A la página principal

puntitogris.gif (801 bytes)

Opinión        Libros y Revistas         Agenda        Documentos

puntitogris.gif (801 bytes)

PUBLICACIONES

Breviario

Cable Semanal

Educyt

Exactamente

Lista Exactas

MicroSemanario

Buscador
powered by FreeFind


Búsqueda Local
Búsqueda Web

Martes 29 de abril de 2003

Opinión
¿La ingeniería genética acabará
con nosotros?


Los científicos se debaten acerca de cómo la ingeniería genética y las demás tecnologías modificarán la noción de ser humano. Algunos vislumbran un final desolador, mientras que otros consideran que la vida continuará como siempre.

Por Mark Baard (*)

BOSTON - Los especialistas en bioética y los científicos que posan su mirada en el futuro temen que la ingeniería genética y las demás tecnologías dividan a los seres humanos en distintas clases que, algún día, tal vez se enfrenten con la intención de destruirse.

  Los ricos y poderosos utilizarán la tecnología para hacer que sus hijos sean más inteligentes, sostienen. Los pobres y desamparados, por su parte, se convertirán en una clase conformada por sirvientes infrahumanos, como los Yahoos de Los viajes de Gulliver, la novela de Jonathan Swift.

  Si los humanos crean una nueva descendencia a partir de su propia especie, señaló la especialista en biología evolutiva Lynn Margulis, ese acto constituiría un dramático punto de inflexión en la historia de la evolución del homo sapiens.

  "Dicha división necesariamente marcaría el final de nuestra especie", señaló Margulis, que es profesora de la Universidad de Massachusetts, sede Amherst. Margulis dijo esto en el simposio titulado The Future of Human Nature (El futuro de la naturaleza humana), auspiciado por el Center for the Study of the Longer-Range Future (Centro para el Estudio del Futuro a Largo Plazo), que se llevó a cabo en la Universidad de Boston.

  Algunos especialistas en bioética vislumbran un escenario en el que el único rasgo de humanidad ancestral que conservarán los humanos que posean las denominadas mejoras de línea germinal, y en cuyo ADN se habrán incorporado características tales como un mayor coeficiente intelectual y una mayor fuerza física, será el de adoptar una actitud beligerante frente a aquellos a los que consideran inferiores.

  "Podríamos crear un grupo de personas que sean más inteligentes que nosotros, y que nos quieran matar", expresó el especialista en bioética George Annas, presidente del Departamento de Derecho de la Salud de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston. "O tal vez nosotros los queramos matar a ellos".

  Annas citó las funestas muestras de racismo y genocidio que ha dado la humanidad en el siglo XX, y señaló que la historia podría ser mucho peor en el futuro con la ayuda de las nuevas tecnologías, como la ingeniería genética.

  "Si no podemos estar 100 años sin cometer un genocido, entonces no tiene sentido que alteremos la especie", expresó.

  Annas citó la novela de Philip K. Dick titulada Do Androids Dream of Electric Sheep? ("¿Los androides sueñan con ovejas electricas?") como ejemplo de cómo algún día los humanos genéticamente mejorados podrían convertirse en un peligro para los demás. Annas propuso la creación de una organización de tratados internacionales que prohiba la ingeniería genética de línea germinal, y obligue a los científicos a demostrar la seguridad y la eficacia de sus descubrimientos.

  El plan de Annas, que incluye el encarcelamiento de los científicos que violen dichas disposiciones, molestó profundamente al público asistente, conformado por un pequeño grupo de afamados pensadores, entre ellos Dorian Sagan, el hijo de Lynn Margulis y Carl Sagan, y el pionero de la teoría del caos, Mitchell Feigenbaum.

  "No comparto la idea de aumentar el poder gubernamental apelando a la ciencia ficción", expresó Steven Pinker, profesor del Departamento de Ciencias Cerebrales y Cognitivas del Massachusetts Institute of Technology (MIT, Instituto Tecnológico de Massachusetts). "Están proponiendo comités que podrían fácilmente acabar con la investigación científica"

  Pinker considera que no es necesario crear un organismo gubernamental mundial. Una de las principales razones: los futuristas, cuyas predicciones alarmistas son tan apreciadas por los medios, no logran captar los grandes obstáculos científicos que harán que dentro de 10 a 20 años la vida sea muy similar a como es actualmente.

  Pinker se manifestó en contra de la inevitabilidad de la ingeniería genética de línea germinal y de la creación de bebés a medida.

  "Si lo que buscan es el gen del talento musical, van a tener que esperar sentados", expresó. "El cerebro no es una bolsa de características. Es increíblemente complejo. Existen pocos genes que tengan un efecto uniforme en el cerebro, o tal vez ninguno".

  Pinker señaló que ya de por sí los peligros de la ingeniería genética deberían ser suficientes para que la mayoría de los padres renuncien a ese anhelo. Si a eso se le suma que un pequeño incremento del coeficiente intelectual viene de la mano de un mayor riesgo de parálisis, ¿valdrá la pena correr ese riesgo?.

  "El deseo de los padres de no causar un daño a sus hijos probablemente va a pesar más que su deseo de hacerlos mejores", expresó.

  Y aún en el caso de que logremos crear una nueva especie, podría ser difícil determinar cuál es humana y cuál no.

  Anthony Gottlieb, autor de The Dream of Reason (El Sueño de la Razón), una reseña del pensamiento filosófico desde los griegos hasta el Renacimiento, considera que la visión que tienen los humanos de la humanidad cambia con cada desarrollo tecnológico importante.

  Gottlieb hace una reseña de la historia de la naturaleza humana desde la creación divina del Timeo de Platón, influenciada por la imagen del alfarero con su arcilla, hasta la idea de Descartes de que el cuerpo de los seres humanos y los animales son máquinas, noción ésta que Gottlieb relacionó con la fascinación que tenía Descartes por los mecanismos de relojería.

  "Ahora vemos a nuestras mentes, e incluso a nuestros genes, como si fueran computadoras", expresó Gottlieb. "¿Pero es éste el final del camino? Quizás otras tecnologías, las computadoras cuánticas o la teoría de cuerdas, tal vez, nos hagan vernos desde otra óptica".

  Lamentablemente, vamos a tener que hacer algunas elecciones sobre la base de lo que sabemos actualmente sobre la naturaleza humana, señaló Lee Silver, profesor de biología molecular de la Universidad de Princeton y autor de Remaking Eden (Recreando el paraíso).

  "Hemos ingresado a una nueva era en la que tenemos la posibilidad de controlar tanto nuestros genes como nuestro medio", expresó Silver. "Y las especies más aptas van a ser las que dirijan su propio proceso de selección".

(*) La versión original de la nota fue publicada en la revista Wired y luego traducida y publicada por Interlink

 

NOTICIAS | BREVIARIOS | CABLE SEMANAL | EDUCYT | EXACTAMENTE | LISTA EXACTAS
MICROSEMANARIO | OPINION | AGENDA | LIBROS Y REVISTAS | DOCUMENTOS