|
17 de diciembre de 2001
Entrevista
a Mischa Cotlar:
LOS CAMINOS DE UN MATEMÁTICO
Por Carlos Borches
Recientemente la Universidad de Buenos Aires tuvo el placer de recibir una
nueva visita del matemático Mischa Cotlar y, en esta oportunidad, Cotlar se fue con su
Doctorado Honoris Causa, merecido premio con que la UBA distinguió una trayectoria
dedicada a la investigación matemática sin divorciarla del compromiso humanista. |
|
Mischa Cotlar es por varias razones una persona excepcional. Forma parte de un
grupo de matemáticos argentinos de relevancia internacional (de esos que aparecen en los
libros, recuerdo el Lema de Cotlar que cita Dieudonné en sus Elementos de Análisis) y al
mismo tiempo siempre dio testimonio de un compromiso militante antibelicista desde los
años posteriores al bombardeo de Hiroshima. Y por si esto fuera poco, su vida y sus
inicios en la matemática le dan un caracter absolutamente singular.
Lamentablemente, a partir de la tristemente célebre Noche de
los Bastones Largos, en 1966, Mischa Cotlar se alejó del país y, aunque regresa
periódicamente, fijó definitivamente su residencia en Caracas.
Protagonista de una historia singular, «Mischa» recordó los
años en el Río de la Plata cuando comenzó a «cultivar la belleza» que a decir de
Cotlar es la principal labor de un matemático.
Cuando uno revisa la historia de la ciencia en Argentina y,
en particular de la FCEyN, se destaca el período que terminó trágicamente en 1966.
¿Cuáles fueron los factores fundamentales que los movilizaron a alcanzar tales logros en
tan corto tiempo?
Mischa Cotlar-En el '58 se inició una nueva etapa, una
renovación. Veníamos de un período muy gris y había mucha gente llena de entusiasmo,
con ganas de hacer cosas. Me parece que lo mas importante fue la calidad humana de quienes
integraban la Facultad y las ganas de iniciar grandes cambios. Por supuesto hay que
analizar esto comparándolo con lo que había antes.
Cuando Ud. menciona la etapa que precedió al '58 ¿se
refiere a partir de la creación de Facultad de Ciencias Exactas y Naturales en 1952?
No, antes. Para que tener una idea de como fueron las cosas,
hay que decir que hasta el año 44 o 45 estaba solamente Julio Rey Pastor, y el
Departamento de Matemática era una pequeña habitación con una pizarra y una biblioteca
muy linda. Sin embargo no había muchas oportunidades de sacar libros, así que nos
pasábamos mucho tiempo copiando. Ahora bien, parece que este departamento que
en realidad se llamaba Seminario de Matemática y pertenecía a la Facultad de
Ingeniería, molestaba a los decanos, así que nos trasladaron a un edificio que dependía
de la Marina. Posteriormente Perón crea la Facultad de Ciencias en 1952.
El problema era entonces que para ser docente de la Facultad había que firmar
adhesión al Justicialismo, de modo que en el año '52 aproximadamente se interrumpe todo.
A todo esto se hacían las reuniones de la Unión Matemática Argentina, donde
se formó un pequeño grupo en el que participaron Varsarsky, Ricabarra, Zarantonello,
Klimovsky; todo esto por iniciativa de Monteiro.
Monteiro fue uno de los más ilustres matemáticos que llegó a este
continente. Fundamentalmente trabajaba en lógica y había hecho muchas cosas en su país,
Portugal, hasta que fue echado por la dictadura de Oliveira Salazar. Luego se doctoró en
Francia y de allí fue a parar a Brasil, que le debe su inicio en matemática, aunque
también se tuvo que ir como consecuencia de sus ideas marxistas. Entonces se vino para
Argentina, yendo a parar a San Juan.
En San Juan formó un grupo de donde salieron entre otros Villamayor. Monteiro
había conocido al Rector de la Universidad de Cuyo, un tal Cruz, una persona muy
interesante y amigo de Perón. Monteiro era una persona muy persuasiva, decía: «venga,
venga, vamos a hablar» y lo «pervertía». El asunto es que había convencido a Cruz de
armar un Departamento de Investigación Científica (DIC). Monteiro se encargaría de
fundar el Instituto de Matemática y Cruz se ocuparía de que no se produjeran
interferencias políticas. Así que nos fuimos todos para Mendoza pero como no teníamos
casa fuimos a parar a la casa de Ricabarra, que era muy grande.
Nos dedicábamos a investigar y a cuidar a los becarios, era realmente muy
lindo, teníamos distribuidas las tareas de la casa, lavar los platos y ese tipo de cosas,
y después de cenar nos íbamos a leer libros de autores no necesariamente matemáticos,
como Erich Fromm, Sartre y otros. Varsarsky, que era medio dictador, comandaba esas cosas.
¿Oscar Varsarsky?
Si, Oscar Varsarsky, probablemente uno de los hombres de mayor
cultura científica. Originalmente fue químico y tuvo mucho éxito, luego se interesó
por la mecánica cuántica y de allí pasó a las integrales de Fourier; recuerdo que
había ido a ver a González Domínguez y éste le dio el libro de Titumarsh (dice
señalan un espesor de 7 cm.) pensando que tendría para un tiempo largo. A las tres
semanas ya había regresado y hablaba de igual a igual con González Domínguez. De allí
pasó a la lógica. Además sabía mucho de ciencias sociales y tenía una enorme
capacidad organizativa.
