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Miercoles 13 de septiembre
de 2006 A fines de 2005, algunos docentes de la FCEyN comenzaron a dialogar con el Equipo Argentino de Antropología Forense para colaborar en la tarea que esta organización viene realizando desde 1984. El doctor Pablo Coll, investigador del Departamento de Computación, relata la experiencia interdisciplinaria. Por Eva Fontdevila (*)
El EAAF es una organización no gubernamental que aplica la antropología y arqueología forenses a la investigación de violaciones a los derechos humanos en el mundo. Se formó en 1984 para investigar los casos de personas desaparecidas en Argentina durante la última dictadura militar, y actualmente trabaja en Latinoamérica, África, Europa y Asia. Lo integran trece miembros y están incursionando en la articulación con computadores y físicos; además, cuentan con el apoyo de voluntarios y una red internacional de profesionales que participan de algunas misiones como invitados. Sobre esta novedosa inserción para los profesionales de la Computación, Pablo Coll relata que "Nuestra idea es hacer una formalización del trabajo que hace el EAAF. Pensamos una serie de técnicas para formalizar el tratamiento de la información. Nosotros trabajamos en algoritmos en grafos, y ahora estamos en contacto con los doctores Claudio Dorso y Pablo Balenzuela, dos físicos, docentes de la FCEyN e investigadores del CONICET interesados en aplicar herramientas de análisis de redes", explica. Y describe los orígenes la relación: "Con Inés Caridi, una Licenciada en Física que conocía al EAAF, compartíamos el interés por relacionarnos con otros grupos y trabajar interdisciplinariamente. Queríamos trabajar en cosas que tuvieran un correlato claro con problemas de la sociedad. Nuestro trabajo suele ser muy teórico y nos parecía interesante encontrar un uso; además es en sí mismo un tema de investigación. Lo que el EAAF se plantea no es un problema trivial, hay que diseñar, investigar, porque mucha de la información que ellos tienen está en textos de entrevistas. Aunque cuentan con datos básicos como nombre, documento, edad, lugar de desaparición de una persona, hay muchos datos cualitativos y a eso hay que extraerlo en forma automática porque son miles de registros. Entonces no son problemas triviales; hay que inventar algo, requiere investigar cómo resolverlos". Coll cuenta que están pensando en trabajar con técnicas de visualización de la información para mostrar los datos, para "que ellos (los antropólogos) puedan ver los datos y en todo caso extraer conclusiones que de otra forma no sería fácil obtener; en ese tipo de técnicas se está trabajando desde hace una década o un poco más. Mediante computadoras se pueden mostrar los datos en forma novedosa y lograr ciertas percepciones que de otra manera no se logran. La idea es aplicar ese tipo de técnicas para avanzar más rápido en el descubrimiento de patrones o pistas que permitan alguna identificación". El Equipo Argentino de Antropología Forense está entre los grupos pioneros en la aplicación de las ciencias forenses para la documentación de violaciones a los derechos humanos. En 1986 comenzó a expandir sus actividades más allá de la Argentina y hasta ahora ha trabajado en cerca de 30 países (Angola, Bolivia, Bosnia, Brasil, Chile, Colombia, Croacia, Congo, Timor Oriental, Polinesia Francesa, Guatemala, Indonesia, Kurdistán Iraquí, Rumania, Sierra Leona, entre otros). Durante los años 90 se han formado otros equipos forenses en Chile (1989), Guatemala (1991) y Perú (2001). Hoy, ellos intercambian sus miembros para entrenamiento y ocasionalmente trabajan juntos en misiones en el exterior. En febrero del 2003, miembros de estos equipos y otros investigadores de Colombia, México y Venezuela se reunieron para formar la Asociación Latinoamericana de Antropología Forense. Según consta en el sitio del EAAF (www.eaaf.org), la mecánica del trabajo internacional implica, en caso de ser posible, llevar a cabo misiones preliminares a los países donde se va a comenzar a trabajar, para explicar su rol y evaluar la viabilidad de aplicar las ciencias forenses a la documentación de violaciones de los derechos humanos. Los integrantes del Equipo consideran particularmente importante tener en cuenta las circunstancias políticas, históricas y logísticas en que se realizará el trabajo. Por ello, las misiones preliminares son también una manera de establecer contacto con el movimiento local de derechos humanos y la comunidad científica, intercambiar puntos de vista y planificar trabajos futuros. Si es posible, el trabajo continúa en viajes subsiguientes. Modelos para la sistematización Según cuenta Pablo Coll, los científicos del EAAF "estaban interesados en formalizar un poco más el trabajo que hacen, que es muy artesanal; realizan entrevistas y vinculan los casos de los desaparecidos con cuerpos que ellos han ido recuperando, e información que fueron obteniendo a través de distintas