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Martes 11 de marzo de 2003 Por
Alejandro Drewes (*) No solamente de las inundaciones crónicas tienen que preocuparse los habitantes de Buenos Aires, sino que además, como en la conocida novela, sucede que "las aguas bajan turbias". La contaminación de suelos y aguas de mares y ríos, sobre todo en zonas vecinas a parques industriales, se ha convertido hace tiempo en un problema acuciante y de difícil solución. Como revelan los últimos informes técnicos del Banco Mundial para Argentina, entornos como el del Arroyo Morón o el sistema Riachuelo-Matanza alcanzan niveles de contaminación por cromo, plomo, mercurio, otros metales pesados y tóxicos orgánicos en suelos y aguas que de continuar sin control pondrían en serio riesgo la salud de la población. Por fortuna, existen diferentes técnicas para enfrentar este problema, más o menos costosas y biocompatibles ("amigables") con el medio ambiente. Según indica el doctor Gustavo Curutchet, investigador del Laboratorio de Análisis Ambientales, Escuela de Ciencia y Tecnología, de la Universidad Nacional de Gral. San Martín (UNSAM), una de estas técnicas, la fitorremediación, "es una alternativa de limpieza con mínimas consecuencias para el medio natural". Esta técnica, de bajo costo, consiste básicamente en la limpieza de suelos afectados o napas de agua contaminadas mediante sembrado y cosecha de determinados vegetales concentradores de metales o hidrocarburos, sin alterar su ciclo vital. El uso de vegetales autóctonos casi no altera el medio natural o ecosistema donde se introducen, e incluye especies tan comunes como variedades de lechuga o rábano. El éxito del proceso depende del grado de contaminación del suelo o de las aguas, de la tasa de incorporación de metales por los vegetales seleccionados, y del tipo de tratamiento de los residuos finales del proceso de limpieza (plantas tratadas). Respecto de los beneficios económicos de las técnicas de fitorremediación, el doctor Curutchet indica que es una rama de la biotecnología en franca expansión, por sus reducidos costos operativos y de infraestructura, versatilidad y seguridad. En Europa y Estados Unidos, la fitorremediación es una técnica con un importante mercado emergente, que está despertando el interés de sectores industriales como los de minería y curtiembres, generadores de vertidos altamente tóxicos. Ejemplos de ello son proyectos como Phytorem, para la evaluación de relaciones costo/ beneficio en la fitorremediación de suelos contaminados por metales. O el Myrrh, destinado a estudios de estabilización de ecosistemas contaminados por cesio u otras sustancias radioactivas. Por ejemplo, en la purificación de aguas con altas concentraciones de uranio (aprox. 350 miligramos/litro), el proyecto Phytotech logró una eliminación del 95% en 24 horas. Dos factores que han dificultado la realización de proyectos de fitorremediación similares en nuestro país son el carácter laxo de las regulaciones ambientales y los efectos negativos de las sanciones para la industria. "En lugar de la opción de pagar por contaminar, -señala Curutchet- debería optimizarse el funcionamiento del triángulo de Sábato (gobierno - empresa - Universidad), evitando así el riesgo de cierre o la relocalización de industrias a lugares con bajos niveles de control regulatorio". Y añade que estas técnicas no son todavía herramientas demasiado conocidas ni para las empresas prestadoras de servicios ni para los entes reguladores. Su aplicación requiere además, en muchos casos, una etapa de escalado desde los ensayos de laboratorio a los de campo, así como análisis de factibilidad. "Por otro lado -finaliza el investigador-, la empresa que ya cuenta con infraestructura tradicional costosa de tratamiento de efluentes o residuos debe amortizarla antes de encarar la incorporación de nuevas tecnologías. Esto, obviamente, tiene una repercusión negativa sobre los costos de producción, un factor de riesgo que las empresas en general no suelen asumir de entrada". Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires y otras, ya se han iniciado algunos emprendimientos comerciales a pequeña escala y líneas de investigación sobre el tema de fitorremediación en suelos contaminados con hidrocarburos, mediante técnicas de recuperación por compostaje, generalmente con buenos resultados. Y varias revistas nacionales especializadas, como Ingeniería Sanitaria y Ambiental, han venido dedicando buen número de artículos a la difusión de los proyectos de fitorremediación europeos y norteamericanos citados. Buenas señales, aunque al parecer habrá que aguardar todavía cierto tiempo para que "las aguas se aclaren".
(*) Lic. Ens. Ciencias, UNSAM. Alumno del curso de Introducción a la Divulgación Científica, FCEyN, año 2002.
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