Esa época fue muy hermosa, se trabajaba con mucha libertad, no se podía
distinguir entre profesores y alumnos. En el '55, cuando cayó Perón, fue nombrado decano
un señor que había estado preso y veía peronistas por todos lados, y al darse cuenta
que el DIC era una iniciativa peronista cerró al DIC y con él una publicación que
estaba subvencionada por la UNESCO (Revista Matemática Cuyana).
De este grupo la mayoría nos vinimos para Buenos Aires, otros fueron a La
Plata y algunos, Monteiro inclusive, a Bahía Blanca, por invitación del Rector Vicente
Fatone. Así como este señor deshizo el Instituto de Cuyo, en Buenos Aires el
grupo que tomó la dirección de la Facultad acompañando a Babini no destruyó lo que
había. Se tuvo el buen tino de ver que había gente valiosa y en los primeros concursos
regularizaron su situación.
Y ahora si llegamos a los ´60
En esa época se trabajó mucho, se creó el Instituto de
Cálculo y una serie de publicaciones editadas por Cora Ratto de Sadosky también estaba
la Fundación Enstein cuya misión era facilitar el estudio a jóvenes talentosos carentes
de recursos. Tengo lindos recuerdos de aquella época.
Ud. está ya un poco cansado de contar cómo fueron sus
inicios en la matemática pero su caso es en muchos sentidos ejemplar.
Es que las cosas personales no son muy interesantes. Yo puedo
decir que a mí me ayudaron muchísimo. Desde que llegamos a América con mi padre, si
bien no pude seguir estudiando (había hecho sólo primer grado) aprendí mucho con él.
Mi padre tenía una biblioteca muy grande y me hablaba de cosas que me entusiasmaba.
Pero en Montevideo, donde vivíamos, yo tocaba el piano. Entraba a las cuatro
de la tarde y salía a las cuatro de la mañana, así que no podía estudiar.
Después conocí a Rafael Laguardia, que es el fundador de la matemática
uruguaya, y posteriormente conocí a Rey Pastor y me vine para Buenos Aires. Aquí
encontré gente que me ayudó mucho, como el Dr. Vignaux y Yanny Frenkel, que después fue
mi compañera.
En 1951 no tenía ningún título pero me consiguieron una beca para ir a
Chicago. Yo quería ir a las clases, en especial a las claes de Zigmund pero él me decía
: «¿Que hace Ud. acá? vaya y haga sus cosas.» Así obtuve el doctorado en Chicago y
volví a la Argentina.
El compromiso social de
Cotlar
Cualquier
comentario acerca de Mischa Cotlar que excluya su militancia humanista contiene una
carencia insalvable, porque su preocupación para que los científicos asuman
responsabilidades ante la sociedad formó parte de una prédica incansable que lo llevó a
integrar distintas organizaciones internacionales que luchaban por la paz, en tiempos de
la guerra fría y la amenaza nuclear.
«Si la
humanidad progresó en temas como los derechos humanos fue porque hubo gente con ideas
nobles que despertaron la conciencia de los que estaban a su alrededor, porque alguien
alguna vez ayudó, le dio una mano desinteresadamente a otros» ilustra Cotlar.
Para
«Mischa», la desaparición de la guerra fría no provocó grandes cambios:
«Sigue
habiendo científicos que trabajan para la destrucción, para incrementar el poder de
matar de los poderosos. Si los científicos y técnicos se negaran a desarrollar el
armamento que cada día es más mortífero y preciso, el mundo sería muy distinto y no
tendríamos lo que vemos hoy en día, donde mueren tantos inocentes que no tienen nada que
ver con el conflicto mientras que los responsables quedan a salvo».
Perfil
de un autodidacta
¨ Mischa Cotlar nació en Sarney, Kiev
(Ucrania) en 1913. Llegó a las costas del Río de la Plata en 1928 y se radicó
definitivamente en Buenos Aires en 1939.
¨ Los avatares de la vida lo llevaron a interrumpir su
educación formal después del primer año de escolaridad elemental. El siguiente paso
académico fue directamente el doctorado en la Universidad de Chicago en 1953.
¨ Su producción matemática comienza
con un trabajo titulado «Théorie d´ Anagenes» presentado en el Congreso de Burdeos
(1939) y luego como Teoría de los Anágenos I y II por la Sociedad Científica Argentina.
¨ A partir de entonces se inicia una
serie de publicaciones editadas por las Universidades de Rosario, Litoral, Buenos Aires y
la Unión Matemática Argentina (UMA) entre las que se destaca «Conjuntos no-medibles y
generalización de la Integral de Lebesgue» y «Familias normales de funciones no
analíticas»
¨ Desde el exilio forzado de 1966,
Cotlar pasó por las Universidades de Niza, Rutgers y la Universidad Central de Venezuela,
donde reside desde 1974.
¨ En 1984, Mischa Cotlar recibió el
Premio Nacional de Ciencias de Venezuela.
¨ Sus aportes originales están
centrados en el análisis armónico, teoría ergódica, teoría espectral. En su paso por
Buenos Aires, brindó una conferencia sobre teoría ergódica y durante el mes de enero,
comnzarará en Venezuela un curso sobre teoría espectral.
|
Más Información en la Red |
|
|