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Jueves 7 de diciembre de 2006 La Fundación Konex otorgó el premio de Honor 2006 de Humanidades, a un año y medio de su muerte, a Manuel Sadosky. Una merecida distinción por sus incontables aportes al desarrollo de la universidad y la ciencia argentinas. Por Pablo Jacovkis.
Por varios motivos Manuel Sadosky puede ser considerado el padre de la computación en Argentina. Por un lado, propuso a la Universidad la creación del Instituto de Cálculo a principios de la década de 1960. El Instituto fue la columna vertebral de las actividades en investigación y desarrollo en computación en nuestro país durante su breve y fructífera primera etapa hasta el golpe de estado de 1966. Por otro lado, también llevó adelante la idea de comprar la primera computadora universitaria del país. En 1957 la Universidad tomó posesión de los terrenos de la Ciudad Universitaria, que era un páramo. Inmediatamente comenzó la construcción del Pabellón I, se licitó la compra de la computadora (que llegó en 1960) y se obtuvieron los fondos para comprarla merced a un subsidio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas. En tercer lugar, y también por su iniciativa, en 1963 el Consejo Superior aprobó la creación de la carrera de computador científico, primera carrera de computación del país. Todo eso lo llevó a cabo Manuel en su carácter de Vicedecano y profesor del Departamento de Matemática, y de Director, desde su fundación, del Instituto de Cálculo. Con la Noche de los Bastones Largos, en 1966 concluyó abrupta y lamentablemente la relación de Manuel con esta Facultad por mucho tiempo. Sin perder su optimismo, Manuel comenzó a preparar su relación con la Universidad de la República, en Montevideo, relación que sirvió para que, en algún sentido, pueda considerarse también padre de la computación en Uruguay. Durante todo ese período posterior al ´66 Manuel siguió incansablemente con su tarea de orientador de alumnos y jóvenes graduados provenientes no sólo de matemáticas y computación sino de las más diversas disciplinas. Durante el gobierno democrático de 1973-1974, algunas mezquindades del momento impidieron que Manuel fuera designado Decano de la Facultad de Ciencias Exactas, lo cual tomó con su tradicional buen humor. Pero en esa época los acontecimientos se precipitaron, y a fines de 1974, amenazado por las tres A, debió radicarse en Caracas y luego en Barcelona, de donde volvió recién en 1983, poco antes de la restauración democrática. Manuel fue designado Secretario de Ciencia y Tecnología de la Nación por el Presidente Alfonsín, y desde allí colaboró muy activamente en la recuperación de la computación como disciplina científica, sacándola del estado vegetativo en el cual estaba. La creación de la Escuela Latinoamericana de Informática (ESLAI), el Programa Argentino Brasileño de Informática (PABI), las Escuelas Brasileño - Argentinas de Informática (EBAIs), que él promovió como secretario, contribuyeron significativamente al renacimiento de la computación. Al asumir el gobierno del Dr. Menem, todas estas iniciativas de Manuel fueron discontinuadas; en particular, el cierre de la ESLAI fue un golpe durísimo para el desarrollo informático en Argentina. Los últimos años Manuel estaba activo como siempre. Era miembro del Comité Editorial de Exactamente, la revista de nuestra Facultad, y en las reuniones participaba muy entusiasta y productivamente. Afortunadamente pudo ser objeto en vida de homenajes merecidos: profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires; doctor honoris causa de la Universidad de la República, en Montevideo; Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El último homenaje que recibió fue un interminable aplauso cuando concurrió, diez días antes de su muerte, a la presentación del Foro de Competitividad de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones.
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ÁREA
DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
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