fuentes. Buena parte del trabajo tiene que ver con documentación que han obtenido sobre la base de expedientes de NN. Durante el último gobierno militar, los cuerpos de los desaparecidos fueron, en muchos casos, tirados desde aviones militares a ríos, lagos y al Mar Argentino, o enterrados en cementerios públicos como NN. En estos últimos casos, las agencias de gobierno, incluyendo la Policía y el Registro Nacional de Personas, frecuentemente crearon una cantidad de registros burocráticos concernientes a los cuerpos de las personas enterradas como anónimos. Luego de ser secuestradas, las personas eran detenidas en centros clandestinos, torturadas y, en general, asesinadas. Las fuerzas de seguridad muchas veces depositaban sus cuerpos en espacios públicos. Luego, la policía seguía los procedimientos de cualquier caso de rutina que involucra un cuerpo sin identidad: una descripción del hallazgo, fotos, huellas digitales, inicio de una autopsia, acta de defunción, entrada en el registro civil y en el registro de cementerios. A través de esos procedimientos, la burocracia creó un número importante de documentos conteniendo infomación aceca del ´desaparecido´". El investigador agrega que "En esa época la cantidad de NN en los cementerios creció muchísimo y la gente del EAAF trató de ir recuperando datos de juzgados y cementerios; tienen una buena cantidad de huellas, expedientes, huesos y un montón de casos sin resolver. Aunque son limitadas las posibilidades de hacer identificaciones, en el EAAF todavía tienen mucho más para procesar de lo que ya han hecho". El Equipo trabaja en varias líneas simultáneas: investigación, divulgación, fortalecimiento del sector y desarrollo científico. En esta última línea, el grupo que integran Coll, Caridi, Dorso y Balenzuela tiene posibilidades de aportar modelos interesantes, aunque están en una etapa incipiente. Acerca del trabajo de base de datos que desarrolla el Equipo, Coll explica que "nosotros vemos a la base de datos de los casos como modelo de nodos que hay que ir conectando entre sí. Por un lado tenemos los cuerpos, por el otro las identidades de los desaparecidos con sus datos premortem, y en algunos casos, entrevistas a los familiares. El desafío consiste en hacer las conexiones entre estos dos conjuntos. Ellos en la actualidad tienen datos recolectados a través del Registro Nacional de las Personas y la policía, que se relacionan con denuncias de familiares en la CONADEP o en el propio EAAF. Aspiramos a facilitarles la tarea de identificación. Por ejemplo, un análisis que se ha popularizado es el del ADN, pero es muy caro hacerlo para los huesos, entonces hasta que no tienen ciertas certezas de que un cuerpo es muy probable que corresponda con una identidad, no hacen el análisis. Nuestra idea es ayudarlos a formalizar el tema de cómo ellos hacen las cosas; actualmente dependen de la memoria de las pocas personas que hacen las entrevistas y van haciendo hipótesis. Entonces nuestro apoyo facilitaría que sus hipótesis se organicen más automáticamente a partir de los datos. Nos proponemos que el conocimiento que ellos tienen por sus veinte años de experiencia pueda ser representado computacionalmente y usado para replicar y mejorar su trabajo. Nosotros ya tenemos modelos armados, ahora empezó a trabajar un tesista, un alumno de computación, Francisco Rosla; la idea es que haga la tesis sobre estos temas y trabaje con nosotros, todavía no tenemos nada concreto funcionando pero estamos en vías de hacerlo. Hay alumnos que ya están metiéndose en esos temas, pronto se va a unir al grupo para trabajar en visualización de la información otra alumna, Claudia Jul Vidal, o sea que de este trabajo van a salir un par de tesis de licenciatura. También sirve para relacionar departamentos: estamos trabajando con gente de Física, y esas cosas son beneficiosas. Sobre la integración de estudiantes al grupo, cuenta Coll que "Cuando mandamos un mail diciendo que estábamos buscando incorporar un par de tesistas al grupo, vinieron más de diez estudiantes de Computación que querían hacer su tesis y otros ya graduados o con sus trabajos iniciados que querían ver cómo podían colaborar. Nuestra idea es seguir vinculados con todos, a través de reuniones periódicas. Muchos nos decían que hay muchas tesis teóricas y que hay una necesidad de hacer ciencia más aplicada. Esto me hace pensar en cuando se dice que los científicos deberían devolver parte de lo que reciben. Yo estoy convencido de que la ciencia pura es muy importante, y de ninguna manera hay que dejar de hacerla; pero también hay mucho para hacer y mostrar en matemática, computación y física aplicadas; generalmente cuando hay ejemplos de ciencia aplicada vienen del lado de la medicina, la química, o la biología". (*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.
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ÁREA
DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
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