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Miércoles 8 de noviembre
de 2006 El Foro de Recursos Naturales de la Facultad organizó el tercer encuentro del ciclo "Debate a cielo abierto", con el jurista Eduardo Pigretti, el economista José Sbattella, el biólogo Guido Galafassi y el politólogo Nicolás Gutman. Por Eva Fontdevila (*) La charla abordó los factores que determinaron la sanción de las leyes mineras vigentes, los costos y beneficios de la actividad minera en términos de ecuación económica, el impacto de la actividad en la salud de las comunidades, y, en el caso particular de la minería de oro, la relación entre el capital y la naturaleza. Los organizadores distribuyeron entre los asistentes un boletín con la propuesta del Foro y recortes periodísticos que trazan un panorama de las polémicas en torno al tema en debate. El Foro de Recursos Naturales está constituido por un grupo interdisciplinario de estudiantes, graduados y docentes-investigadores de la FCEyN que se proponen debatir y realizar acciones en torno a la soberanía y uso sostenible de los recursos naturales. Una de las inquietudes que los reúne es el rol de la universidad pública en la temática y la posibilidad de referenciar a la Facultad en la materia. La charla partió de la hipótesis de que "aún cuando la minería fuera una actividad limpia, controlable y que sus impactos ambientales puedan mitigarse, no resulta evidente que el desarrollo generado sea sostenible y en beneficio del país". Leyes a pedido S.A. Los organizadores presentaron una breve exposición sobre el impacto económico y social de la actividad minera y, analizando el ya emblemático caso de La Alumbrera, ubicada en Catamarca, destacaron que el imaginario social con respecto a las posibilidades de progreso para la provincia a través de la explotación minera se basaba en que históricamente había sido precisamente la minería la que le había dado prosperidad. En cuanto a datos históricos, los integrantes del Foro señalaron que en 1990 se modificaron las leyes mineras en función de las necesidades de las empresas, cuyos puntos más fuertes son la inhibición del Estado argentino para emprender la explotación de yacimientos minerales; la importación libre de maquinarias, equipos, repuestos e insumos mineros; la devolución de IVA sobre la importación de bienes y servicios destinados a la inversión, y la exención de impuestos sobre los activos. Como primer orador de la charla, Eduardo Pigretti aportó la información jurídica y un análisis sobre las necesidades de una normativa que revierta las consecuencias negativas de las leyes que dieron incontables ventajas a las empresas mineras. Según Pigretti, "en el gobierno de Menem se desordenó todo y se inventó que hubiera una única regalía del 3% en todas las provincias. Algunas provincias tenían 10, otras 5. Lo que pasó es que se inventó que se bajaba el valor de esos elementos que deberían estar ahí en la salida del yacimiento para tomar un 3% de lo producido y ¿qué pasó? Empezó a pensarse que las provincias tenían que quedarse con un 3%, pero de eso debía deducirse un conjunto de conceptos definidos en una resolución y una ley. En un momento ya la nación y las provincias le terminaron debiendo a las empresas. Esta reforma dejó fuera de contexto todas las regalías y las posibilidades de las provincias de tener ingresos." Benditos años 90 Los expositores aportaron miradas complementarias sobre la cuestión de la explotación minera en Argentina. El economista José Sbatella abundó en datos sobre las ganancias de las empresas privadas en los últimos años y la excesivamente generosa política fiscal. A su turno, Guido Galafassi interpretó el modelo de desarrollo argentino y marcó las continuidades históricas entre la explotación agropecuaria de la pampa húmeda y la situación minera actual. Todos los panelistas acordaron que el gobierno de Carlos Menem en la década del ´90 abrió las puertas al capital internacional garantizando la estabilidad fiscal para los inversores. La exposición de Sbatella giró en torno a una investigación pedida por la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD es su sigla en inglés) en la que se comparan las rentas mineras y petroleras de 5 países latinoamericanos con distintas estructuras legales: Brasil, Chile, Ecuador, México y Argentina. "La idea es que estos países puedan diferenciar las rentas que se apropia el Estado, las rentas que se apropian las empresas privadas y lo que podría ir al usuario", explica Sbatella. Según el investigador, hasta ahora resultaba muy difícil acceder a los datos de ganancias y producción de las empresas. "Estábamos buscando pozos de recaudación y uno de los más importantes y que nos parecía estratégico eran las rentas de recursos naturales de Argentina. De la renta agraria el Estado se apropia una parte vía las retenciones, y lo mismo en la renta petrolera; la renta minera, en cambio, sigue siendo una especie de pozo negro de datos", contó. Sobre las posibilidades de analizar con un mismo criterio todos los países, Sbatella explicó que "en el caso de la minería no pudieron ser homogéneos porque hay países con gran trayectoria minera como Perú o Chile, y tienen una base de datos pública, un esquema de acceso a la información democrático. En cambio en Argentina, después de los ´90 y del sistema de concesión, realmente ha quedado un manto de neblina, pocos técnicos conocen la estructura