4 de noviembre de 1990, y tiene rasgos singulares que merecen ser contados. En 1987, antes que apareciera el Cable Semanal, desde la Oficina de Prensa editábamos una revista mensual llamada, justamente, Cable. Mes a mes aparecíamos con unas 30 páginas con notas de investigaciones y desarrollos llevados a cabo en la FCEyN. En una de esas notas, publicamos algo que estaban haciendo en el Departamento de Computación Julián Dunajevich y un grupo de colaboradores. La cuestión era la puesta en marcha de un sistema para la trasmisión de información entre computadoras, algo que comenzaba a llamarse “correo electrónico”, por entonces una castellanización ideológicamente indispensable del término e-mail. No había en el país nada de esa naturaleza, y la gente de Computación había desarrollado un programa llamado “Chasqui” para que unas pocas computadoras, la gran mayoría del Pabellón I, empezaran a intercambiar “mails”. No mucha gente entendía de que se trataba eso, incluso muchos de quienes lo apoyaban lo hacían sin tener una visión cabal de sus proyecciones. Dunajevich quería que esa herramienta se usara intensivamente, había que probarla, exigirle, someterla en distintos terrenos, y así surgió la idea de explorar este medio para trasmitir noticias. El proyecto original comenzó a cobrar forma en la cabeza de Guillermo Giménez de Castro, y Ricardo Bravo, por entonces en el grupo de Julián Dunajevich, se puso a resolver los problemas técnicos que implicaba un emprendimiento de este tipo. Como en Argentina muy poca gente tenía acceso al correo electrónico, el Microsemanario nació como una publicación dirigida a la los graduados de Exactas que vivían en el exterior. Semana a semana un creciente número de suscriptores recibían noticias de política nacional, deportes, cultura y, por su puesto, el material que salía en el Cable Semanal. Aquí en Argentina, nadie sabia demasiado qué era el Micro, pero en el exterior su fama empezó a crecer más allá de la cofradía de «exactianos» y la lista de suscriptores se fue poblando de otros argentinos ansiosos de tener noticias del país. Con el tiempo la idea se fue modelando. La aparición de los medios de comunicación masivos en la red hizo que ya no fuera necesario continuar con algunas de nuestras líneas editoriales y nos reformulamos concentrándonos en las temáticas académicas, cambio que acompañó la explosión del uso de estos recursos en nuestro país llegando a contar con mas de 12 mil suscrptores para nuestras publicaciones electrónicas. Hoy, el Microsemanario alcanzó una versión mas modesta. Con la gran cantidad de medios electrónicos, el Microsemanario volvió a sus raíces restringiéndose, básicamente, a contenidos propios de la FCEyN, pero luce orgulloso la condición de ser la publicación argentina más antigua que aún circula por la Red.
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