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Withaker Foundation y Noticias de CyT, abril de 2002 Implantación de cartílago nuevo en animales El mismo laboratorio que el año pasado anunció que había conseguido convertir células adiposas en cartílago ha avanzando lo suficiente como para implantar con éxito estas células alteradas en ratones. Esto demuestra el enorme potencial del uso de las células madre de un tejido para convertirlas en células de otros, aplicables en implantes que traten heridas y enfermedades. Dado que el cartílago posee pocos vasos sanguíneos, nervios y apoyo linfático, dispone de una capacidad de reparación limitada cuando se ve dañado. Es pues un buen candidato para recibir tejidos cultivados implantados. Los pacientes que tengan daños en este tipo de tejido, explica Farshid Guilakm, de la Duke University, pasarán por la extracción de una pequeña cantidad de grasa, que será utilizada como punto de partida para el cultivo de piezas tridimensionales de cartílago, hechas a medida, que después serán implantadas quirúrgicamente allí donde sean necesarias. Las células madre son células no diferenciadas que se reproducen por sí mismas y que, al mismo tiempo, pueden convertirse en cualquier otro tipo de células del cuerpo (piel, hueso, sangre, músculo, etc.). Las últimas investigaciones indican que las células madre de un tipo de tejido pueden ser reprogramadas para fabricar células de otro. Las células madre embriónicas, en concreto, pueden desarrollarse convirtiéndose en virtualmente cualquier célula corporal. Pero el uso de estas células, que se encuentran en los embriones, ha levantado mucha controversia. Por eso, se ha acelerado la búsqueda de células madre en tejidos ya adultos. M. Quinn Wickham, por ejemplo, dice que él y sus colegas han encontrado una nueva fuente de células madre adultas, susceptibles de ser transformadas en varias clases de tejidos. En varios estudios con animales, se utilizaron las células adiposas procedentes de una liposucción, que fueron filtradas para aislar una colonia rica en células madre. Estas últimas fueron situadas a continuación en un ambiente químico y físico que favorece el crecimiento de cartílago. Se las alimentó y se las cultivó en una configuración tridimensional que simula la forma en que las células de cartílago crecen de manera natural. Las células adiposas empezaron entonces a producir colágeno, un ingrediente principal del cartílago. Cuando estas células fueron implantadas bajo la piel de ratones, continuaron produciendo colágeno y otros ingredientes en una matriz característica del cartílago durante tres meses. El éxito del método, que además carece de los problemas éticos de las células embrionarias, augura buenas perspectivas para el tratamiento de diversas disfunciones corporales. Las células adiposas, además, pueden ser extraídas mediante otros medios distintos a la liposucción: se han encontrado depósitos en lugares donde se encuentra tejido conectivo (como en la rodilla), los cuales no requieren procedimientos de obtención tan invasivos. Información adicional: http://www.whitaker.org/news/guilak.html
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