Edición Electrónica del
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:::::: :: :: ::::::: ::::: ::::::: SEMANAL
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5 de Mayo de 2003
Año 14 - Nº 491
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***ÍNDICE
SEMANA DE LA QUÍMICA 2003
DESARROLLOS
SOLIDARIDAD
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>>> SEMANA DE LA QUÍMICA 2003
13, 14 y 15 de Mayo
Programa de Actividades
Durante los tres días de la muestra se realizarán las siguientes actividades:
* Exposición de Posters y demostraciones en el Patio Central
* Visitas guiadas a los Laboratorios
* Ciclo de Charlas
* Taller para Docentes
¿Por qué es difícil aprender Química en la escuela?
Miércoles 14, de 18 a 20 hs. (se otorgan certificados).
Ciclo de Charlas
Todas las charlas se realizarán en el Aula Magna del Pabellón II.
Martes 13
9:30
Buscando en la naturaleza las moléculas mágicas
A cargo de Jorge Palermo
10:30
Proteínas: la diversidad de la vida en acción
A cargo de Fernando Goldbaun
11:30
La Química de Pinky y Cerebro
A cargo de Roberto Etchenique
14:00
La Química en la calidad del agua
A cargo de Eva Kesten y Diana Vullo
Miércoles 14
9:30
El ADN 50 años después
A cargo de Juan Carlos Calvo
10:30
Los azúcares y la vida
A cargo de Silvia Moreno de Contartese
11:30
Modelos, química y computadora
A cargo de Carlos Stortz
14:00
El caso de una molécula engañosamente simple
A cargo de Roberto Fernández Prini
Jueves 15
9:30
Química de la secuenciación de ADN
A cargo de Jimena Ortega
10:30
Química hasta en la sopa
A cargo de Silvana Fucito
11:30
Agua, vida y alimentos
A cargo de María Lucía Pollio
14:00
Un químico, ¿para qué?
A cargo de Miriam Martins Alho
Lugar del evento: Pabellón II, Ciudad Universitaria, Núñez,
Capital Federal. Para obtener mayor información puede comunicarse por
teléfono al (011) 4576-3333/32, o por correo electrónico a
/////////////////////////////// DESARROLLOS \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\
>>> IMPLANTES: MUCHOS AVANCES Y ALGUNAS DUDAS
El uso de ciertos metales biocompatibles que se integran al
organismo en reemplazo de dientes o de partes óseas ha aumentado
notablemente en los últimos años. Si bien esto ha permitido
mejorar las condiciones de vida de muchas personas con problemas
articulares, cardíacos y hasta alimentarios, distintos grupos de
investigación están evaluando los posibles efectos adversos que
podría tener la liberación de partículas metálicas desde los
implantes.
Por Marta Barreiro (*)
mbarreiro@mater.odon.uba.ar
Los grandes avances producidos en el área de los materiales de uso
biológico, o biomateriales, han permitido incrementar el uso de implantes
para solucionar distintos problemas de salud. Los más comunes son los
cardíacos, los dentales y los reemplazos de cadera. Si bien la mayoría de
ellos están confeccionados con materiales biocompatibles, actualmente
existe cierta preocupación acerca de los efectos sobre el organismo de los
iones metálicos que pueden liberarse desde el implante. De hecho, ya
existen investigaciones que muestran que ciertas partículas de metal se
transportan y depositan en órganos como el hígado, el bazo y los ganglios.
El ingreso de la ingeniería al campo de los biomateriales a finales
de la década del 60 produjo un considerable avance en esta área. La
aplicación de técnicas que posibilitaron estudiar los materiales en
profundidad y también su superficie permitieron relacionar estos
conocimientos con el tipo de respuesta biológica observada. Fue posible
también el desarrollo de nuevos materiales diseñados para satisfacer
requerimientos especiales.
A principios del siglo XX, los cirujanos no contaban con metales
inertes que pudieran ser implantados. El oro era demasiado blando y las
aleaciones de hierro se degradaban con facilidad y no eran inertes, por
ende, producían reacciones en el organismo. Recién en 1936 comenzó a
utilizarse el acero inoxidable y las aleaciones de cobalto. La diferencia
fundamental entre éstas y las aleaciones utilizadas hasta ese momento era
la incorporación de cromo en un porcentaje tal que permitiera la formación
de una película de óxido muy delgada y estable que impedía la degradación
del metal. También se comportaban mejor ante la acción de fuerzas.
Comenzó así un rápido incremento en el uso de implantes. Luego se
incorporó el titanio y sus aleaciones, y surgió el concepto de
oseointegración, que se refiere a la posibilidad de estimular la formación
de hueso en íntimo contacto con el implante, por un mecanismo que todavía
no ha sido aclarado. En una primera etapa, se estimula la osteogénesis
(formación de tejido óseo) que da como resultado el recubrimiento directo
del material con hueso.
