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Miércoles 25 de octubre
de 2006 El miércoles pasado el Centro Argentino de Meteorólogos convocó a un "paraguazo" para repudiar 40 años de intervención militar en el Servicio Meteorológico Nacional, y exigir la inmediata restitución del organismo a manos civiles. Estuvieron presentes las autoridades de Exactas, y de su Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Uno de los oradores fue el piloto y director de cine Enrique Piñeyro. Por Gabriel Stkolschik (*)
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había anunciado buen tiempo. Sin embargo, los meteorólogos reunidos desde las 15 horas en la puerta de 25 de mayo 658, sede de la institución, pronosticaban lluvia. De hecho, a pocos metros del lugar, una autobomba de los bomberos voluntarios de La Boca aguardaba la orden para abrir las mangueras. "Es una manera simbólica de señalar que, mientras en los países desarrollados están investigando cómo hacer llover artificialmente, aquí no podemos hacer otra cosa más que llamar a los bomberos", explica la doctora Celeste Saulo, investigadora del CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera, en alusión al vaciamiento científico del SMN, iniciado el 18 de octubre de 1966, cuando fuera intervenido por la dictadura de Onganía, y entregado a la Fuerza Aérea. Mientras docenas de paraguas abiertos aguardaban la ocurrencia del "fenómeno meteorológico", Juan Manuel Hörler, presidente del CAM, abría el acto: "Hoy hace exactamente cuarenta años que comenzó la hecatombe", disparó. Y después de señalar como "uno de los hechos más lamentables de la intervención" a la sanción del decreto que eliminó el requisito de idoneidad profesional para ejercer funciones superiores en el organismo -"permitió que los militares reemplazaran a los profesionales civiles, y que se desvinculara lo operativo de lo científico"-, Hörler proclamó: "Los meteorólogos no queremos seguir esperando". En medio de aplausos, el presidente del CAM aseguró que el traspaso del SMN a manos civiles "es necesario, urgente, y posible", pero condicionó la colaboración de los meteorólogos en ese proceso a "la completa desmilitarización del SMN, y al reemplazo inmediato de toda su estructura jerárquica por profesionales universitarios". Después de explicar que la normalización del organismo traerá innumerables beneficios al país -"pensemos nada más en lo que dejaríamos de perder por el simple hecho de anunciar correctamente las catástrofes meteorológicas"-, Hörler cerró su discurso con un vaticinio: "El próximo 4 de octubre celebraremos los 135 años de la creación del Servicio en el interior del edificio, y en el marco de una institución completamente profesional". Luego le tocó el turno a Ana Bolohlawek, delegada gremial del personal civil que, con inocultable alegría, anunciaba la reciente inauguración del local de ATE en el SMN. La sindicalista, presente en el acto por decisión de una asamblea de los trabajadores del organismo, utilizó la tribuna para remarcar "la continua prepotencia autoritaria" de la que son víctimas los empleados, y ejemplificó: "Hoy nos amenazaron con cerrar la puerta con llave para que no podamos entrar o salir de nuestra institución". Además, Bolohlawek denunció la negativa permanente de los militares al pedido de nombramiento de personal calificado: "Mientras los profesionales civiles llevan años con contratos basura y sueldos miserables, los brigadieres nombran a sus familiares, que no tienen ningún tipo de capacitación", consignó. Hörler ocupó transitoriamente la tarima dispuesta para los oradores, para leer algunas adhesiones que llegaron al acto de repudio. Mientras tanto, mezclado entre el público, en medio de los paraguas, el doctor Pablo Jacovkis, ex decano de la FCEyN, y uno de los pioneros en la lucha por lograr el traspaso del SMN al ámbito civil, sonreía contento: "Esto era impensable hace algunos años, cuando empezamos con esto". A la lectura de adhesiones siguió la alocución del doctor Héctor Ciappesoni, uno de los meteorólogos más antiguos del SMN y, también, uno de los pocos testigos de la intervención. Sus palabras recorrieron algunos momentos de la historia del organismo, entre los cuales subrayó con orgullo aquel octubre de 1969 en el que él y otros diez colegas suyos rechazaron el ofrecimiento que se les hiciera de ingresar como oficiales al cuadro militar