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Martes 6 de agosto de 2002

Entrevista a Olga Pintado
Astrónoma y Tucumana
Por Patricia Olivella

  Olga Inés Pintado nació en la provincia argentina de Tucumán el 25 de agosto de 1952. Se graduó como licenciada en Física en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) en el año 1979. Años más tarde, a su trabajo como docente en distintas facultades de la UNT, sumó el inicio de su carrera como investigadora doctorándose con la nota máxima y felicitaciones de su jurado con un trabajo sobre el comportamiento físico de la atmósfera. Pero, como se sabe, de la atmósfera al espacio hay sólo unos pocos metros. Por eso, su paso de la física atmosférica a la Astronomía -aunque tal vez haya sido algo fortuito- tampoco debe sorprender. Hoy, a casi 15 años de su ingreso oficial a la investigación astronómica, Olga Pintado, lejos de arrepentirse de su elección, continúa su trabajo y -tras un prolongado y exitoso paso por el Complejo Astronómico El Leoncito- ha decidido regresar a su provincia natal para, desde allí, hacer astronomía.

¿Cómo descubrió su interés por la Astronomía?

Tuve siempre poco conocimiento de la Astronomía, sobre todo porque en Tucumán no hay una gran difusión de la misma y en una ciudad como esta se ve muy poco el cielo. Sin embargo, como creo que nos ocurre a casi todos, siempre me despertó curiosidad todo lo que tiene que ver con el cielo y en particular con el sistema solar.

¿Cómo fue su acercamiento a la Astronomía? ¿Cómo fue el paso de la Física a la Astronomía?

En el año 1984 me fui a trabajar en el Centro de Investigaciones Regionales de San Juan (Instituto del CONICET que ya desapareció) en el grupo de Física Ionosférica. En ese tema me inicié en investigación y me encontraba haciendo el doctorado que finalicé en 1986. En esa época, a principios del año '85 llegó a San Juan el Dr. Levato, para poner en funcionamiento el Complejo Astronómico El Leoncito, cuyo telescopio se inauguraría al año siguiente. Allí comencé a conocer un poco más de astronomía y del trabajo de los astrónomos, aunque no pensaba cambiar de tema de trabajo.

¿Cómo llegó a trabajar en El Leoncito? ¿Cuál fue su trabajo allí?

En el año '88 hubo problemas en el Centro de Investigaciones, que llevaron finalmente a su cierre, varios años después. Analicé distintas posibilidades, desde volver a Tucumán hasta cambiar de tema. Hablé con el Dr. Levato y decidí cambiar de tema y pasé a trabajar en astronomía y más tarde me trasladé al CASLEO. Esto no era demasiado complicado desde el punto de vista laboral, porque soy investigadora del CONICET. En esta decisión tuvo mucho que ver el Dr. Levato que es una persona que siempre está dispuesta a hablar de temas de astronomía y a colaborar en todo lo que necesité. A más de 15 años de conocerlo puedo decir que no me equivoqué en nada con él. Respecto a mi trabajo comencé con un trabajo de tipo teórico sobre modelos de atmósferas de estrellas. Luego comencé a trabajar con el Prof. Saul Adelman, de Estados Unidos, con el que iniciamos un proyecto para hacer un estudio intensivo de atmósferas de estrellas de secuencia principal basado fundamentalmente en observaciones desde el CASLEO y del Dominion Astrophysical Observatory de Canadá y así en 1993 comencé a observar. Aprendí a observar con el telescopio de 2,15m del CASLEO, cosa bastante inusual.

¿Cómo es la vida de una investigadora en un observatorio tan alejado, en lo alto de una montaña?

Yo trabajaba en las oficinas del CASLEO en la ciudad de San Juan e iba al observatorio sólo cuando tenía que observar, de la misma manera que ahora, que vivo en Tucumán. Al principio fue un poco complicado porque yo no tenía ninguna experiencia en observación, pero con el tiempo fui aprendiendo.