legal que se montó". Según Sbatella, las empresas mineras quintuplicaron la producción entre 2001 y 2005, y la renta fue subiendo de 170 a 500 millones de dólares. "En la producción de oro, durante el período de inversión el Estado sólo se apropió del 2% de regalías, todo lo demás fue para las empresas privadas. Después de amortizar su costo, el Estado quedaría en un 30 ó 40%, contra un 60 ó 70% bruto que se llevaría la empresa", dijo, y tomó como ejemplo al gobierno de Bolivia, que "dio vuelta las cosas; antes el 78% de la regalías estaba libre y ahora ese mismo porcentaje es para el Estado". Sbatella explicó que la devaluación de 2002 impactó claramente en la minería. "Los costos sufrieron una gran baja y el excedente por unidad se duplicó", dijo. Y agregó que el aumento de la ganancia "coincide con la suba del precio internacional del oro, que aunque hoy está en 500 dólares, llegó a 800 la onza". Y agregó un dato que complejiza el debate: "si se ve los datos del Ministerio de Trabajo los salarios más altos se pagan en el sector Minería." Sobre las conclusiones de la investigación de la UNCTAD, Sbatella explicó que el organismo señala que "los impuestos cobrados a estas industrias han sido por lo general muy bajos a causa de los beneficios fiscales ofrecidos para atraer la inversión" y por ello "recomienda considerar cuidadosamente la distribución entre agentes nacionales y los inversores extranjeros; que los países en desarrollo eviten lanzarse a una carrera desenfrenada para ver quién ofrece más incentivos para atraer la inversión extranjera directa, y que intenten obtener mayores ingresos fiscales a través de las regalías, las empresas conjuntas y la titularidad conjunta de las empresas". Finalmente, la UNCTAD sugiere "la cooperación entre los países para trazar acuerdos sobre el régimen fiscal para los inversores extranjeros". Patrones de desarrollo Guido Galafassi abrió su ponencia con un homenaje: "Esta facultad me resulta muy querida porque fue aquí donde trabajó un científico casi olvidado que fue Oscar Varsavsky, que ponía en duda con una gran lucidez el rol de la universidad y la ciencia en un país dependiente". Y destacó que "este tipo de encuentros me resulta sumamente interesante porque es una manera de acercar el ámbito universitario y científico a lo que está pasando en la sociedad." Lo que está en cuestión en el debate, afirmó Galafassi, son "los patrones de desarrollo arquetípicos de la Argentina, que coinciden con los de casi toda Latinoamérica y buena parte del mundo. Si bien en los ´90 se hizo conocida esta teoría del derrame, esto es típico de toda la historia del desarrollo latinoamericano. Lo interesante es ver esta cuestión de los patrones de desarrollo, que tienen implícito un tipo de relación con la naturaleza. En Occidente se entiende a los ´recursos naturales´, como las materias primas de las cuales nos vamos a aprovechar para satisfacer las necesidades humanas. En este sentido, el impulso minero de la Argentina de la última década no excede claramente los patrones de desarrollo que ha seguido el país. Si bien ha sobrepasado límites, tiene esquemas básicos de un país dependiente, subdesarrollado. En términos del manejo de la naturaleza y de los patrones, Argentina ha sido un país históricamente dependiente del desarrollo de la pampa húmeda. Dada la riqueza que parecía infinita, la producción agropecuaria se basó en la expulsión de las poblaciones originarias y la imposición de un modelo desigual con enormes extensiones concentradas en pocos propietarios. En los últimos 15 años se ha dado un enrome proceso de concentración de esas tierras; y es el mismo modelo que llevó a implementar este tipo de leyes y la gran minería". Cosecharás tu siembra Sobre las consecuencias de la explotación de los recursos, Galafassi afirmó que "la gran riqueza de la pampa húmeda hizo que las consecuencias de este tipo de producción concentrada se vieran relativamente tarde; pero en los últimos 10 ó 20 años las entidades técnicas, científicas y corporativas del agro empezaron a preocuparse y empezaron a aparecer técnicas diversas y lo que tenemos ahora presentado como el patrón de economía salvadora es la soja, a través de la siembra directa, pero ya es por todos conocido lo perverso que es el cultivo de soja. Los patrones de la Argentina han hecho devastaciones en muchas regiones del país: tala en la selva misionera, agotamiento del suelo de la Patagonia con el ganado ovino, extinción del algarrobo, así que hay una tendencia que se mantiene y en ese sentido la minería no introduce una gran novedad". Nicolás Gutman, por su parte, se refirió a los riesgos derivados de la explotación en minas de oro. "Supongamos que minimizamos el riesgo de los accidentes, de todas maneras es imposible llevar ese riesgo a cero, y en el caso de la extracción mediante cianuro, el mínimo accidente puede ser terrible". Y al tratar el tema del agua, se refirió a que no hay soluciones técnicas para este tipo de minería, no alcanza con cambiar la legislación u obligar a las empresas a que adopten una tecnología más benigna. No es por minimizar costos que no utilizan una tecnología de extracción más adecuada; en la minería a cielo abierto de oro con oxidación de cianuro y mercurio no hay otra tecnología que la que se aplica actualmente". Sbatella mencionó la importancia geopolítica actual del agua como recurso, que es "una preocupación para las grandes