El organismo ante los materiales
Durante la década del 60 hizo su aparición el término
biocompatibilidad para definir el grado de tolerancia de un organismo vivo
al material, según explica, en un artículo de Ciencia Hoy, la doctora
Teresita Cuadrado, investigadora del CONICET. En esa época se publicaron
los primeros trabajos que describían lesiones provocadas por implantes.
El organismo puede reaccionar de diferentes maneras ante la
presencia de un material: en ciertos casos puede tener una respuesta
netamente favorable y beneficiosa. Pero también puede responder en forma
desfavorable, mediante una reacción tóxica o inmunológica. De este modo,
todos aquellos materiales que desencadenen reacciones biológicas como
problemas dermatológicos, reumáticos o nerviosos, quedan descartados en
cuanto a su utilización en implantes.
También es posible que el organismo no responda, ni bien ni mal.
Sin embargo, un material idealmente biocompatible no es necesariamente
aquel que resulta inerte y no provoca reacción, sino el que induce la mejor
respuesta para esa situación.
Cuando el material se degrada
Todo biomaterial interactúa con el entorno en el que se encuentra.
En tal sentido, puede ocurrir que el implante modifique sus propiedades en
contacto con el medio biológico y también éste puede verse afectado cuando
el material se degrada.
Dentro de las múltiples reacciones adversas que pueden producirse
en el implante se encuentran la corrosión y el desgaste. La corrosión es
un proceso de degradación que ocurre cuando un material reacciona con su
entorno. Los productos que se forman por la combinación de iones metálicos
con otras sustancias pueden afectar localmente los tejidos circundantes o
producir efectos adversos en lugares distantes del organismo. Por todo
esto, es muy importante que los materiales utilizados sean resistentes a la
corrosión.
Algunos pacientes pueden desarrollar problemas alérgicos, el más
común es la alergia al níquel; también pueden presentarse reacciones de
sensibilidad al cobalto o al acrílico. En estos casos, el sistema
inmunitario reacciona ante la presencia del material. También es posible
que se produzca el transporte de iones o moléculas en el organismo, por
ejemplo por vía sanguínea, que luego se depositan en algún órgano alejado.
Estas partículas podrían desprenderse del implante como resultado del
proceso de corrosión o por desgaste.
¿Adónde van las partículas?
En forma proporcional al incremento en el uso de implantes ha
aumentado el interés por estudiar sus posibles efectos. Aunque se sabe
que, efectivamente, ocurre la liberación de iones, se discute su alcance y
sus implicancias en la salud. Para evaluar este problema se han realizado
numerosos experimentos "in vitro" fuera de un organismo vivo e "in vivo",
es decir, en animales y pacientes voluntarios.
En 1997, Stanley Lugowski y su equipo de colaboradores, del
Instituto de Biomateriales de la Universidad de Toronto, analizaron los
niveles de metal en sangre de pacientes portadores de implantes de
titanio-aluminio-vanadio. Las extracciones se realizaron antes de colocar
los implantes y a intervalos regulares hasta llegar a los cinco años. En
todos los casos no se encontraron diferencias en los niveles de estos
metales en la sangre. En estos estudios no se evaluó el transporte y la
acumulación remota en distintos órganos, hecho que sí fue evaluado en
ratas.
En la Argentina, el doctor Rómulo Cabrini, de la Unidad de
Radiobiología de la Comisión Nacional de Energía Atómica, junto con Beatriz
Gugielmotti, de la Cátedra de Anatomía Patológica de la Facultad de
Odontología de la UBA, inocularon en ratas una solución de óxido de titanio
y óxido de zirconio, y lograron determinar que el titanio puede
transportarse por vía sanguínea y depositarse en órganos como el hígado,
bazo y pulmones. También observaron efectos inflamatorios producidos por
las partículas liberadas. "Al detectar monocitos, un tipo de célula
sanguínea, cargados con partículas de titanio, pudimos confirmar que la
sangre es precisamente una de las vías de transporte", señaló Cabrini, y
agregó: "Ahora estamos estudiando otras vías posibles".
La concentración de determinados metales puede producir muerte
celular, según lo indica D. Granchi y su equipo en un informe publicado en
el Journal of Materials Science in Medicine. Al evaluar la toxicidad de
extractos de cromo, cobalto y níquel en cultivos celulares, los
investigadores observaron que, cuando la concentración era alta, había
necrosis, fenómeno degenerativo que afecta la integridad de las células.
En cambio, si la concentración era baja, se producía apoptosis, también
llamada muerte celular programada, que cumple un rol importante en la
destrucción normal de células y cuando éstas se hallan expuestas a algunas
toxinas.
