A la página principal

puntitogris.gif (801 bytes)

Opinión        Libros y Revistas         Agenda        Documentos

puntitogris.gif (801 bytes)

PUBLICACIONES

Breviario

Cable Semanal

Educyt

Exactamente

Lista Exactas

MicroSemanario

Buscador
powered by FreeFind


Búsqueda Local
Búsqueda Web

Martes 4 de marzo de 2003

Paola Yannielli Kaufman ganadora del premio Casa de las Américas.
Bióloga de día, escritora de noche


Nuestra Facultad suele registrar con orgullo los premios que reciben sus miembros y graduados. Por cierto que la nómina de galardones es extensa y alcanza nada menos que a dos premios Nóbel y una medalla Field (una suerte de Premio Nóbel de la Matemática). Pero a principios de año, Paola Yanielli Kaufman agregó en la lista un galardón singular: el Premio Casa de las Américas en el rubro Novela por "La hermana", su opera prima en ese género literario.

Por Carlos Borches

  "La Hermana es una novela con un alto valor literario, logra una mirada original y conmovedora de Emily Dickinson, la famosa poeta norteamericana, cuya vida sigue siendo un enigma", sentenció el jurado reunido en el Salón Ernesto Che Guevara de la cubanísima Casa de las Américas, donde el Premio Honorífico se lo llevó nuestro compatriota Juan Gelman por "Pesar todo" calificado como una excelente y vasta antología.

  Instituido en 1960, poco después del triunfo de la Revolución Cubana, el Premio Casa de las Américas se entrega a los trabajos más significativos en los géneros de poesía, cuento, novela, teatro, ensayo, testimonio, literatura para niños y jóvenes, literatura caribeña de expresión inglesa, literatura francófona y literatura brasileña.

La Hermana

  Emily Dickinson, una de las más destacadas plumas de la poesía norteamericana, jamás salió de su pueblo. Por el contrario, Paola Yanielli viene construyendo su historia sumando kilómetros a su vida. Originaria de Gral. Roca, en la patagónica Provincia de Río Negro, Yanielli viajó a Buenos Aires donde estudió Biología y su interés por las neurociencias la llevó al Smith College en Northampton, Massachusetts.

  Muy cerca de Northampton se encuentra Ambers, la ciudad donde transcurrió la vida de Dickinson. Nacida en el seno de una familia puritana y severamente religiosa, Dickinson estudió en la academia de Amherst y a los 30 años concluyó drásticamente su vida social para transformare en una misteriosa ermitaña. Allí comienza su original producción poética que fue conocida plenamente después de su muerte, en 1886.

  "Por lo menos para mis ojos de extranjera Dickinson está presente, viva, en Anherst. Pareciera que es una vecina más. Su espíritu y su presencia aún perduran, con vitalidad y contundencia. Eso me atrajo de esta 'poeta reclusa', tan frágil. Esa vida de encierro me fascinó: la ambigüedad, lo oscuro, lo inamovible" cuenta Kaufman.

  Mucho se ha escrito acerca de las razones del aislamiento de la poetiza y de la influencia del clérigo y escritor Thomas Higginson y la novelista Helen Jackson, pero Kaufman encontró un punto de vista original para aproximarse a Dickinson. "Durante un año leí todo sobre ella. Con algo que me llamó la atención: en todas las bibliografías y relatos la presencia de su hermana menor, Lavinia, no aparecía. Y sabía que ella había sido fundamental porque era su conexión con el mundo exterior. Fue ahí, entonces, que encontré el punto de vista para mi novela, el de 'la hermana': una mujer que admiraba a Emily, aunque mucho no la comprendía; que por momentos parece odiarla y sin embargo la quiere y la protege", relata esta bióloga de día y escritora de noche.

