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Miércoles 17 de mayo
de 2006 Si ignoras el nombre de las cosas, desaparece incluso su conocimiento”, sostuvo Carl Linneo a mediados del siglo XVIII. Sin dudas convencido de ello, este naturalista sueco sentó las bases de lo que sería la taxonomía moderna. Desde los tiempos de Linneo hasta la actualidad han pasado más de 250 años. Sin embargo, todavía hay mucho que decir en materia de taxonomía. Por Patricia Olivella.
En el marco del Convenio sobre Diversidad Biológica firmado durante la Cumbre de la Tierra se estableció la Iniciativa Mundial sobre Taxonomía (IMT), de la cual Argentina forma parte. A priori, la relación entre la Biodiversidad y la Taxonomía no aparece necesariamente en forma evidente. Sin embargo, si bien en líneas generales, la taxonomía es la clasificación de los seres vivos, a los fines del Convenio, el término se toma en su sentido más amplio, e incluye la sistemática y la biosistemática en los niveles de la genética, las especies y los ecosistemas. La Taxonomía, en este caso, busca apoyar la adopción de decisiones sobre la conservación de la diversidad biológica y el uso sostenible de sus componentes. Desde el año 2005, el Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la FCEyN ha sido designado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación como uno de los Puntos Focales, encargados de la implementación de esta iniciativa en el país. Échale la culpa a Río La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo –más conocida como la Cumbre de la Tierra– se llevó a cabo en el año 1992 en Río de Janeiro. Fue la conferencia internacional más grande realizada hasta ese momento; reunió a 108 Jefes de Estado y fue calificada como una conferencia crucial, ya que instaló como tema al desarrollo sostenible y sensibilizó sobre la necesidad de integrar las consideraciones medioambientales y sociales en las políticas de desarrollo económico. Otro de los logros más importantes de la Cumbre para la Tierra fue la aprobación del Convenio de las Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica (CBD). Se abrió para su firma en la Cumbre y, desde entonces, ha sido ratificado por 183 naciones. Entró en vigencia el 29 de diciembre de 1993. La Argentina lo aprobó mediante la ley 24.375, en el año 1994 y se designó a la actual Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable como Autoridad de Aplicación del Convenio. Esta Secretaría es la responsable, por ejemplo, de coordinar las acciones requeridas para formular y ejecutar la Estrategia Nacional sobre Diversidad Biológica y coordinar las acciones destinadas a su conservación. “Entre otras cosas, el Convenio genera un compromiso para conservar la diversidad biológica, usar los recursos biológicos de forma sostenible y compartir los beneficios de manera justa y equitativa”, explica la Dra. Cecilia Carmarán, investigadora del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la FCEyN. La Dra. Cecilia Carmarán junto con la Dra. Visitación Conforti coordinan el “punto focal” constituido en la FCEyN de la Iniciativa Mundial sobre Taxonomía. Clasificar para proteger La Iniciativa Mundial sobre Taxonomía es un programa intersectorial específicamente dirigido a la compilación de información para dar soporte a la implementación de los programas temáticos del CBD o sus programas transversales. “Esta Iniciativa surge con el propósito de reducir el ‘impedimento taxonómico’, en otras palabras, intenta reducir los vacíos en nuestro conocimiento de los grupos taxonómicos, la escasez de taxónomos y curadores, y el impacto que estas deficiencias tienen en nuestra habilidad de conservar, utilizar y compartir los beneficios derivados de los recursos genéticos”, explica la Dra. Carmarán. De los 188 países integrantes del Convenio, 75 países han designado Puntos Focales para esta Iniciativa. “Victoria Lichtschein, egresada de la FCEyN, está a cargo de la Coordinación de la Conservación de Biodiversidad en la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable”, explica la Dra. Carmarán. “Ella nos contactó en el mes de marzo de 2005 –así como al Instituto de Botánica Darwinion– para proponernos que implementáramos la Iniciativa Mundial sobre Taxonomía en el país como “puntos focales”. Hasta el momento las dos Instituciones hemos trabajado en todos los proyectos en forma conjunta”, concluye. La Coordinación de IMT de Argentina se ha planteado objetivos a corto y mediano plazo. En el corto plazo se planea identificar grupos taxonómicos con escaso desarrollo en el país, generar un mapa geográfico que identifique áreas de exploración, compilar información acerca de los grupos de trabajo de investigación en disciplinas taxonómicas y generar una lista de expertos, identificar mecanismos de financiamiento para el desarrollo de disciplinas taxonómicas, desarrollar una red taxonómica nacional, entre otros objetivos. Para el largo plazo se intentará mejorar la educación y la conciencia pública acerca del valor de la taxonomía, brindar la información necesaria para mejorar las políticas, la legislación, las directrices y las medidas fiscales para reglamentar la utilización de la diversidad biológica y fortalecer la coordinación entre el gobierno y las partes interesadas en el desarrollo de este tipo de disciplinas. Para lograr estos objetivos ya se ha puesto en marcha un plan de trabajo que consiste en detectar e individualizar los grupos taxonómicos actualmente estudiados y cuáles son los grupos de investigación que desarrollan estos estudios. Conformar una red de centros provinciales de coordinación de la IMT coordinados por los dos centros nacionales, para facilitar el acceso a la información, estimar el grado de avance del conocimiento en cada taxón y buscar financiamiento para la implementación del plan de trabajo de la IMT en la Argentina. “Nuestro primer objetivo, cuenta la Dra. Carmarán, fue armar un plan de trabajo a corto y largo plazo. Luego de concretarlo, comenzamos a difundir la existencia de la Iniciativa y del plan de trabajo”. Para favorecer su difusión, se presentó el Plan en numerosos congresos y reuniones científicas. “Presentamos el Plan en el “11th Meeting of the Subsidiary Body on Scientific, Technical and Technological Advice of the Convention on Biological Diversity” (11° Reunión del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico de la Convención sobre Diversidad Biológica), que se realizó en Canadá en el año 2005. Ese mismo año se lo presentó en las Jornadas Argentinas de Botánica, y, más recientemente, en la VI Reunión de Cladística y Biogeografía que se hizo este año en el país. También se participó de la I Reunión de la Red CYTED (Ciencia y Tecnología para el desarrollo) para la Conservación e Informatización de Colecciones Biológicas y IV Reunión de la Red Nacional de Colecciones Biológicas” enumera la investigadora. Por otra parte se logró que el plan se encuentre disponible en Internet, hospedado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y al cual se puede acceder desde un enlace en la página del Departamento de Biodiversidad y Biología Experimental de la FCEyN. El próximo paso a seguir por la Coordinación de la IMT es la búsqueda y obtención de fondos para la implementación del plan. “Con este objetivo presentamos una propuesta al Programa Descentralizado de Donaciones Medianas en Argentina, Fondo para el Medio Ambiente Mundial”, explica Cecilia Carmarán. “Actualmente existen muchas iniciativas que persiguen objetivos similares, a partir del esfuerzo y de la voluntad de científicos que creen en ellas, pero muy pocas son las que nos comprometen como país. Sin embargo, este es un compromiso gubernamental porque es un convenio firmado por el gobierno”, concluye la Dra. Carmarán.
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