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Martes 21 de noviembre de
2006 Las lagunas no son cuerpos de agua tan pasivos como puede creerse. Un ejemplo es la de Navarrete, al norte de la provincia de Neuquén, cerca del límite con Mendoza: alrededor de 1945, el dique que la cerraba colapsó liberando unos 65 millones de metros cúbicos de agua. Hoy los geólogos estudian la zona para indagar las causas del violento desagote. En Neuquén existen unas 43 lagunas generadas por diques naturales, con lo que, tal vez, la amenaza de un aluvión siga presente . Por Susana Gallardo (*) La evidencia del desborde de la laguna de Navarrete la muestra la altura de la antigua costa, elevada a 40 metros sobre el nivel actual. "En las laterales del valle, está labrada la marca de la altura máxima que alcanzó el agua", afirma la geóloga Ivanna Penna, del Departamento de Ciencias Geológicas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, que estudia el área. La profundidad de la laguna era de 66 metros en la zona lindera al dique, y ahora tiene 26 metros. "Se desagotaron 65 millones de metros cúbicos. Eso generó una inundación súbita por parte de un flujo de detritos, una mezcla de fragmentos rocosos arrancados del dique natural, y el agua liberada de la laguna", detalla, y resalta: "Se produjo una ola gigante, de tipo tsunami". El dique, formado por una antigua avalancha de rocas, se rompió en forma violenta. Otros aluviones La laguna de Navarrete no es el único caso de ruptura catastrófica. A pocos kilómetros de allí, el 29 de diciembre de 1914 se rompió el dique que contenía a la laguna Carrilauquen. El resultado fue un aluvión de agua, piedras y lodo que arrasó el valle inferior del río Barrancas, se trasladó a lo largo del río colorado y llegó, en los primeros días de 1915, hasta el Océano Atlántico. Un total de 1500 kilómetros en sólo siete días, con muertos y desaparecidos más la destrucción de numerosos establecimientos agrícola-ganaderos, caminos y líneas férreas, así como pérdidas en ganado y cultivos. Estos aluviones se produjeron por rupturas de diques naturales que se formaron hace miles de años a raíz de avalanchas. "Al norte de la provincia de Neuquén, entre los paralelos 36 y 38, hay registradas 74 avalanchas prehistóricas, que se produjeron hace unos 10 mil años, luego de la última glaciación", afirma el doctor Emilio González Díaz, profesor consulto de la FCEyN, quien ha dedicado muchos años al estudio de estos fenómenos. "Es posible que esas avalanchas estuvieran disparadas por sismos", consigna. No todas las avalanchas generaron lagunas, y algunas de ellas, según indica el especialista, fueron efímeras, "tal vez los materiales arrojados tuvieron poco espesor y no llegaron a producir un dique". Otras lagunas, en cambio, tuvieron una mayor extensión. Y miles de años después, cuestiones climáticas influyeron para que colapsaran. González Díaz conversó con una testigo del episodio de 1914, de 104 años de edad, que señaló que aquel invierno había nevado mucho y, cuando se derritió la nieve, la estructura colapsó. Sobre el desborde de Navarrete no hay registros históricos, pero, según los puesteros de la zona, se habría producido en 1945. Además, los registros del caudal del río Neuquén muestran un pico en ese año. "Ahora falta verificarlo con diarios de la época", señala Penna. No hay muchos testigos, porque la zona es despoblada, sólo están los puesteros, durante el verano. En Carrilauquen, el fenómeno se produjo por el elevado aporte de agua en un verano caluroso. "En Navarrete, aparte del mayor nivel de agua, también pudo haber caído, dentro de la laguna, un flujo de detritos que generó el desborde y la ruptura del dique, un depósito de estas características se encuentra en la margen este de la laguna", estima la geóloga. Además de recorrer el sitio, Penna trabaja con imágenes satelitales, e intenta reconstruir en la computadora el paisaje previo a la avalancha. "Trato de representar la topografía del valle antes de que se depositara el material", explica. Por qué se rompen los diques Lo que incide en la ruptura de los diques naturales es su mayor o menor estabilidad, que depende del volumen del depósito de avalancha y del área de la cuenca de drenaje, aguas arriba del endicamiento. Los diques también pueden formarse por acumulación de morenas, material que ha transportado el glaciar y, al ser depositado, forma un cierre en la parte frontal. Cuando el glaciar retrocede, se genera una laguna aguas arriba de la morena. "En general, los diques se rompen cuando el ingreso de agua es mayor que el egreso", indica Penna. ¿Se pueden prevenir estos eventos? En algunos lugares de Europa, si se detecta que hay un dique natural que todavía no se rompió y que es un potencial peligro para la población, se lo drena o dinamita. Lo importante, según los geólogos, es estudiar más estas lagunas y monitorearlas para anticiparse a una posible ruptura. (*) Centro de Divulgación Científica - SEGB - FCEyN. Nota publicada en La Nación el 21 de noviembre de 2006.
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ÁREA
DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
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