A la página principal

puntitogris.gif (801 bytes)

Noticias        Recomendados         Agenda        Documentos

puntitogris.gif (801 bytes)

PUBLICACIONES

Cable Semanal

Exactamente

Archivo Educyt

Archivo
MicroSemanario

Buscador
powered by FreeFind


Búsqueda Local
Búsqueda Web

Lunes 26 de marzo de 2007

Argentina tiende su red de estudio de volcanes activos

Para saber cómo funcionan y poder así anticiparse a una erupción se han instalado equipamiento en Copahue, Lanín y Decepción. El próximo objetivo es incluir al volcán Peteroa. El trabajo está a cargo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires en colaboración con centros europeos y locales.

Por Cecilia Draghi (*)


El Dr. Alberto Caselli en pleno trabajo.

De reciente formación, el Grupo de Estudio y Seguimiento de Volcanes Activos (GESVA) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA) inició la toma datos para conocer modelos de comportamiento y determinar los fenómenos que anticipan una erupción. Ya se ha instalado equipamiento de medición en el sistema volcánico de Copahue, Lanín y en la isla Decepción El próximo objetivo es incluir el volcán Peteroa de Mendoza, -que se activó el año pasado- en la red de investigación que trabaja en conjunto con la Universidad de Granada, Universidad Complutense de Madrid (ambas de España); el Observatorio Vesubiano (Italia) y la Universidad de Firenzze (Italia), así como con distintos centros nacionales.

"En la Argentina no tenemos antecedentes como en otros países, que vienen trabajando desde hace 30 o 40 años en el seguimiento de un mismo volcán. La idea es empezar a recopilar información para tener parámetros con los cuales se pueda comparar en el futuro. Si bien presentan características generales comunes, cada volcán es único en su estructura, tipo de magma, etc. El objetivo es conocerlos porque para predecir una erupción, primero hay que saber como funciona el sistema en particular", destaca el doctor Alberto Caselli, director del Proyecto desde el departamento de Ciencias Geológicas de la UBA.

Para elaborar esta especie de historia clínica, el equipo realiza estudios geológicos, sísmicos y geoquímicos. Por ejemplo, con el fin de auscultar el Copahue ubicado en Neuquén, se instalaron dos antenas sísmicas de doce sensores cada una conectadas a una computadora, y cuyos datos luego son procesados en la UBA. "Actualmente se está realizando un muestreo de aire para medir gases ácidos que son muy importantes en el cráter, pero también queremos saber si llegan al pueblo ubicado a 8 kilómetros sobre la falda del volcán. En abril los medidores serán retirados y enviados para su análisis a la Universidad de Firenzze en Italia", indica.

En su trabajo para llegar hasta la cima del Copahue, ubicada a más de 2900 metros de altura, los investigadores van en camioneta hasta cerca de Caviahue, y desde allí tienen tres horas de caminata. "El cráter tiene una laguna que se genera por deshielo del glaciar con aguas a 40 grados de temperatura y muy ácidas. En el centro presenta fumarolas permanentes que desprenden dióxido de azufre, sulfídrico, clorhídrico, que enseguida afectan la nariz, ojos y garganta. Por este motivo se va equipado con máscara y antiparras", relata. En este espejo de aguas gris-verdosas de 200 metros de diámetro y unos 40 metros de profundidad, los científicos sumergen instrumental metálico que "en segundos queda negro por la corrosión" para desentrañar detalles del Copahue que mostró actividad por última vez en el año 2000.

En tanto, las últimas erupciones del Lanín que también se ubica en Neuquén, datan de 2100 a 1600 años atrás, según puntualiza. A pesar del tiempo transcurrido, igualmente es objeto de estudio porque "un volcán se considera activo cuando ha tenido actividad en los últimos diez mil años", aclara.

Más reciente, apenas 37 años han pasado de la última erupción en Decepción, la isla que es un volcán que emerge en los mares australes. Allí funciona sólo en verano un observatorio vulcanológico, dirigido por el doctor Caselli. "Se toman registros sísmicos y muestras de agua y gases fumarólicos en un trabajo conjunto con un grupo español", puntualiza, sin antes dejar de destacar. "Es al único volcán en el mundo que se puede llegar al cráter en barco porque uno de los flancos colapsó y permitió el ingreso de agua de mar conformando un puerto natural muy protegido. Y también es el único lugar de la Antártida donde uno se puede bañar en el mar, porque una zona cuenta con aguas cálidas", agrega.

Otro objetivo en la mira, Peteroa

En Mendoza, a la altura de Malargüe, se yergue el Peteroa en el límite con Chile que se mostró activo el año pasado y es otro de los objetivos que intentan incluir en esta red de estudio de GEVSA. "Al igual que el Copahue, el Peteroa tiene una laguna en el cráter. Por lo general, los volcanes con estos lagos suelen ser más explosivos y peligrosos", advierte.


Cintia Bengoa que se dedica a la parte de sismología.

¿La razón de esta particularidad? "Es un sistema de agua de acidez muy grande y a altas temperaturas que permanentemente erosionan las rocas del volcán y pueden generar flancos débiles. Estos pueden colapsar en una erupción que desmorone parte del edificio volcánico. En el caso de Copahue, no hemos hallado rocas que indiquen en su pasado un colapso de flancos", detalla.

El objetivo del grupo además de estudiar en forma particular cada uno de estos volcanes desde el aspecto sísmico, geológico y geoquímico, pretende también hacer escuela como indican desde su página www.gesva.gl.fcen.uba.ar: "Se trabaja en la formación de un equipo de investigadores jóvenes altamente especializados en volcanología, así como expertos en vigilancia de volcanes activos, especialidad de gran demanda en las ciencias de la Tierra y poco o nada desarrollada en Argentina, a pesar de la gran cantidad de volcanes activos en la región andina".

Sin perder de vista, la conformación futura de esta unidad de especialistas en petrología, sismología, geodesia, geomorfología, geoquímica de fluidos, entre otros; el doctor Caselli estima que "en el 2008 tendremos bastante conocimiento de cómo funcionan estos volcanes hoy bajo estudio".

Historia caliente

Las últimas erupciones en la Argentina fueron:

2006, 1991: volcán Peteroa, Mendoza

2000, 1995 y 1992: Copahue, Neuquén

1970, 1969 y 1967: Decepción, Antártida


Crear conciencia

No solo datos técnicos acaparan la atención de GESVA, sino que intentan generar conciencia en la población que vive sobre la falda de un volcán activo. "El objetivo, a través de charlas y talleres, es prepararlos para un caso de erupción. Si la gente es conciente, participa e incorpora mejor los planes de contingencia. Estos programas ya los empezamos a desarrollar y la idea es continuarlos en las escuelas", señala el doctor Alberto Caselli.

(*) Centro de Divulgación Científica - SEGB - FCEyN.

Nota publicada en La Nación el 19 de marzo de 2007.

 

ÁREA DE MEDIOS DE COMUNICACIÓN
TEL: 4576-3337/3399 - E-MAIL: medios@de.fcen.uba.ar

SECRETARÍA DE EXTENSIÓN, GRADUADOS y BIENESTAR
FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES