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Viernes 20 de junio de 2003
Pablo Jacovkis, decano de la FCEyN,sostiene que falta un proyecto
universitario que tenga en cuenta los grandes problemas nacionales
y critica la partidización de las Universidades. También propone algún
tipo de reforma en lo que respecta a la planificación universitaria
de la UBA y al plan de estudios de las carreras de la Facultad y afirma
que "es completamente falsa la contradicción entre ciencia pura y
ciencia aplicada. Hay ciencia buena y ciencia mediocre. Si se hace
ciencia buena, ésta tiene sus efectos prácticos inmediatamente. Por Rolando Martínez Mendoza (*)
El sistema universitario nacional tiene sus luces y sus sombras. Por un lado, las Universidades tienen una posición pluralista que es una diferencia muy notable respecto a la época de la dictadura militar. Por otro, se pueden hacer una serie de críticas muy serias con respecto al sistema universitario nacional. Una de ellas es, usando una frase del rector Jaim Etcheverry, la "partidización de la Universidad". No la politización que , sino la partidización de las Universidades en general. Se discute en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) sobre tales Universidades peronistas y tales radicales y sobre cosas que, cuando las cuento en el exterior no las entienden. Independientemente de la posición política que legítimamente pueda tener o incluso publicitar cada autoridad de cada Universidad, éstas no pueden plantearse como si fueran provincias peronistas, radicales o eventualmente, del Frepaso. Creo que esto es sumamente grave a nivel de todas las Universidades y de la UBA en particular. Este es un problema que tiene que resolverse. No hago una crítica solamente a los radicales y los peronistas. Los partidos políticos de izquierda y de extrema izquierda, que tienen menos poder cuando lo tienen lo ejercen en función de pertenecer a su partido. Esto se ha visto este último año, donde las agrupaciones mayoritarias que son diferentes partidos de izquierda, no tienen ningún pudor en decir “pertenecemos a tal o cual partido”. No me parece mal que cualquiera pertenezca a algún partido. Pero se desvirtúa la función cuando no se está pensando en los beneficios que se le pueden bindar a la Universidad sino en las ventajas para: el partido, el comité, la unidad básica o la célula revolucionaria. Este es un punto que me preocupa. En este contexto, ¿cómo ve a la UBA? Hoy no hay un proyecto universitario. El último que hubo fue el proyecto reformista del ´56 al ´66, que estaba bastante en sintonía con un el proyecto desarrollista que había en el país. Esto independientemente de que la Universidad y el gobierno de Frondizi, que fue el más desarrollista de todos, estuvieron muy enfrentados durante el período 1958/1962. Pero de hecho compartían ciertos criterios. Fue el único proyecto de llegar a una Universidad de excelencia, con un estatuto universitario que lamentablemente no se pudo cumplir del todo, pero que tenía objetivos realmente muy ambiciosos. En algunas Facultades se cumplió más que en otras, en Ciencias Exactas y Naturales creo que fue donde más se cumplió. Del ´56 al ´66 había un montón de gente que estaba en la Universidad y que consideraba que la ciencia y la tecnología eran herramientas básicas para el desarrollo y confluían con el gobierno de Frondizi, a pesar de sus diferencias. Había una idea de que el país podía salir adelante. Yo soy muy crítico del presidente Frondizi por muchas cosas pero debo reconocer que él tenía un proyecto como no hubo después y como no había habido antes. Desde entonces, la UBA no supo plantear un proyecto universitario. Esto está probablemente relacionado con que una de las cosas que tiene que hacer esta Universidad, que tiene prestigio, tradición y calidad; es llevar adelante la discusión de los grandes problemas nacionales. La primera vez , desde la restauración de la democracia, que la UBA se ha planteado una discusión de un proyecto o de una idea fue con el Plan Fénix. Plan que, por otro lado, tiene el defecto, independientemente de sus buenas intenciones, de estar formulado casi exclusivamente por economistas. En última instancia, no ha sido consultada ni la Facultad de Ingeniería, ni la de Ciencias Exactas y Naturales, ni la de Agronomía, ni ninguna otra. Creo que es el defecto de siempre: la única manera de trabajar es con los números sin ver la sociedad. Se reemplazan los números neoliberales por los números progresistas pero nada más. Esto yo se lo dije a varios de sus protagonistas. Por ejemplo, en la década del ´80 era claro para todo el mundo que había que reformular las empresas del Estado. Este era un tema ideal para la UBA: plantearse cómo reformular las empresas estatales salvándolas. La Universidad no lo hizo; de hecho, no fue la única institución que no lo hizo sino que nadie lo hizo. Pero la UBA tenía cierta responsabilidad y no lo hizo. Entonces, si las reformas que tenemos que hacer nosotros no las hacemos; las hacen nuestros enemigos y de una manera distinta a la que nos gustaría que se hicieran. :¿Piensa que la UBA debe hacer algún tipo de reforma? Respecto al futuro, uno de los temas en que la Universidad debe hacer una reforma es el de la planificación universitaria. Con esta historia del ingreso irrestricto a cualquier Facultad, el resultado que se ve es que la UBA, aunque le moleste la palabra, tiene una política neoliberal. Se guía por el mercado, que está representado por los estudiantes. Si éstos deciden seguir tal carrera , hay que correr a buscar profesores para esa carrera aunque no existan esos docentes, porque no hay suficientes. También hay que conseguir a esos profesores aunque dicha carrera no sea la más importante para algún tipo de proyecto de la sociedad argentina. La UBA es, en definitiva, neoliberal. No le gusta esa palabra, la odia, pero la acepta. La Facultad de Ciencias Exactas y Naturales necesita más estudiantes, no porque a mí me interese tener más estudiantes y así poder presionar para obtener más presupuesto. Me interesa tener más alumnos porque creo sinceramente que, para cualquier proyecto de desarrollo en Argentina, el desarrollo de la ciencia y de la tecnología son importantes. Pero no creo que sea sólo un problema de nuestra Facultad, también Ingeniería, Agronomía y Ciencias Veterinarias necesitan más estudiantes. La distribución de estudiantes dentro de las distintas Facultades de la UBA debería ser bastante diferente de lo que es. Parece que solo veo cosas malas de la Universidad, pero no es cierto. La UBA tiene cosas extraordinariamente valiosas. Para los alumnos que, en medio de la vorágine provocada por toda esa anarquía y todo ese mercado, logran terminar sus carreras la Universidad buena. Los graduados son capaces de ejercer sus disciplinas con idoneidad. Creo que la UBA ha hecho proyectos importantes en ese sentido. ¿En qué situación se encuentra la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales? Nosotros no tenemos el problema de la masividad, sino el inverso. Tenemos pocos alumnos, pero como dije antes: la sociedad argentina necesita que la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales tenga más alumnos, sobre todo que produzca más graduados. Teniendo en cuenta eso, nuestra política es hacer ciencia y tecnología del más alto nivel. Estamos tratando de funcionar en un nivel internacional en todo lo que hacemos. Tenemos proyectos para distribuir espacios para investigación "por concurso", que son dados por tiempos definidos, no indeterminados, porque un grupo puede ser brillante en un momento y después decaer, entonces ya no necesita tanto espacio. Tiene que ser una cosa dinámica, ya que no podemos aumentar cada vez más los espacios. Gracias a la generosidad del Rectorado que nos ha cedido un espacio en nuestra propia Facultad, le hemos asignado un espacio adicional al Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos. Es el único Departamento de este tipo que existe en la República Argentina. Entonces nosotros, de alguna manera, indirectamente, estamos haciendo políticas de Estado defendiendo no sólo a nuestro Departamento, sino a toda la meteorología y a toda la oceanografía del país. Nos pareció importante darle la mayor potencialidad posible. Creemos que es completamente falsa esa contradicción entre ciencia pura y ciencia aplicada. Hay ciencia buena y ciencia mediocre. Si se hace ciencia buena, ésta tiene sus efectos prácticos inmediatamente. Por ejemplo, uno de nuestros investigadores jóvenes más descollantes ha obtenido un subsidio muy importante internacional para estudiar el Mal de Chagas en el más alto nivel, y publica en la revista "Science". O sea que, los criterios de investigación de excelencia internacional permiten que se pueda trabajar en temas que responden a necesidades nacionales. No es que si uno trabaja a alto nivel, lo que está haciendo no sirve para el país. Tenemos varios proyectos basados en convenios que son de importancia práctica y cada vez los estamos tratando de ampliar más. Acabo de firmar una prórroga de un convenio de estudio sobre roedores en la ciudad de Buenos Aires, que es desarrollado por un grupo del Departamento de Ecología, Genética y Evolución. Este trabajo fue comenzado por el fallecido Doctor Kravetz. Es un convenio que tiene una utilidad práctica inmediatísima. Otro ejemplo tiene que ver con nuestros estadísticos que han estado calculando curvas normales de crecimiento de chicos para poder establecer cuando un chico está desnutrido, a pedido del Hospital Garraham. También tenemos convenios con empresas privadas que están comenzando a ver el valor de la ciencia y la tecnología, tales como Techint y Motorola. Esto me interesa porque es una demostración de algo que a nosotros nos interesa mucho y que a veces provoca resistencia: la evaluación internacional. Motorola evaluó con qué grupo de investigadores de varias Universidades de América Latina hacía ese convenio. Es decir que en lo que respecta a la nanotecnología, que era el tema del convenio, se decidió que el mejor grupo técnicamente capacitado era el de la UBA. Esto fue, de alguna manera, una evaluación internacional. Tenemos que implementar evaluaciones internacionales tanto de docencia como de investigación, que sean externas a la Universidad. Además de la autoevaluación que siempre es útil, es bueno que alguien de afuera le diga a uno si está funcionando bien o mal. ¿Cuáles son los objetivos de su gestión para lo que resta del año? En cada momento estamos avanzando sobre temas distintos. Nosotros durante todo el período estamos mejorando este tipo de cosas, por ejemplo llamando a concurso de profesores. Buscamos que la planta de docentes sea de profesores regulares para establecer la mayor planificación posible. Eso es lo que estamos haciendo a largo plazo y a corto plazo, también. Este año hemos recibido espacios que estamos empezando a ocupar. Hay grupos que se crean y se incorporan y aumentan su tamaño. Una de las cosas que tiene un enorme impacto son las "Semanas" de las diferentes ciencias que tienen una acogida muy favorable, por parte de la sociedad. Tratamos que la sociedad tenga una relación amigable con la Facultad, que entienda que es útil. También puedo señalar que por una serie de casualidades sumadas, la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA es el mayor centro de investigación en "ciencias duras" de la Argentina, por su masa y por su diversidad. Digo que es una sumatoria de casualidades, porque algunas razones tienen que ver con su antigüedad y otras con estar en la ciudad de Buenos Aires. Tenemos alrededor de 1500 docentes y unos cuantos becarios que forman una planta muy respetable de investigadores y profesores. Además, tenemos la mayor diversidad de disciplinas con nueve carreras tales como: Física, Computación, Matemáticas, Ciencias de la Atmósfera, Oceanografía, Geología, Biología, Química, Paleontología. También está la carrera de Ciencia y Tecnología de Alimentos, que es compartida con otras Facultades. Prácticamente se cubre todo el espectro de disciplinas de las ciencias duras. Las otras grandes Universidades del país, por una serie de razones históricas, no tienen tanta diversidad en una misma Facultad. Eso nos da un potencial de integración muy grande, pero todavía no tenemos toda la integración que quisiéramos. Una de las cosas que tenemos que hacer, no me atrevería a decir que para fin de año porque es un tema un poco complicado, es un cambio de planes de estudio que integre más las carreras. En este momento, a mi juicio, las carreras están todavía un poco separadas unas de otras. Se unen al final en el Doctorado, y en el sentido de que cada vez hay más grupos de investigación interdisciplinarios. El nuevo plan de estudio lo estamos tratando de armar, con mucha dificultad, porque son muchas carreras con intereses distintos. Si uno arma un tronco común, en cada carrera algunas materias dejan de ser obligatorias porque si no serían carreras de tiempo indefinido. No es tan sencillo convencer a los departamentos que algunas de sus materias dejarán de ser obligatorias. Este es uno de los temas más importantes que llevamos adelante para tratar de aumentar aún más la integración de las distintas disciplinas de nuestra Facultad. Creo que la interdisciplinariedad es la base de la investigación moderna. El hecho de que sean tantas las carreras que se dictan es enriquecedor para la Facultad. Yo soy matemático y trabajo con meteorólogos y geólogos en el Departamento de Computación. (*)
Subsecretaría de Medios de Comunicación de la UBA.
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