Cuando uno observa en el CASLEO, vive en el observatorio, de modo que la vida diaria es totalmente diferente a la de la ciudad. El trabajo comienza entre las 18 y 20 horas, dependiendo de la época del año. A esa hora comienzo a hacer imágenes de calibración, como flat fields, bias, darks, etc. Durante toda la noche observo y esto se extiende hasta Las 7 u 8 de la mañana. Lógicamente duermo toda la mañana. Generalmente a la siesta salgo a caminar por los alrededores. Es un paisaje hermoso y siempre hay nuevas cosas por descubrir. Luego hago algo del procesamiento de las imágenes, o alguna prueba con el instrumento, cosa para la que siempre cuento con el apoyo de los ingenieros, técnicos y operadores del CASLEO, en particular con el Ing. Casagrande que diseñó y construyó el espectrógrafo que uso actualmente.

Si el tiempo no es bueno para observar o hace mucho frío aprovecho para leer, buscar algo en Internet o ver televisión. Hace unos años había sólo un canal de TV de aire y no había Internet. Puede sonar un tanto raro que esté hablando de estas cosas, pero hay que tener en cuenta que el observatorio está aislado y que a veces no se puede observar por razones climáticas y algunas veces ni se puede salir de los edificios por el viento y el frío, entonces resulta necesario tener algo con qué entretenerse.

Ha decidido dejar un lugar que parece de privilegio, como es uno de los mejores observatorios del país, para volver a su provincia natal, donde tal vez no cuente con los mejores medios para su trabajo ¿por qué razón lo hace?

Hubo varias razones, aunque fueron fundamentalmente de índole familiar. Además Tucumán me gusta mucho y nunca me adapté totalmente a la vida que llevaba en San Juan.

También pensé y, de hecho lo intenté, formar un grupo de astrofísica en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán. Pero sólo conté con el apoyo del Rectorado. Lamentablemente las autoridades y algunos colegas del Departamento de Física, no sólo no dieron su apoyo, sino que pusieron muchas trabas para que se pueda hacer algo en el ámbito de la Universidad.

¿Qué se deja de lado con esta opción? ¿A qué cosas renuncia, si es que hubiera alguna?

Sin dudas se renuncia a muchas cosas, por ejemplo a trabajar en un lugar en el que todos tienen el mismo objetivo que es la astronomía y el funcionamiento del observatorio; a tener al lado astrónomos de la categoría de Hugo Levato o Stella Malaroda y de ingenieros y técnicos de excelente nivel y a tener una infraestructura adecuada, como bibliotecas, computadoras, etc.

En este momento lo más cómodo y probablemente lo más rentable desde el punto de vista académico sería dedicarme exclusivamente a mis tareas de investigación. Pero me gusta el contacto con la gente que ama la astronomía, por eso estoy tratando de organizar algunos proyectos con aficionados. En particular con un grupo de Tucumán, con el Observatorio Astronómico del Colegio Nacional de Tucumán, con la Asociación Santafecina de Astronomía y con aficionados de Buenos Aires y Uruguay.

Hace algunos meses los medios de comunicación publicaron la noticia de que un trabajo suyo, en colaboración con un grupo de investigación austríaco había realizado un importante aporte en la investigación de las estrellas magnéticas fuera de nuestra galaxia ¿En qué consistió ese trabajo?

Ese trabajo se hizo sobre la base de observaciones que realicé en el CASLEO. Lo que hicimos fue fotometría de cúmulos globulares de la Nube Mayor de Magallanes con un sistema de filtros diseñado por Hans Maitzen, de la Universidad de Viena. Este sistema de filtros permite detectar ciertos tipos de peculiaridades en las atmósferas estelares. La idea era, básicamente, estudiar las características de las estrellas de la Nube Mayor de Magallanes y compararla con la nuestra, para ver que similitudes y diferencias hay.

Se sospechaba que en otras galaxias debía haber estrellas con distintos tipos de peculiaridades, entre ellas estrellas magnéticas, pero nunca se las había detectado. Tuvimos la suerte de detectar estrellas magnéticas y peculiares en el primer cúmulo que observamos fuera de nuestra galaxia. En ese cúmulo detectamos además de las estrellas magnéticas, algunas químicamente peculiares, estrellas lambda booties y estrellas A de shell y fue la primera vez que se las detectó.