Ciencia y Literatura

  Mantener el equilibrio entre la ciencia y la literatura, dos actividades capaces de absorber insaciablemente todo nuestro tiempo y atención, no es cosa sencilla si no se desea que la balanza se incline para un sólo lado. Cada uno debe buscar su estrategia y Kaufman va comprendiendo la suya. "Siento que escribo y produzco mejor en momentos en que tengo una rutina científica más exigente" y explica: "Todo parece encajar cuando me someto a rutinas firmes, como pasar largas horas en el laboratorio, desde la mañana, y luego, al volver a casa al atardecer, me pongo a escribir. Funciono bien cuando tengo esos espacios bien limitados, y aunque en ocasiones esté cansada, trato de disciplinarme"

  Kaufman publicó en España recientemente su libro de cuentos "El campo de golf del Diablo" y reconoce "seguir enganchada" con todo lo que rodea a Dickinson: "fue una poeta excepcional, adelantada absolutamente a su época, que fundó su obra en la experiencia de la literatura, de quien se ha dicho y se dirán todavía muchas cosas, se interpretaron e interpretarán tantas otras, pero también fue una mujer que disfrutaba de la vida cotidiana y de lo doméstico, con un sentido del humor y una claridad acerca de su condición de mujer y de poeta formidables. Me sedujo la idea de contar la historia de esa familia y de ese modo contarla a ella; desde el punto de vista de lo cotidiano mostrar a la mujer, no al personaje, y no en el centro sino en la periferia, que es como creo que puede verse mejor a Emily Dickinson".

 

"Para escribir hay que mentirse"

- ¿Por qué Emily Dickinson?

- No tengo muy claro qué fibra me tocó. Antes de viajar a EE.UU. había leído algunos poemas de ella, y me gustaban, pero al conocer su casa, su cuarto de trabajo, su biblioteca, quedé atrapada en una atmósfera cautivante, algo que no me sucedió cuando visité la casa de Mark Twain, que también está en la zona.

- Sin embargo del impacto original a la novela hay un largo trecho...

- Si, por supuesto. Esa experiencia me despertó la necesidad de leer todo, todo, lo que encontraba sobre Emily. Biografías, sus cartas y por su puesto: sus poemas, que no me resultó nada fácil. La poesía de Dickinson es difícil, dura, y por momentos se siente la barrera del idioma.

- Precisamente, no era desalentadora la idea de hacer en castellano una novela biográfica sobre una poetiza de lengua inglesa.

- Depende mucho de dónde te ubicas para contar la historia y cual es tu marco de referencia. Si me hubiese puesto a contar la historia desde la propia Emily Dickinson, yo misma no me lo hubiese creído; pero encontré un recurso que me permitió abordar la historia.

  El libro comienza con un prólogo donde cuento cómo fui descubriendo una serie de manuscritos de la hermana de Emily que estaban dispersos por varias bibliotecas de Estados Unidos. Esta "mentira" me permitió dos cosas: por un lado me brindó el marco desde donde comenzar el relato y al mismo tiempo me permitió superar ciertas limitaciones que te impone la formación científica.

- ¿Cómo es eso?

- Claro, si yo quería ponerme a trabajar en una biografía me acosaba mi propia formación. Me decía: "Yo soy científica. ¿Cómo voy a escribir esto? De dónde lo saco, en qué me apoyo" y no podía avanzar. Era necesario una "mentira" para encontrar un punto de partida que hiciera creíble mi lugar.

- ¿Es necesario mentirse para escribir?

- Escribir una novela es una tarea que requiere una inmensa soledad y si no te la creés, llegás a la página cincuenta y querés tirar todo. Mientras trabajaba en las primeras ideas de la novela tuve una entrevista con un escritor norteamericano, Kurt Vonnegut, que ese semestre estaba como profesor en el Smith College. Él entendió perfectamente mi situación, cuando tenés casi todo y no tenés nada, y me dijo: "Miéntase, miéntase como una chiflada ¿o cómo se imagina que escribimos todos?"

 

 

NOTICIAS | BREVIARIOS | CABLE SEMANAL | EDUCYT | EXACTAMENTE | LISTA EXACTAS
MICROSEMANARIO | OPINION | AGENDA | LIBROS Y REVISTAS | DOCUMENTOS