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Miércoles 18 de abril
de 2007 Desde principios de este año el Servicio Meteorológico Nacional dejó de formar parte de la Fuerza Aérea y pasó a depender del Ministerio de Defensa. La Facultad integra una comisión asesora para la reorganización de la institución. Se encontraron graves irregularidades administrativas. Preocupa su bajo presupuesto. Por Gabriel Rocca (*)
Tal como lo dispuso el decreto presidencial del 22 de noviembre de 2006, el Servicio Meteorológico Nacional finalmente dejó de pertenecer a la órbita de las Fuerzas Armadas. Luego de 40 años de intervención, ordenada en 1966 por el dictador Juan Carlos Onganía, el organismo pasó a depender de la Secretaría de Planeamiento del Ministerio de Defensa a partir del 1ro de enero de este año. Este hecho trascendente, constituye apenas el primer paso de un largo camino que debe llevar a una profunda transformación de la institución, una redefinición de sus objetivos y una profesionalización de su personal. La norma estableció un plazo de 180 días, que se cumplirá el próximo 30 de junio, y la creación de una comisión asesora cuya función es elaborar recomendaciones con ese fin. “La comisión está formada por una representante de la UBA, que soy yo, el presidente del Centro Argentino de Meteorólogos, un representante de la Asociación de Técnicos en Meteorología e integrantes del Ministerio de Defensa”, detalla Celeste Saulo, investigadora del Conicet en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA) y profesora del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad. El decreto determinó que todas las unidades organizativas que integran el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) sean transferidas a Defensa. Sin embargo esta tarea no resulta tan sencilla como parece. “Se dio un paso sumamente importante que fue separar al Servicio del Comando de Regiones Aéreas (CRA). Esto parece una trivialidad pero sin embargo tiene una complejidad muy grande desde el punto de vista administrativo. Porque ahí se establece una puja: ¿A cuál de estos dos organismos le corresponde el financiamiento y el personal? En este sentido se logró recortar e identificar qué es el SMN, quiénes trabajan para él, cuántos de esos empleados son civiles, cuántos son militares y tener una noción del presupuesto aproximado con el que hoy funciona el SMN”, explica Saulo. El presupuesto asignado al SMN es de alrededor de 45 millones de pesos, de los cuales, más de 30 millones se aplican a salarios. “Este es un monto bajísimo -se indigna Saulo-. Es impensable que un servicio meteorológico pueda funcionar correctamente con esta cantidad de dinero. Creemos que debe aumentarse sustancialmente. En un primer paso para recambio de equipamiento y modernización de estaciones que están completamente obsoletas y en el mediano y largo plazo, para impulsar el crecimiento de la institución”. En el plano internacional, los servicios meteorológicos de los países desarrollados suelen financiarse con un porcentaje fijo del PBI, que suele ser de alrededor del 0,001%. Si aplicamos este guarismo al caso argentino, el SMN debería contar con un presupuesto no menor a los 50 millones de dólares. El cambio de dependencia permitió además, revelar una amplia gama de irregularidades administrativas. “La existencia, por ejemplo, de personas que aparecen como dos empleados diferentes, ya que están registradas en un cargo con el primer nombre y el apellido, y en otro, con el segundo nombre y el apellido; personal al que se le paga con contratos que no es claro de dónde proviene; personal que es pago a partir de un porcentaje de las tasas aéreas, cuando estas tasas no deberían utilizarse con estos fines. Este tipo de cosas han surgido en cantidad. Hay cuestiones muy delicadas”, describe la investigadora. Un párrafo aparte merecen los viajes en comisión, que son viajes pagos a distintos lugares del mundo con el objetivo de capacitar y entrenar al personal en cuestiones operativas. Estos traslados fueron siempre aprovechados en forma discrecional por militares, muchos de ellos con ninguna o muy poca formación en meteorología. “Incluso hoy día insisten en que una estadía en el servicio meteorológico de Estados Unidos la realice un militar de Córdoba que no está afectado a las tareas de pronóstico”, cuenta sorprendida. Uno de los principales problemas que debe enfrentar la transición es que el decreto presidencial no dispuso que se removieran las autoridades del organismo, por lo tanto la dirección y los principales cargos jerárquicos siguen siendo ocupados por integrantes de la Fuerza Aérea. “Nosotros siempre llamamos la atención al respecto”, aclara Saulo. “Nos parecía que al menos el director, debía ser reemplazado. Esto no fue así, pero claramente finalizados estos 180 días tiene que haber un replanteo, no sólo del director sino de al menos cuatro o cinco posiciones gerenciales que serían las que traerían aire y renovación a la institución”. Para la climatóloga, la relación con los representantes del Ministerio de Defensa es buena, “hay muchas personas con predisposición al diálogo y al trabajo en equipo”. A pesar de ello a la hora de hablar de sus expectativas frente a este proceso expresa cierta cautela, “creo que el trabajo de gestión se está realizando, pero todo dependerá finalmente de una decisión política. Esperamos que el presidente, una vez que tenga todo el material sobre la mesa, apruebe las recomendaciones y avance en este camino. El punto que a este nivel más nos preocupa es de índole financiera. Creo que debería tomarse la decisión de acompañar el discurso acerca de la importancia del tema climático con el aporte de fondos para que aquellos organismos que estudian y pueden aportar en este sentido, se vigoricen y trabajen como corresponde”. (*) Oficina de Prensa - SEGB - FCEyN.
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ÁREA
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