corporaciones mundiales y los Estados dominantes. Mientras la población no tiene agua estos emprendimientos mineros usan una gran cantidad de este recurso." Las contradicciones básicas En su exposición, Galafassi propuso discutir el tema desde la primera y segunda leyes de las contradicciones del capitalismo. "La primera es la contradicción entre capital y trabajo, que indica que el capital necesita del trabajador para maximizar sus ganancias que es su objetivo central, pero para eso debe disminuir los costos, pagando salarios cada vez más bajos; esto hace que el sujeto que es supuesto comprador no tenga ingresos para comprar el producto, entonces su supuesto aumento de ganancias se limita por la incapacidad del comprador. La segunda contradicción se da entre el capital y las condiciones de producción. El capital termina socavando su propia base de sustentación; si su objetivo es maximizar las ganancias la naturaleza es el lugar de donde sacar los recursos, transformados luego en materia prima, cuanto más producción realiza, mayores posibilidades de multiplicar la ganancia y mayor porción de recursos extraídos; pero a mediano o largo plazo devasta el recurso. Esto ha hecho que las corporaciones empiecen a modificar sus estrategias, aparece el aprovechamiento sustentable y la responsabilidad social corporativa." ¿Un mundo sin minería? Ante este aporte de Galafassi, Sbatella disparó: "Ante el panorama minero que estamos repasando, uno puede encontrarse reclamando que no exista más minería. Pero por ejemplo, en esta sala, casi todo tiene un pedacito de metal, y en el desarrollo de las fuerzas productivas, que es el control del hombre por la naturaleza aplicando el trabajo, es inevitable que existan metales. Incluso pensando a la Argentina como país periférico, es necesario contar con todos los metales, incluso con uranio; el tema es cómo los tenemos sin dañar nuestra población, y eso que somos un país casi vacío. No nos podemos dar el lujo de decir que no queremos minería en la Argentina. Yo quiero que haya minería porque no hay posibilidades de desarrollo tecnológico de un país sin la minería; lo que sí, hay que buscarle la vuelta. Está muy barato sacar minerales. No hay controles de ningún tipo porque hubo un desmantelamiento total del aparato de policía del Estado". Galfassi, por su parte, respondió: "Yo no voy a caer en la discusión sobre la minería sí o la minería no, porque no es la minería de hierro o de minerales para industria lo que se está discutiendo sino la minería de oro. La Alumbrera El 80% del monto declarado por ventas al exterior corresponden a una sola empresa: Minera Alumbrera Ltd (foto en esta página), que es la segunda mina de oro y la quinta de cobre del continente. Se calcula que al cabo de 20 años tendrá una ganancia de 35 mil millones de dólares. Para el funcionamiento de la empresa se instaló una red de energía eléctrica de 220 Km. Que la convierte en el mayor usuario del país, un ferrocarril de 750 km. Que atraviesa 4 provincias hasta le puerto propio de la empresa, y un mineraloducto que utiliza 100 millones de litros de agua por día para la purificación y el transporte. A lo largo de su exposición, Sbatella se refirió sobre todo a dos emprendimientos: minera Bajo de la Alumbrera - que en 2004 mostró por primera vez ganancias- y Cerro de Vanguardia, que concentran cerca del 94% de la producción. "En La Alumbrera, hay una unión transitoria de empresas que cobra una buena cantidad de dólares; exporta el bruto del material extraído para refinar fuera de Argentina. Las exportaciones son básicamente al reino Unido. Es la empresa más importante, y genera amores y odios. Hay que decirlo, generó muchos dólares cuando empezó a trabajar, después de que terminó el período de amortización de inversiones. La otra, Cerro Vanguardia, está en Santa Cruz, nació como mixta entre una empresa Argentina y otra sudafricana, después vendió como muchas de las empresas argentinas o con socios argentinos y pasó a ser solamente internacional. Exporta a Gran bretaña y Suiza". En tercer lugar Sbatella nombró a la empresa minera estatal, la única que refina en el país. Y en la cual participa la Universidad de Tucumán. "Es la única que refina acá y saca 600 kg. de oro según datos entre los años 2000 y 2004. Se supone que está en condiciones tecnológicas de avanzar. La incógnita es por qué si podemos refinar acá en una empresa pequeña no refinan las empresas grandes". El proceso de refinado de los materiales que se extraen es uno de los objetos de análisis de UNCTAD, porque es sobre la cantidad de oro que se extrae realmente que se calculan los impuestos. "Hasta agosto de este año las empresas no tenían obligación de analizar sus materiales en Argentina ni había un laboratorio para que mandaran a hacer análisis de lo que estaban sacando, por lo cual a los 6 meses estas empresas presentaban un certificado en la aduana que decía que tenía cierta cantidad de oro, -calculada en laboratorios externos- y ese certificado validaba la exportación. Había que creer en ese certificado. Se tardó cinco años en sacar una resolución, la 2101 de agosto de este año, que establece que es obligatorio presentar en un laboratorio que tiene la aduana desde hace un mes. La incógnita es si lo que salga ahora va a coincidir con los datos históricos".
(*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.
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