superior. Pero el instante más emotivo de su disertación se alcanzó cuando nombró, uno por uno, a los cuatro compañeros del SMN desaparecidos durante la última dictadura. Cada nombre y apellido mencionado por Ciappesoni arrancaba del público el grito de "presente" y, al final, llegó un aplauso sostenido de la concurrencia, que ahora escucha, también uno por uno, los múltiples desastres técnicos que dejó como consecuencia la devastadora presencia castrense en la institución. "Después de 134 años, sólo los últimos cuarenta pertenecen al período de intervención militar. Y si el SMN todavía resiste, deteriorado y maltrecho, se debe al impulso de esos primeros 94 años, y a la persistencia de quienes todavía soñamos con el cambio", cerraba su discurso Héctor Ciappesoni. Desde la tribuna improvisada, Carolina Vera, doctora en ciencias de la atmósfera y vicedecana de la FCEyN, tomó el micrófono para iniciar su exposición estableciendo una analogía entre las consecuencias de lo ocurrido hace 40 años en el SMN, y los efectos de la noche fatídica que, también hace cuarenta años, vio irrumpir con bastones largos al autoritarismo intervencionista en la Universidad. Vera reveló detalles poco conocidos de la histórica relación entre el SMN y la FCEyN, único lugar del país en el que se forman meteorólogos. Entre ellos, que el otrora decano de esa casa de estudios Rolando García, también había sido director del SMN, lugar desde el cual había efectuado acciones formidables para fortalecer el carácter científico-técnico de la institución. Después de reconocer los "enormes avances que la actual administración nacional ha realizado para devolver el SMN al ámbito civil", la vicedecana reclamó "un Servicio que nos plantee desafíos y que nos demande colaboración en la resolución de los problemas ambientales que el país necesita". Y recordando un texto de Rolando García titulado "La construcción de lo posible", advirtió: "Lo posible no es algo que ya está dado, sino que se busca, se lo encuentra, y se utiliza. El laberinto de intereses que se oponen a un SMN acorde a lo que el país necesita, nunca será impenetrable a la voluntad de construirlo", concluyó. El último discurso de la tarde fue el de Enrique Piñeyro. El director de "Fuerza Aérea S.A." comenzó con una ironía: "La verdad es que no entiendo por qué se quieren ir de la Fuerza Aérea", dijo, dirigiéndose a los meteorólogos, y continuó: "Allí pueden ser jefes sin estudiar, pueden llevarse una estación pluviométrica a su casa -ya se llevaron 2750 de las 3000 que había en el ´66, acotó- y, si no pudieron colocar a su hija en ningún lado, la pueden hacer trabajar en el Servicio Meteorológico", finalizó Piñeyro con una sonrisa. De ahí en más, el piloto se puso serio para dejar bien clara su preocupación por lo que él considera una "falta de señales desde los tres poderes del Estado de que se vaya a producir algún cambio". Y puso como ejemplo su experiencia con el documental: "A ocho semanas del estreno de la película sólo intervino un fiscal federal, y no pasa nada. Los delitos que denuncié se siguen cometiendo", ilustra. Por este motivo, Piñeyro advirtió repetidamente durante su discurso acerca de la necesidad de "no confiar en los anuncios", e instó a "estar muy atentos" porque -denunció- "hay un montón de asesores de traje y corbata que se están haciendo pasar por licenciados, pero en realidad son comodoros y brigadieres disfrazados". Tras asegurar que "los pilotos saben mejor que nadie el valor de una buena información meteorológica", Piñeyro exhortó a hacer "todos los paraguazos que sean necesarios" porque -sostuvo- "la idoneidad profesional tiene que volver a ser un requisito para ocupar cualquier cargo". Para el cierre del acto, volvió a tomar la palabra Juan Manuel Hörler, quien advirtió sobre la necesidad urgente de contar con un SMN profesionalizado que sea capaz de estudiar el impacto que podría tener el cambio climático que se está produciendo sobre nuestra región: "Todavía no estamos preparados para eso", finalizó el presidente del CAM. Mientras tanto, los paraguas siguen abiertos a la espera del "chaparrón". Pero la lluvia no llegará. Porque las fuerzas "del orden" han prohibido que los bomberos de la Boca "hagan llover". Inexplicablemente, los paraguas siguen abiertos. (*) Centro de Divulgación Científica - SEGB - FCEyN.
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