Hay que tener en cuenta que esto se hizo con un telescopio de 2,15 m y no con uno de 8 m que hubiese sido lo ideal. Esto muestra que el telescopio del CASLEO todavía puede darnos muchas buenas "sorpresas".

¿Cuál va a ser su línea de investigación ahora?

Yo sigo trabajando en el análisis de la composición química de atmósferas de estrellas. Al principio lo hice solo con espectroscopía y desde hace unos años también estoy haciendo fotometría con distintos sistemas de filtros y estamos extendiendo el estudio a estrellas supergigantes, antes lo hicimos sólo con estrellas de la secuencia principal. Esto lo hago en colaboración con astrónomos de otros países como Saul Adelman y A.G. Davies Phillips de los Estados Unidos, Austin Gulliver de Canadá, Ernst Paunzen y Hans Maitzen de Austria , Enrique Solano de España, entre otros. En realidad en estos proyectos hay más astrónomos involucrados, que realizan observaciones en otros lugares del mundo. Los 3 proyectos en los que estoy trabajando son: Estudio de atmósferas de estrellas con espectros de alta dispersión. En este caso estoy trabajando con estrellas normales, peculiares y variables. Estudio de composición química de estrellas de cúmulos, en galaxias vecinas y cúmulos lejanos de nuestra galaxia. Estudio de composición química de estrellas con planetas. Este es un proyecto nuevo que recién estamos comenzando.

¿Qué es lo que se espera encontrar en la composición química de estrellas con planetas? ¿Hacia dónde apunta esta línea de investigación?

Este proyecto está en sus comienzos, recién hicimos el primer pedido de turno en el CASLEO, junto con Enrique Solano y Guillermo González, de EE.UU.

Ya se hicieron observaciones en el hemisferio norte y ahora intentamos comenzar en el sur.

La idea, para decirlo de una manera simple, es tratar de estudiar las atmósferas de los planetas sobre la base de las variaciones que se producen en los espectros de las estrellas cuando el planeta pasa delante de ellas.

¿Qué podemos esperar?

En principio, esperamos detectar componentes químicos de las atmósferas de los planetas, al menos los más abundantes. De ahí en más, esperamos cualquier sorpresa, aunque el límite al que podamos llegar depende de los instrumentos con que observemos.

Si bien hay muchas mujeres que han hecho importantes aportes a la ciencia en general y a la astronomía en particular, también es cierto que el desarrollo profesional de las mujeres suele ser más arduo ¿A una mujer se le hace más difícil que a un hombre hacer ciencia en la Argentina?

En astronomía es comparable el número de mujeres y hombres. En lo personal sentí más complicado "ser mujer" en física que en astronomía, pero también es cierto que a veces, al personal del observatorio y a los colegas, les resulta extraño que pregunte y observe cuando están desarmando o arreglando algún instrumento, o que a veces haga alguna cosa que normalmente hace el operador o el ingeniero. En verdad nunca sentí un trato discriminatorio por ser mujer. Sólo hubo un operador (que por supuesto no diré quien es) que me dijo que las mujeres no podían observar solas porque no podían abrir el tuvo de nitrógeno líquido. De todos modos siempre tuve un trato excelente con él.

Usted es miembro de la Liga Iberoamericana de Astronomía (LIADA), una asociación que nuclea a astrónomos aficionados y profesionales. El intercambio de experiencias y la colaboración entre aficionados y profesionales es una de las virtudes de la LIADA, como miembro de ella ¿Qué significa la LIADA para Ud.? ¿Qué le ha aportado el ser miembro?

La LIADA es sin duda una asociación que hace una tarea importantísima para la difusión de la astronomía y para organizar en cierto modo el trabajo de los aficionados. Hay muchos aficionados que hacen una tarea destacable, que aportan muchísimo a los profesionales, pero su trabajo no sería conocido por los otros aficionados si no hubiese algo que los una como la LIADA.

Lo más importante que me ha dado la LIADA es conocer el trabajo de los aficionados y poder tener la colaboración de ellos para mi trabajo.

 

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