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Martes 28 de noviembre de
2006 Un grupo de investigadores del DQI/INQUIMAE, coordinado por Sara Aldabe Bilmes y Roberto Candal, desarrolla desde el año pasado cerámicas autolimpiantes y bactericidas para la Cooperativa FASINPAT, ex Zanón, una fábrica recuperada por sus trabajadores ubicada en la provincia de Neuquén. Recientemente obtuvieron un subsidio de 5.800 pesos del Programa Exactas con la Sociedad para profundizar la investigación. Por Eva Fontdevila (*)
Por sus dimensiones, el contexto en que se encuentra, y el largo proceso de lucha por la expropiación que llevaron adelante sus trabajadores, la Fábrica Zanón es uno de los íconos del movimiento de empresas recuperadas por sus trabajadores. Aunque la mayoría de estos emprendimientos se consolidó después de diciembre de 2001, experiencias previas de autogestión venían anunciando la explosión desde varios años antes. En Zanón hay 420 trabajadores y han demostrado que sacaron la fábrica adelante y que producen en el marco de relaciones laborales igualitarias. Sin embargo, el gobierno conservador de la provincia y los ex dueños hicieron lo imposible para volver a controlar la empresa. En el tercer piso del Pabellón II de Ciudad Universitaria, por su parte, hay un grupo de científicos que apoya la causa de los ceramistas desde un proyecto concreto: el desarrollo de cerámicas autolimpiantes y bactericidas. Sara Aldabe Bilmes, Roberto Candal, Mauricio Calvo, Mercedes Perullini, Carolina Ortega y Cecilia Spedalieri integran el Laboratorio de Superficies del INQUIMAE, que acaba de ganar el subsidio que les permitirá profundizar un trabajo que venían haciendo desde que en diciembre de 2004, por su iniciativa, la FCEyN firmó un convenio con el Sindicato de ceramistas. "En el marco de ese acuerdo, el grupo trabaja en conjunto con la ex Zanón desde marzo de 2005. Lo primero que hicimos fue visitar las instalaciones. Es impresionante. Hace un año que estamos trabajando y se supone que en seis u ocho meses se harán las primeras pruebas en la planta de Neuquén", explica Bilmes. Sobre los orígenes del proyecto, Bilmes cuenta que "había un grupo de graduados de la Facultad que querían apoyar el movimiento de empresas recuperadas y se unieron para sostener el proyecto de investigación. Ellos depositaron plata en la tesorería de la Facultad y, a través de la Secretaría de Investigación, se financió la contratación de una becaria, Carolina Ortega, quien junto a Roberto Candal comenzaron a desarrollar los recubrimientos que permiten que los cerámicos sean autolimpiantes. Se trataba de hacer los recubrimientos y evaluar su desempeño frente al uso de colorantes. Medimos su capacidad de decoloración como fotocatalizadores". Cuando las autoridades de la Facultad entregaron los premios a los ganadores de subsidios Exactas con la Sociedad, estuvieron presentes dos trabajadores de Zanón. "Pedimos el subsidio para solventar una beca para Cecilia, una de nuestras estudiantes, que investiga específicamente cómo lograr mayor eficacia en el control de las bacterias. Las dos estudiantes del grupo y el codirector tienen mucha vocación para la ciencia aplicada, y eso no es común en esta Facultad. Roberto es el alma máter del proyecto. Es el más ´fierrero´ y para hacer esto tenés que ser un poco así", cuenta Bilmes, orgullosa. Según la investigadora, "el contacto con Zanón es frecuente, por correo electrónico y teléfono. También nos visitan de vez en cuando. El referente con el que más contacto tenemos es Jorge Bermúdez, que era trabajador de la fábrica y lo habían despedido; sus compañeros lo convocaron cuando armaron la nueva empresa porque era matricero. Los integrantes de la cooperativa tienen muy buena predisposición. Cada vez que vienen se los ve con entusiasmo. Ahora están más tranquilos, vienen de un proceso largo de lucha para obtener su personería, y pueden hacer sus propias facturas, esto les permite crecer." Las cerámicas Cuentan los investigadores del grupo que la idea de trabajar en este desarrollo nació a partir de un seminario que dictó el economista Pablo Levín sobre planificación en ciencia y tecnología. "Nos pusimos a trabajar. Nos pareció que a la empresa le podía interesar cubrir un nicho de mercado nuevo, vinculado a un rol social, porque las cerámicas autolimpiantes y bactericidas están pensadas inicialmente para comedores de escuelas, hospitales y edificios públicos, pueden servir para producir a bajo costo cerámicos que sirvan a esas instituciones, tanto en exteriores como interiores, la doctora Bilmes aclara: "No es que descartemos posibles usos comerciales pero en principio están pensados para escuelas, hospitales, etc." Candal, por su parte, explica que "este desarrollo es ideal para lugares difíciles de limpiar. En exteriores, los revestimientos permitirán que se limpien con el agua de lluvia y la luz del sol. En interiores, pretendemos lograr que haya la menor cantidad posible de bacterias en la superficie de los azulejos, por ejemplo en una cocina. Hasta ahora no existían en Argentina este desarrollo, cuenta Candal. Y en el mundo hay pocas experiencias. Estamos en una gama que se está experimentando; hay algunos antecedentes en Japón y en Europa que recién están en pleno proceso de evaluación. Se trata de una familia de compuestos que se pueden usar, desde revestimientos hasta materiales para la construcción, como yeso modificado, por ejemplo", agrega. Extenderse Para este grupo, el trabajo con Zanón es una apuesta por la extensión universitaria, en varios sentidos. Por un lado, cuenta la Dra. Bilmes, "porque el trabajo se desarrolla con una empresa recuperada. O sea que no es sólo ciencia aplicada, en cuyo caso estaríamos hablando de transferencia de tecnología y lo haríamos por plata, sino que se trata de hacer una apuesta por un actor social que puede aprovechar un nuevo nicho de manera cooperativa. Lo que hacemos con la fábrica es poner en juego conceptos que ya veníamos manejando desde hace años, aprovecharlos para esta iniciativa. Teníamos el know how sobre ciertas cosas y empezamos a aprender sobre otras. Hay que adaptar los procesos a las tecnologías y maquinarias disponibles en la industria, por ejemplo". Y agrega que están en conversaciones con Zanón porque los trabajadores les han pedido que vayan a dar charlas cuando terminen de instalar su biblioteca en la fábrica. "La otra cuestión es que hemos ofrecido, y desde hace dos años desarrollamos, experiencias didácticas a través de la Dirección de Orientación Vocacional de la Facultad. Vienen chicos de secundarias y les contamos cómo se trabaja en este proyecto. Siempre se van contentos porque preparan los azulejos, nosotros los horneamos y después ellos los manchan y ven cómo es el proceso. Se van muy satisfechos", cuenta Bilmes. Candal cuenta que, cuando van a congresos internacionales, se dan cuenta de que las dudas y los problemas que tienen en su desarrollo son las que tienen todo el mundo: "todos se preguntan cómo medir la eficacia contra las bacterias, todos se dan cuenta de que los recubrimientos son eficaces con algunos tipos de manchas y no los son con otras", detalla.
(*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.
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ÁREA
DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
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