Además, las defensas del organismo se comportan de manera diferente
ante la presencia de determinados metales. Un grupo de investigadores
norteamericanos, del Medical Center of Chicago, publicaron en la revista
Molecular and Cellular Biochemistry de junio del 2001, un estudio donde
evaluaron el aumento en la actividad del sistema inmunitario en contacto
con metales. Para ello utilizaron muestras de suero de pacientes
voluntarios sanos. Colocaron gotas de una aleación de
cobalto-cromo-molibdeno y de titanio-aluminio-vanadio en contacto con el
suero, y las mantuvieron a 37 grados centígrados. De acuerdo con estos
estudios, los glóbulos blancos reaccionaron con mayor intensidad ante la
aleación de cobalto, pero la respuesta fue baja o moderada para el titanio.
Lo que muchos investigadores están buscando es la preparación
superficial óptima del implante de manera de minimizar la liberación de
iones. En tal sentido, M. Bowne y P. Gregson, según la revista
Biomaterials, analizaron superficies de implantes metálicos con diferente
preparación sumergidas en suero estéril de ternero a 37 grados, y
estudiaron en cada caso el contenido metálico de la solución. El mejor
efecto se lograba en las superficies sometidas a un tratamiento térmico:
éstas fueron las que presentaron menor liberación de iones.
Aunque todavía no hay resultados concluyentes, los especialistas
relacionan la liberación de iones metálicos, principalmente cobalto, cromo,
níquel y titanio, con reacciones de sensibilidad, destrucción ósea e
inflamación de ganglios. Todos estos hallazgos están relacionados con el
número de implantes y el tiempo transcurrido desde la implantación. No
obstante, se necesitan estudios a largo plazo con grupos homogéneos de
pacientes que puedan seguirse periódicamente y permitan aproximarse a las
condiciones reales de funcionamiento de los implantes.
Hasta ahora sólo se sabe que los iones se liberan y pueden
depositarse en algunos órganos, aunque no está claro todavía cual es su
efecto en el organismo.
** Los biomateriales y sus usos
Van Noorth en su libro Introducción a los materiales dentales,
explica que las áreas más importantes en las que se usan los biomateriales
son las restauraciones dentales y los implantes. La utilización del oro en
odontología se remonta con seguridad a más de 2500 años atrás. Algunos
ejemplos de materiales actuales son la amalgama, los composites, las
aleaciones para prótesis y la porcelana dental, entre otros.
Dentro de los implantes, este autor diferencia los implantes
estructurales, utilizados como reemplazo de tejidos perdido, de los
cardiovasculares. Los estructurales incluyen los implantes dentales, las
prótesis articulares y las maxilofaciales.
En el caso de los implantes dentales se trata de pequeños
dispositivos que se colocan dentro del hueso de los maxilares donde
previamente se realizó un orificio del tamaño apropiado. La mayoría de
ellos son pequeños tornillos o conos confeccionados en titanio o una
aleación de titanio, aluminio y vanadio. Luego se "atornillan" al implante
otras piezas con la finalidad de reemplazar los dientes faltantes.
Entre los implantes cardiovasculares utilizados se incluyen los
catéteres, las válvulas cardíacas, las bombas intraaórticas y los
marcapasos cardíacos entre otros. Un ejemplo de este tipo de implantes son
unos pequeños resortes metálicos, denominados stents, que se colocan en las
arterias para mantener separadas las paredes y facilitar la circulación
sanguínea. Sin embargo, en algunos casos producen una reacción adversa:
el dispositivo queda cubierto por tejido epitelial y termina obstruyendo la
arteria.
(*) Marta Barreiro es docente en la Facultad de Odontología - UBA.
/////////////////////////////// SOLIDARIDAD \\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\\
>>> SANTA FE NOS NECESITA
La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, a través de la
Secretaría de Extensión, Graduados y Bienestar Estudiantil, se encuentra
recibiendo donaciones para auxiliar a los damnificados por la inundaciones
en la provincia de Santa Fe. Las mismas se reciben en la Oficina de
Deportes, en la planta baja del Pabellón II, al lado del bar, de 9.00 a
18.00 hs.
Hace falta: ropa, calzado, colchones, frazadas, leche larga vida,
leche en polvo, alimentos no perecederos en general, pañales, carpas, etc.
Todo lo recolectado será enviado periódicamente a los centros que
han sido destinados a tal fin.
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Edicion Electronica del Cable Semanal
Producido por la Oficina de Prensa
Secretaria de Extension, Cultura Cientifica y Bienestar
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales - UBA
Editores Responsables: María Fernanda Giraudo y Carlos Borches
Redacción: Patricia Olivella
Soporte Tecnico: Matias R. Pedraza.
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